Anatomía del mal y de un Estado ¿cómplice?

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Anatomía del mal y de un Estado ¿cómplice?

Curioso, sumamente interesante que Coahuila, no trasciende en el escenario nacional, como un estado de extrema peligrosidad, pero lo es. Hay dos event

Habría miles de rancheros presos, por maltrato a animales.
El feminicidio no tiene nivel social, académico, nada lo contiene.
La única estrategia contra la inseguridad ¡los retenes y escondidos!

Curioso, sumamente interesante que Coahuila, no trasciende en el escenario nacional, como un estado de extrema peligrosidad, pero lo es. Hay dos eventos que pintan a sus ciudades con extrema violencia y en él los policías son sicarios del crimen organizado. Para colmo de males, los nepotistas de hueso colorado, los Moreira se ofenden porque periodistas y académicos del colegio de México exhibieron y denunciaron las atrocidades que ocurrieron en sus sexenios, lo que costó la vida al hijo de uno de ellos.

Pero los Moreira Humberto y Rubén, son los protegidos de siempre del PRI, lo que ahora serían Adán Augusto López, los Monreal, los príncipes vagabundos, inmensamente ricos que nunca han trabajado, pero son tratados como herederos de la corona. Y un largo etcétera, de personajes innombrables, dañinos como la hierba nociva, pero que permanecen intactos, sin investigaciones, sin procesos, impolutos ellos.

Coahuila fue escenario de un espeluznante genocidio, a consecuencia de una delación de la Administración para el Control de Drogas (DEA), que había dos miembros del crimen organizado que, en ese momento, eran testigos colaboradores para la agencia de Estados Unidos. Compartieron la información con el gobierno mexicano y en segundos lo supo el jefe del cártel, quien, con ayuda de la miserable policía municipal, desató una venganza brutal contra todo el pueblo de Allende hasta Piedras Negras.

Si no fuera por libros, por reportajes, medios de comunicación además del documental: nosotros que se publicó en una plataforma, el drama de Allende, Coahuila hubiera quedado en el silencio cómplice del gobierno, en la nada. Igual que se lea y se vea en televisión el tamaño de letalidad ejercida sobre esas comunidades, no ha significado nada. Nadie ningún político, ningún funcionario de los tres niveles de gobierno, ni por asomo ha exigido justicia por los muertos, los desaparecidos de esa noche negra del viernes 18 de marzo de 2011.

Se lee que, hordas de sicarios de un poderoso y sanguinario cartel en más de 60 camionetas entraron a Allende, con hombres fuertemente armados, luego aquello fue destrucción y muerte para los presuntos traidores de esa organización criminal, luego contra sus familiares, después se generalizó el ataque hacia todo el pueblo que se convirtió en una tumba: homicida y de silencio por el terror, el asedio y la indiferencia del Estado.

Ahora, de nuevo a través de las plataformas se conoce el caso de Héctor Rangel, a quien sus hermanos no han dejado de buscar, a pesar de poner en peligro sus vidas. El joven de 27 años originario de Querétaro, desapareció en Monclova, Coahuila, en noviembre de 2009 mientras viajaba a cobrar una deuda, junto a dos amigos. Nunca regresaron y no se supo más después de que reportara que agentes de policía los habían detenido y liberado.

Su desaparición forzada es un ejemplo de la crisis que se vive en el país, pero los 4 capítulos de la serie: Anatomía del mal, revelan no solo la connivencia de las policías, sino que los funcionarios de los tres niveles de gobierno, están al servicio de la delincuencia organizada. Los primeros en acudir a Monclova a buscar a su consanguíneo fueron dos hermanos, a los que los agentes municipales detuvieron 8 veces hasta que les soltaron: “aquí no nos gusta que vengan a levantar el polvo”.

Luego recurrieron a un conocido de la familia al que le contaron su odisea de ser detenidos en cada cuadra del pueblo y él les recomendó huir de inmediato, los escondió en la cajuela del auto e intentaron llegar al hotel donde estaban hospedados para recuperar sus cosas y nada que ya había hombres fuertemente armados en el lugar. La sola narrativa de estos hechos hiela la sangre, pone en evidencia lo que ocurre después de un crimen. La vulnerabilidad total y absoluta de los familiares de la víctima ante un Estado no sólo indiferente, sino al servicio de los delincuentes.

Muy bien logrado el documental: Anatomía del mal, en el que creí que entrevistaba a pura gente bella, joven sin una sola arruga y muy valientes, porque tomaron testimonios de toda clase de funcionarios estatales, federales, municipales, nada, que en la esquina derecha de la pantalla se lee que usaron inteligencia artificial para encubrir el verdadero rostro de los declarantes. Quienes revelaron la pudrición profunda a todos niveles del sistema de gobierno mexicano.

Después de lo anterior, queda claro que el expediente muy caliente de Ayotzinapa, con la desaparición de los 49 normalistas de Guerrero no se resolverá jamás, de uno a uno irán muriendo los padres y un día de tantos la exigencia virulenta de los normalistas que deja huella en los bienes de otros ciudadanos, se extinguirá. Pero porque vendrán otras desgracias iguales o peores que traerá consigo nuevas víctimas de este México criminal.

En otros graves asuntos y muy delicados, la gente de ures le ha declarado la guerra a todos los funcionarios del gobierno de Alfonso Durazo quienes pretenden someterlos a las “necesidades” de su jefe político, sin prestar real atención a los reclamos y denuncias de esa comunidad y su enfado con el proyecto de las presas. Una de las publicaciones en sus grupos de Facebook: “se acuerdan con el derrame de Grupo México que nosotros nos trasladamos a Hermosillo para que estas autoridades hicieran algo por nosotros para reparar un poco el daño que nos causó y se nos escondían y ahora no los sacamos de nuestras calles rogándonos para quitarnos nuestra agua”.

Hay toda clase de denuncias de acoso y de querer comprar con dinero su aprobación para la construcción de las presas. Y un exceso de fuerza, como el hecho de que el ejército, la policía estatal acompaña a los empleados del Inegi ¿a hacer qué? La pradera incendiada y los responsables de la seguridad, en el cumplimiento de caprichos de Durazo. Para colmo hay amenazas de desaparición en contra de una de las activistas en defensa del agua.

Esas comunidades ya estaban profundamente ofendidas con los gobiernos por lo cobardes y traidores que fueron, cuando el desastre del grupo México en el río Sonora y las graves consecuencias y nada, resulta que esa poderosa compañía podría resultar la principal beneficiada con las mentadas presas.