Entretelones Samuel Valenzuela Lo que de origen era un proyecto hídrico para abastecer de agua a Hermosillo para los siguientes 50 años quedó
Entretelones
Samuel Valenzuela

Samuel Valenzuela
Lo que de origen era un proyecto hídrico para abastecer de agua a Hermosillo para los siguientes 50 años quedó en la nada; por lo pronto, a la presa Puerta del Sol se descarta de plano operar un acueducto para traer el vital líquido hasta la capital de Sonora y si por la víspera se saca el día, lo mismo ocurrirá si se construyen los embalses Sinoquipe y las Chivas, ésta en el Río San Miguel.
Para efecto de los habitantes de la cabecera del municipio capitalino esa variante es muy significativa, aunque se la lleva de calle la reversa de urbanizar la mayor parte del vaso de la presa Abelardo L. Rodríguez y en cambio ratificar su condición de Reserva Natural Protegida, prevaleciendo sin embargo la propuesta de construir ahí un vaso regulador de avenidas y lo que ya no se pondrá en venta, reforestarlo y convertirlo en un pulmón para Hermosillo.

Excelente decisión.
Ambas reconsideraciones o reversas a medias dejan en donde siempre la estructura y capacidad de abasto de agua para los habitantes de Hermosillo y sus actividades económicas, o sea, persiste la necesidad de buscar y encontrar alternativas de acceso a ese elemento indispensable para el desarrollo de cualquier sociedad.
Los habitantes de comunidades sobre la cuenca del Río Sonora y el San Miguel deberían sentirse satisfechos por que su lucha en contra de ese proyecto ya les redituó importantes dividendos porque el agua que se retenga en dicha infraestructura será para el consumo y uso en sus regiones y no para traerla hasta la capital de Sonora.
A ojo de buen cubero, si de eso solo se tratara, con la presa El Molinito sobra y basta, porque hasta donde se sabe del proyecto técnico, el agua, si la hay, seguirá su curso de forma libre hasta la mentada El Molinito y solo regulará la liberación de volúmenes en caso de avenidas extraordinarias y lo que se acumule, en caso de que se acumule, será mantenido como flujo continuo mediante la apertura de novedosa compuerta ubicada en la base de la cortina.
Bien el gobernador Alfonso Durazo Montaño al rectificar, en el marco del proceso del necesario convencimiento de comunidades cuyos habitantes son muy desconfiados, patrimonialistas y decididos a proteger su tradicional hábitat, pero que, a la fuerza de la razón, la razón, dije, pudieran aceptar la construcción de esa primera presa y convencerse que los riesgos que argumentan para rechazarla no son tales y que todo será para mejorar su calidad de vida.

Adolfo Salazar Razo.
Sin duda los ánimos están caldeados entre sectores comunitarios de poblaciones ribereñas y sería temerario subestimar su estado de ánimo y capacidades en sus tomas de decisiones, lo cual seguramente es tomado en cuenta por el secretario de Gobierno, Adolfo Salazar Razo, coordinador del esfuerzo informativo y de diálogo con el apoyo de brigadistas que socializan en tema entre la gente.
Muy distinto este caso con el rechazo de la tribu yaqui y amplios sectores de la población yori a la construcción del acueducto llamado Independencia, revuelta inútil porque contra viento y marea la ilegal obra se realizó, porque principalmente en su aspecto físico fue ejecutada fuera del territorio de la etnia y lejos de su alcance.
En el caso de la proyectada presa Puerta del Sol y de las otras dos, los sectores ciudadanos que las rechazan viven en las comunidades aledañas, tienen sus parcelas, sus bienes, su vida y demás, sea aguas abajo de la eventual cortina o en la zona de inundación, por lo que sus acciones pueden ser más directas que las que en su momento emprendieron los yaquis en defensa de su agua.

Coppel en reserva natural protegida.
Una cosa es bloquear la carretera de 4 carriles en Vícam y otra que contingentes ciudadanos impidan el paso a la maquinaria pesada y eventualmente tomen acciones más radicales en caso de no ser convencidos y de todas formas inicie su construcción, lo cual desde nuestro punto de vista debería ser muy bien evaluado por quien corresponda en el Gobierno de Sonora.
Pero como decíamos al principio, sea cual fuere lo que ocurra, Hermosillo quedó fuera de la ecuación que resuelva la creciente demanda de agua potable en el corto, mediano y largo plazo, resultando un fiasco esa posibilidad de que los acueductos desde las presas Puerta del Sol, Sinoquipe y Las Chivas traerían el agua hasta las potabilizadoras de la capital de Sonora para su posterior distribución.
Desde esa perspectiva, habrá que seguirle buscando hasta encontrar esa alternativa de abasto indispensable para el acelerado crecimiento e intensa actividad económica en el municipio capitalino, iniciando por evitar la pérdida del 40 por ciento del suministro por fugas y algo más por problemas en la medición del uso domiciliario.

El Toño y el agua.
Miren, sabemos que el alcalde Antonio Astiazarán Gutiérrez es muy ideoso y seguramente, luego de enterarse que no habrá ese nuevo acueductito ya analiza posibles soluciones, aunque acotado por cuestiones presupuestarias para entrarle al fondo de la cuestión.
Contrario a lo que se dice, Sonora dispone de agua de sobra. Con un litoral de mil 200 kilómetros colindantes con el Golfo de California cuya extensión supera los 247 mil kilómetros cuadrados, 68 mil más que la superficie de Sonora y con profundidades que superan los tres kilómetros, es una fuente inagotable de agua por utilizar.
En el medio oriente se han hecho millonarias inversiones en la desalinización de agua de mar y convertido en vergel a miles de hectáreas de desierto, además de desarrollos urbanos de excepción, calculándose que a nivel mundial operan al menos 55 mil plantas desalinizadoras de diversos tamaños y tecnologías, además de otras tantas miles de pequeñas plantas que operan hoteles de gran turismo alrededor del mundo.
De no haberse atravesado Francisco Búrquez, Agua de Hermosillo ya fuera propietaria de la planta desalinizadora que se proyectaba construir a principios de este siglo al sur de Bahía de Kino, la cual, para evitar residuos contaminantes por el exceso de salmuera sería alimentada por una batería de pozos profundos para extraer agua salobre, y a la vez constituirse como barrera de contención a la intrusión salina en el freático de la Costa de Hermosillo.

Francisco Búrquez.
No se pudo por falta de producto avícola del entonces gobernador Armando López Nogales y ya más de 15 años después, mediante una inversión que se dijo fue de 740 millones de pesos, se construyó la planta desalinizadora ya en operación en Empalme, cuya capacidad modular instalada produce 200 litros por segundo, sin que se tengan efectos públicos contaminantes en el marco de los riesgos asociados a la desalinización, quizás porque no es tan grande.
Pues con esos más de siete mil millones de pesos que el gobierno federal dice gastará en la construcción de tres presas, bien podría construir una batería de desalinizadoras no solo para abastecer de agua potable a Hermosillo, si no completar el abasto de Guaymas y Empalme, Caborca y comunidades rurales e incluso destinar volúmenes para uso agrícola.
Pues sabe si al menos para Hermosillo dicha alternativa está en los escenarios del ideoso Toño Astiazarán, cuya vocación para la innovación y sus habilidades para el aprovechamiento de nuevas tecnologías, bien podría tener en cartera alguna solución al quizás más grave problema que enfrenta el desarrollo económico y social del municipio de Hermosillo, cuyas fuentes de agua tienen muy limitadas perspectivas y que podrían entrar en mayor crisis conforme avance el cambio climático.
Y sigue la mata dando respecto a “la intolerante alianza del gobierno de México con el crimen organizado”, al darse a conocer que la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió sanciones en contra de ocho ciudadanos mexicanos y doce empresas con sede en México, acusados de suministrar precursores químicos para producir fentanilo al Cártel de Sinaloa, específicamente a la facción conocida como Los Chapitos.

Más mezcla maistro
Lo malo es que siete de las 12 empresas sancionadas y cuyos activos han sido congelados por OFAC, por sus siglas en inglés, han prestado sus servicios y son proveedoras de universidades públicas, gobiernos estatales del noroeste del país y dependencias del gobierno federal, con 630 contratos, la mayoría por adjudicación directa para la compra de materiales de laboratorio y productos químicos por un monto de 35.7 millones de pesos.
Las empresas señaladas que aparecen como proveedoras de entidades públicas son: Comercial Viosma del Noroeste SA de CV, Storelab SA de CV, Favelab SA de CV, Importaciones y Nacional Marcerlab SA de CV, Favela Pro SA de CV, Quilab SA de CV y Sumilab SA de CV.
Las adquisiciones fueron realizadas por la Universidad Autónoma de Sinaloa, Universidad Autónoma de Occidente en Sinaloa, Universidad Autónoma de Baja California Sur, Universidad de Sonora (Unison), Universidad Estatal de Sonora (UES), Instituto Tecnológico de Sonora, Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora, Universidad Politécnica de Sinaloa, y la Universidad Politécnica del Valle del Évora en Sinaloa, así como dependencias federales como CONAGUA gerencia regional Noroeste, entre otros entes públicos embarrados.