“Terminó la búsqueda. Ya lo tenemos, lo vamos a llevar a sepultar": era la madre de Josué, quien así anunciaba que su hijo fue hallado sin vida, tras
“Terminó la búsqueda. Ya lo tenemos, lo vamos a llevar a sepultar»: era la madre de Josué, quien así anunciaba que su hijo fue hallado sin vida, tras ser presuntamente reclutado por un grupo en el estado de Chihuahua. La señora lo encontró, pero no en el monte, o en la falda de algún cerro, o en una de tantas tumbas clandestinas que pueblan estas tierras aztecas. No el cadáver del joven tenía más de cuatro meses en resguardo de la fiscalía estatal de justicia. Ignorado por la arrogancia institucional.
La búsqueda que emprendió la madre de Josué, concluyó cuando lo halló sin vida. Los restos de su hijo se encontraban en resguardo de la Fiscalía estatal de justicia desde el 22 de junio. El joven de 18 años desapareció el 30 de abril en Guachochi, Chihuahua, luego de ser contratado a través de una supuesta oferta laboral por integrantes de un grupo criminal. La señora por alguna bendita razón lo pudo encontrar en manos del gobierno.
Un cadáver que como otros tantos los tienen ahí sin darle mayor interés, ni importancia. Así que la cruda realidad es que primero los secuestra vivos el crimen organizado, luego con suerte es el Estado mexicano quien se los queda en las morgues sin atender la urgencia de los familiares que en tanto no sepan donde se encuentra su ser querido, gravitarán entre el dolor de la pérdida, la esperanza de que esté con vida y sus corazonadas de que yace en la vera de algún camino lejano, enterrado en cualquier sitio.
Ante el colapso de la seguridad pública, el no reconocimiento de que la muerte tiene permiso en el país, para arrebatarle la vida a quien se le atraviese a los sicarios, lo cierto es que los servicios de medicina forense colapsaron. Durante 2024 periciales recibieron un total de cien mil 19 cadáveres. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) detallan que en 2023 se tuvieron 94 mil 893 cuerpos, es decir, que para 2024 se registró incremento de 5.4 por ciento.
Las entidades con mayor número de cadáveres recibidos fueron el Estado de México (11 mil 353), Guanajuato (7 mil 503), Baja California (7 mil 503) y Ciudad de México (7 mil 185). Del total de cadáveres, las mujeres representaron 16.6 %; hombres, 82 %, 1.4 sin determinar sexo.
«Si sale algo, nosotros le llamamos», le contestaban a Guadalupe en medicina forense, cada vez que preguntaba por su hijo Martín Yalam; un día después de acudir a esa institución, le informaron que su hijo había sido localizado un mes después de haber desparecido en 2017. La señora incansablemente, en redes sociales, rogaba para que se lo entregaran. «Tú qué sabes dónde puede estar ayúdame a regresarlo a casa, es un dolor muy grande, esta agonía de no saber dónde está». «Me está consumiendo en vida el dolor que traigo en mi corazón de no saber dónde está este pedacito de mi alma», suplicaba Guadalupe.
La angustia y el tormento de no saber el paradero de su hijo la llevó a formar parte del colectivo Madres Buscadoras de Sonora. Nunca se rindió, acudía a las instalaciones de la fiscalía general Justicia del Estado (FGJE). Siete largos años después, la señora descubre que Martín fue localizado un mes después de haber desaparecido en 2017, es decir el 19 de noviembre del 2024. Si el hombre había sido localizado sin vida un mes después de que desapareció. El gobierno siempre lo tuvo en su poder. Su desaparición fue el 7 de octubre del 2017 en el bulevar Ignacio Salazar de Hermosillo, cuando tenía 37 años de edad.
Otro caso fue el de una mujer reportada desaparecida desde septiembre de 2018, en la colonia Balderrama, dos años después fue identificada como Angélica Guadalupe, esos 24 meses en que su familia la buscó por cielo mar y tierra ella estuvo también en poder de la fiscalía de Sonora.
Se niega la violencia en las calles, se juega con los números, se esconden cifras, pero los muertos, los levantados, los desaparecidos cuentan otra historia, entre ellos: que el crimen organizado se los lleva vivos, luego sus cadáveres si corren con suerte de ser localizados, los secuestra el Estado mexicano.
Hubo récord de lluvias en el mes de agosto y septiembre llega con más agua, que bueno, que bendición para un estado que se hunde entre la corrupción, la ineptitud y la sequía en estos desiertos poblados. Qué bueno que el recurso no lo dirijan al mar o lo destinen a privilegiar a particulares, porque estas precipitaciones pluviales, son la esperanza de que los pueblos sobrevivían con menos sed.
Si, pero las precipitaciones que se han registrado en Hermosillo y la zona rural dejan graves estragos entre ellos, la obviedad, que los servicios públicos están detenidos con alfileres. En san Pedro el Saucito desde el medio día empieza a cortarse el suministro de electricidad, pero sin necesidad de que haya aire, menos lluvia, así que eso es como un “ensayo general” para que sepan los vecinos, de que tamaño será el impacto, cuando llegue la tormenta huracanada como las que han azotado, la citada zona rural.
Y a dos semanas de los cortes de electricidad que se prolongan por 8 y hasta 12 horas, trae secuelas, hay estragos en los ciudadanos, víctimas de tanta negligencia, de tanta porquería inmunda, que no retrata ni un poco, la descripción de país feliz que hipócritamente pintan los gobernantes. En Hermosillo la noche amanecer de miércoles, también tuvieron lluvias copiosas, con la suerte que no tuvieron apagón.
Ah, pero en Palo Verde me reportaron justo ayer martes, que la carencia de agua, los tiene hasta la coronilla. Más o menos dos semanas en que parece entrega por “goteo”, luego se acaba totalmente. Ahora salen con la genialidad que “las lluvias registradas del amanecer de este miércoles ocasionaron fallas en el suministro de energía eléctrica, por lo que la zona norte de la ciudad, alrededor de 30 colonias, tendrá baja presión y cortes intermitentes en el servicio.
Le respondí a mi quejosa de ayer, no te preocupes tu costoso e infame recibo de agua tendrá importante descuento, por la no prestación del servicio, la dama se me quedó mirando con total incredulidad. Y tiene razón, los gobiernos son incapaces de asumir su responsabilidad en las pérdidas en los daños causados por su negligencia ah y esperen tantito que ahí viene Lorena para este fin de semana. Y no corran, porque será peor (risas).

