HomeReflexión del día

A quienes aún luchan por perdonar a quien los hirió.

Hay heridas que no duelen por lo que ocurrió, sino por aquello que aún no has podido dejar ir. El perdón, a veces, no llega de golpe, sino en susur

Acostúmbrate a hacer tus planes en silencio
10 cosas que un hijo necesita de su padre
Ama sin expectativas y permite que el amor te sorprenda

Hay heridas que no duelen por lo que ocurrió, sino por aquello que aún no has podido dejar ir.

El perdón, a veces, no llega de golpe, sino en susurros, en capas que se desprenden cuando el alma, por fin, se siente preparada.

Y tú has cargado mucho. Has callado mucho. Has apretado los dientes tantas veces intentando convencerte de que ya no te importa.

Pero lo cierto es que aún duele. Y está bien. No tienes que perdonar para liberarlos a ellos. Tienes que perdonar para liberarte tú.

Porque el perdón no dice: “lo que pasó estuvo bien”. Dice: “ya no quiero seguir atado a esto.”

No es olvido. Es rescate.

Es un gesto de amor hacia tu paz. Hoy no te obligues a perdonar. Solo empieza por desear no cargar más. Eso ya es un acto de amor.

Recuerda: no los perdonas por ellos, perdonas por ti.

Porque mereces vivir liviano y en paz, aún cuando todavía recuerdas la herida.