Ya siete años con un partido político que todos los días utiliza torcida y dolosamente palacio nacional para hacer apología de los suyos, lavarles las
Ya siete años con un partido político que todos los días utiliza torcida y dolosamente palacio nacional para hacer apología de los suyos, lavarles las culpas si cometieron faltas éticas, morales, o peor aún, si son señalados de ser copartícipes en la comisión de delitos. En un parpadeo y éstos con un cinismo descarado, desvergonzado, sin ningún pudor, ya fueron declarados inocentes en la mañanera. En una especie de: todos los míos son puros, castos, decentes y los de enfrente, son evidencia de todos los pecados capitales.
Esa perversión sobrevive al séptimo año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ahora en su primero como presidente emérito. Desde el púlpito de la mañanera se lavan las honras de todos los funcionarios señalados, mencionados por conductas inapropiadas, por eso creo que como nunca jamás Claudia Sheinbaum en realidad funge como la dirigente del partido que la llevó al poder y no como responsable de la vida de millones de mexicanos. Ella en la defensa de lo indefendible, mientras el país se va por el desfiladero.
Mientras ella defiende a los suyos, a las cofradías viciosas de su gabinete heredado, los asuntos fundamentales del país se encuentran al garete. Empezaron a decirle a su sistema de gobernar “el movimiento”, pero resulta que así se llama el partido oficial, entonces todo es lo mismo, es una sola matriz ¿Y los que no militan ni en esa ni en otra organización, que busquen otro país, porque aquí no hay espacio para ellos? Ese parece ser el mensaje, no dicho, pero que, en sus actos, se infiere.
Cierto que, en su séptimo año en el poder, los miembros de Morena lucen hundidos en soberbia, se sienten hechos a mano y todos los miembros del “movimiento” mienten como respiran. No sé porque se les olvida que son hijos del viejo y anquilosado PRI, igual del PAN o del marrullero y porril PRD. Solo hicieron un licuado de lo más deleznable y se hizo la “luz”. Penosamente son una total distorsión de lo que se esperaba que hiciera López Obrador como presidente, cayeron en una fórmula absolutamente podrida, que les ha servido para declararse víctimas u “ofendidos” cuando les conviene, pero es solo para encubrir o excusar toda clase de atropellos y bajezas que cometen.
López Obrador prometió que con él en la presidencia el país crecería 6 por ciento anual. Bien dicen que no es lo mismo ser cantinero que el borracho, a duras penas logró el 1 por ciento. En el primer trimestre de este año, ya con Sheinbaum el crecimiento fue de 0.2 por ciento, igual de grave que en el último trimestre al cierre del 2024, hubo decrecimiento del 0.7 %.
Para este año el país crecerá sólo el 0.2 por ciento que implica graves consecuencias financieras entre ello: estancamiento económico, menor empleo, débil consumo, falta de empresas o estas con actividad reducida y un entorno de descenso en la inversión, con lo cual se afecta directamente el bienestar social. Es un círculo vicioso en que, si no hay trabajo, no se genera riqueza, que lleva a empeorar las condiciones de vida, con cero oportunidades para la población. Y casi nada la inversión privada cayó un 24.4 % en el primer trimestre de 2025 ¡hace casi treinta años que no ocurría un fenómeno de esta naturaleza!
El país se va por el despeñadero y Morena y su jefa de campaña, que utiliza su monopolio de la “verdad” y su superioridad numérica para decidir por todos los mexicanos que clase de personajes impresentables deben estar a cargo de las instituciones, donde por obvias razones, se imponen condiciones y privilegios solo para sus agendas, con beneficios para la nueva realeza guinda.
Todo es una gran porquería y ahora mismo hay dos “víctimas” visibles del oficialismo, los mismos que son más largos que la cuaresma, pero que ya se ven candidatos a la presidencia de la República porque los “hostiga” el gobierno guinda: Lily Téllez y el dueño de televisión azteca, Ricardo Salinas Pliego.
Son tal para cual, pero no puedo menos que seguir preguntando qué le vio Alfonso Durazo a Lily Téllez para que fuera su compañera de fórmula al senado de la República, pero ese es el principal problema de este señor, no conocía a los oriundos de estas calientes tierras, qué hizo, pepenó lo que para él eran sonorenses en la órbita nacional y ahí fue cuando agarró a la comunicadora. La treparon al movimiento de López Obrador, lo bueno es que no terminaba de llegar cuando les dio tremendo bofetón. Y se les fue con los suyos, los del PAN.
Ah pues ahora dos mujeres suficientemente visibles: Téllez y Sheinbaum andan del chongo, son una vergüenza y está en la naturaleza de una y de otra, todo porque Téllez fue a Estados Unidos a pedirle al gobierno de Donald Trump ponga orden en México, con la inseguridad y los cárteles, Sheinbaum con absoluta arrogancia pidió a su mafioso poder legislativo que le eliminen el fuero a aquella y la echen de ese recinto. Todo en una presunta defensa de la soberanía del país.
La verdad es que Trump y su gabinete traen la soberanía de México como vil zapeta, se limpian cada vez que les da su maldita gana allá donde la espalda pierde su casto nombre, entonces los gritos y el drama en el púlpito presidencial, es solo actuación, histrionismo para las muchedumbres que siguen a Morena, porque cualquiera con dos dedos de frente sabe que son tiempos complejos y que se está a expensas de la oscura vehemencia y exacerbados sentimientos de sometimiento del inquilino de la casa blanca.
Que lástima que el jaloneo entre el líder del PRI, Alejandro Moreno y el indecente, presidente de la cámara de diputados el morenista, Gerardo Fernández Noroña, no haya llegado a mayores, en que, con manos de hombres, se hubieran dado unos buenos puños y se rompieran el hocico. No sé, creo que hubiera servido para lavar la afrenta que este par de sabandijas representan para los mexicanos pobres, desempleados, mal comidos, mientras esas lacras gravitan en la opulencia corrupta y mafiosa de este país. Y en la inmunidad e impunidad total, faltaba más.

