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El amor recompensado en el sistema familiar.

El amor recompensado por el sistema familiar es el amor a todos como son, como fueron: la compasión para con el tío abuelo soltero amargado y autorita

Saca de la cabeza que la vida debe llevar consigo sacrificios
Ante una juventud que exige tanta libertad, sabio es cultivar en ella la responsabilidad
Si algo te molesta, es tu problema

El amor recompensado por el sistema familiar es el amor a todos como son, como fueron: la compasión para con el tío abuelo soltero amargado y autoritario, el bisabuelo que arruinó a su familia, la madre que abandonó el hogar, el abuelo alcohólico, etc. Y ¿Qué ocurre cuando asentimos a todo, sin juicio? La carga negativa de la herencia desaparece, sólo se va a transmitir fuerza y amor.

Estar en el sí a todo como es y en el agradecimiento incondicional a la vida como es, estar en sintonía con el espíritu. Y la respuesta del espíritu a nuestra entrega es la abundancia. La abundancia pertenece al campo del espíritu.

Te tomo como mi madre, tal y como eres. Eres la única madre posible para mí. Eres la mejor madre posible para mí. Te tomo como mi padre, tal y como eres. Yo soy un desafío, soy la fusión de sus dos familias, con mentalidades y responsabilidades opuestas. Y recojo el desafío que me ofrece la vida. Tal y como soy, fusión de seres distintos, me pongo al servicio de la vida.

En los humanos existe un impulso instintivo, biológico, hormonal, a devolver lo que hemos recibido. Gracias a ello existen las relaciones entre los seres humanos y entre los pueblos.
Por el hecho de haber recibido la vida de nuestros padres, estamos impulsados a compensarlos. Y como no podemos compensarles la vida que nos dieron, lo hacemos con los demás, dando la vida a otros, trabajando al servicio de la vida de otros.

Toda nuestra vida adulta está impulsada por nuestra necesidad de compensar lo que recibimos de los padres. Y a su vez el entorno, el mundo, la sociedad, nos compensa con su gratificación en forma de reconocimiento y dinero.

Por lo que, cuanto menos aceptemos a nuestros padres, a su cultura, su educación, su carácter, país de origen, religión, etc. menos impulso para compensar vamos a tener, menos gusto para el trabajo, para la entrega a los demás, para el compromiso. Y por lo tanto tampoco el entorno nos compensará, la abundancia pasará de largo.

BERT HELLINGER