Cuando en el mundo de los hombres puse ciego, la planta y avancé tranquilo, juzgué nobles a todos y con todos, partí mi pan y derramé mi vino; si en l
Cuando en el mundo de los hombres puse ciego, la planta y avancé tranquilo, juzgué nobles a todos y con todos, partí mi pan y derramé mi vino; si en las noches llamaban a mi puerta le gritaba a mi criado: ¡pronto vivo! Abre sin ver quien es y no preguntes, debe ser amigo.
Hoy que va mi cabello poco a poco quedando en mi cabeza encanecido, hoy que mi juventud para marcharse empieza a hacer su lío, cuando recuerdo que en mis noches tristes busqué en vano un abrigo, y hambriento fui al banquete de los otros y su pan me negaron y su vino.
Cuando oigo que a mi puerta alguno llama, ¡Pronto a mi criado grito! Cierra el portón y atraca la despensa, debe ser un amigo.
J. Peón del Valle.
