Por más que el gobierno quiera apoderarse de la narrativa de los hechos furibundos, de locura de lo ocurrido el pasado miércoles, en donde sin más se
Por más que el gobierno quiera apoderarse de la narrativa de los hechos furibundos, de locura de lo ocurrido el pasado miércoles, en donde sin más se desató el caos en carreteras de Michoacán, Guanajuato y Jalisco, imposible. Desde palacio nacional insisten en que se trató de una pugna entre dos cárteles, pero hay quienes con información desde las propias instituciones revelaron, el tamaño, la gravedad de lo ocurrido, que presumiblemente se trató de una coalición de tres poderosas organizaciones a las que se sumaron otras células afines, para “defenderse” del Estado.
Para colmo nadie ha dicho a raíz de que se suscitó el enojo de esas poderosas estructuras del crimen organizado que desembocó en la unión de estos, quienes -en algo fuera de toda lógica, luego de sus guerras sin cuartel- fraternizaran en aras de impedir ¿la detención de un cabecilla? Las pérdidas económicas impresionantes para las empresas de transporte, los negocios que también fueron quemados.
En un país donde las autoridades han hecho como su máxima premisa: mentir, siempre mentir, callar la rudeza de lo que sucede en las calles de una ciudad, en cualquier punto de la geografía. Dan su “versión” torcida, lejos, distante de la penosa realidad que cada quien vive, en esa colonia, en ese sitio donde ya les dijeron que si quiere seguir con la venta de raspados debe pagar al “jefe” de la zona, cientos de miles de pesos, -los que jamás ha visto en su vida reunidos-, además de una renta diaria de 300 pesos. No, no es alucinación, eso es lo que le pasa a la gente que intenta emprender un negocio, el que ya cerraron, por miedo a los dueños de vidas y haciendas.
Pero que no salva del terror, porque además de la visita hecha en persona y a todo color, con sus fusiles al hombre o cruzados al frente -para que se noten muy bien-, no dejan de pasar por las calles donde antes estuvo el micronegocio que ganaba poquito, pero que le daba esperanza a la familia de alcanzar prosperidad y de la manera bonita, honesta: con trabajo, con sudor de frente, con dignidad. Ellos amos y señores, van a revisar que la tienda no abra sus puertas, salvo que pague para existir.
Lo ocurrido el miércoles es espeluznante desde cualquier punto de vista y máxime que evidencia que el inmenso poder que amasaron durante el último sexenio, el crecimiento exponencial en riqueza patrimonial, inmenso caudal de armas, fusiles, balas de todo calibre y ahora para colmo unidas esas fuerzas, minimiza y ridiculiza al Estado mexicano en su capacidad de respuesta. Lo que deja a los ciudadanos en calidad -más que nunca- de rehenes. Mientras el gobierno como un espectador más ve su obra causada por indolencia, negligencia y omisión.
Casi por nada en el primer trimestre de 2025, más de seis de cada 10 habitantes de 18 años o más consideraron insegura su ciudad, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana. Aumentó en un 61.9 %, cuando se cumple medio año de Claudia Sheinbaum. Para colmo, más de la mitad de la población siente que la violencia seguirá «igual de mal» o «empeorará». A ello hay que sumar que se reportaron 933 asesinatos en la primera quincena de abril lo que equivale a 58 víctimas al día. Y contando, claro.
En asuntos igual de delicados, desde noviembre del año pasado la crisis de Petróleos Mexicanos (Pemex) es un escándalo peligroso por un impago a sus proveedores del orden de los 20 mil millones de dólares. El director general de la paraestatal, Víctor Rodríguez confió en un evento privado que la secretaría de hacienda podría contratar deuda para salvar la bancarrota en que se hunde la petrolera. La misma que a los mexicanos solo les sale caro, con cero beneficios.
Bueno pues ahora se sabe que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) hizo exactamente lo mismo, derrochar, en tiempos de la austeridad republicana. Que reportaron pérdidas históricas tan solo en 2024, de 271 mil millones de pesos. Representa un aumento del 118 por ciento. Lo cierto es que hubo una trayectoria de quebrantos a lo largo de todo el sexenio maldito o perdido. Tampoco hay ganancias, en esta solo tranzan, agandallan y no pasa nada.
El 21 de febrero de este año, Latinus publicó que Birmex compró medicamentos defectuosos y caducos. De acuerdo con la ASF, en plena crisis por el desabasto, se suministró a unidades médicas del ISSSTE 8 mil 60 piezas echadas a perder. La paraestatal encargada de la adquisición de medicinas debería rendir cuentas por mas de mil millones de pesos, pero eso no es necesario, son trapacerías ocurridas en tiempos del ídolo de Macuspana.
Un caso insólito que solo en México pasa: sin médico ni pacientes un hospital de Guanajuato se gastó más de 27 millones en material de neurocirugía craneal. Entre renta de equipo y gastos de mantenimiento el hospital regional de alta especialidad del bajío utilizó entre 2018 y 2023, la millonaria suma, cuando no contaban siquiera con ese servicio en el nosocomio.
Hoy domingo 27 con su desfile inicia actividades la cantina más grande de Hermosillo: la expo ganadera y con ello el incremento de inseguridad, con peligros acumulados y si ya sé que no pasa nada, que todo es una chulada, que solo hay que echar vítores al aire y que viva la fiesta, cueste lo que cueste.

