Hay plomo en los alimentos. El agua del río Sonora ¿también?

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Hay plomo en los alimentos. El agua del río Sonora ¿también?

Estudios van, otros vienen y el agua además de cara en Hermosillo, es más letal, a la vista de todos y en donde nadie hace nada. Recientemente un estu

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Estudios van, otros vienen y el agua además de cara en Hermosillo, es más letal, a la vista de todos y en donde nadie hace nada. Recientemente un estudio reveló que el recurso para uso de riego está contaminado por desechos industriales, restos de fertilizantes, por lo que es una de las causas para encontrar plomo en vegetales frescos. Mientras que, en la industrialización de alimentos, ocurre en las diferentes etapas de su elaboración. Es importante decir que a estas alturas ya nadie se acuerda de la contaminación del río Sonora. Para qué, quien quiere enfrentarse al poderoso señor don dinero, Germán Larrea.

Hace unas semanas murió una de las activistas, habitante de Ures, quien hasta su último aliento exigió al gobierno respuestas, el resarcimiento a la contaminación del rio Sonora y todo lo que ello implicaba, perdió su vida, consiguió nada o mejor dicho sí su enfermedad que le acortó su existencia. Su fallecimiento fue ¿por el consumo de agua con metales? ¿Murió de causas “naturales”? O fue sufrimiento y frustración por conseguir nada, en sus afanes de justicia.

Arroz, trigo, soya, pimienta, chile guajillo, embutidos y alimentos para bebé, entre los alimentos que registran presencia de plomo. Científicos revelan que se detectó este metal en 18% de los alimentos más consumidos por la población mexicana. Investigadores realizaron el primer monitoreo de presencia de plomo en 103 de los alimentos, bebidas y especies más consumidas en México.

De acuerdo con el estudio, entre los alimentos con valores detectables de plomo se encuentran arroz, trigo, soya, cúrcuma, pimienta, chile guajillo, jamón, salchichas, dulces a base de tamarindo y productos para bebés a base de arroz y soya. Exceder el valor del límite permitido de este metal en los alimentos implica un riesgo para la salud. Víveres industrializados hechos a base de trigo y arroz exceden los límites máximos permitidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FOA), así como por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El plomo “es considerado por la OMS como uno de los 10 elementos tóxicos de mayor preocupación, por los efectos adversos que ocasiona, en niños pequeños y mujeres embarazadas, ya que puede causar daños permanentes al cerebro en desarrollo que provoca cambios en la estructura y función del sistema nervioso”, advirtieron los expertos. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2018, en México, más del 17% de los menores de entre uno y cuatro años tienen intoxicación por plomo en valores superiores en sangre.

Están contaminadas las aguas para regar cultivos de alimentos que se consumen frescos, eso sin menospreciar los que vienen industrializados, tal es el caso de bolsas con ensaladas que contienen diferentes clases de lechugas en presentación vistosas porque vienen en distintos colores, pero, cualquiera de esos paquetes pude traer cantidad de bacterias, microorganismos, gérmenes. Y lamentablemente solo Estados Unidos supervisa lo que ingresa a su país, a México procedente de allá puede entrar la basura y la porquería que sea. Nadie los ataja. Y el malinchismo hace creer que como viene de allá, todo perfecto, nada más alejado de la realidad.

Además, no hay que creer que solo los alimentos y bebidas que se consumen enferman el cuerpo, hay mucho quebrantamiento de la salud física por la forma en que piensa, por las emociones con las que lidia el ser humano. Los padecimientos tienen una razón y carga profunda de cómo hace las cosas el individuo, pero igual no ayuda mucho la contaminación de las aguas y de los alimentos.

En más de contaminación, pero ahora por el miedo. Resulta que la Secretaría de Seguridad Pública estatal salió a informar que “logró liberar 38 ranchos y una mina en la zona norte del estado, donde se había detectado presencia del crimen organizado. El titular de la dependencia, Víctor Hugo Enríquez García, dijo que estas acciones buscan proteger los ciclos productivos, garantizar el desarrollo económico y salvaguardar fuentes de empleo e inversión en la región”.

¿Hasta qué recuperaron esos bienes avisan de la tremenda afectación a los propietarios? ¿Qué más pasó? Los dueños ¿fueron secuestrados, desaparecidos asesinados? Que “las operaciones se han concentrado en los municipios de Santa Ana, Caborca y Pitiquito, donde se lograron golpes significativos contra el crimen organizado además aprehendieron a 64 sujetos”. Y ¿quiénes son, para quién “laboraban”? Que: “desarticularon a un total de ocho células delictivas en operativos al norte de Sonora”.

Todos esos peligros estuvieron ahí, vivos, palpitando, causando todo tipo de perjuicios de despojos de riqueza, de bienes, destruyendo vidas y hasta que llegó Donald Trump a exigirle cuentas al gobierno mexicano, sin despreciar que puso sofisticado sistema de espionaje a través de toda clase de instrumentos de guerra ¿se animaron a entrarle al toro por los cuernos? Perdónalos Señor, los gobernantes no tienen sensibilidad para amar a los ciudadanos a los que deben lealtad y respeto.

¿Llegará el momento en que con los brazos al cielo los ciudadanos se vean obligados a decir, gracias Trump? Porque con todo y lo loco y maniático del maldito ególatra, ha puesto al gobierno infame y opresor de Morena contra las cuerdas. Ver para creer.

Por último y si debo decir que con todo respeto -y mi corazón con la familia del ciclista fallecido-, pero en qué cabeza cabe viajar en la noche montado en una bicicleta por la carretera a Bahía de Kino. Esa vialidad da miedo de día y en vehículo, para colmo de males circularon de noche el pasado martes, donde como era de esperarse, se registró un choque automovilístico en el kilómetro 22 que dejó sin vida a un miembro de ese grupo que hacía su rodada.

Nuestra sociedad está enferma de estrés, de ansiedad, de dolores físicos, emocionales, psíquicos y mentales, que maneja su vehículo como si lo que quisiera es escapar de sus problemas. La cruda realidad es que somos un riesgo para nosotros mismos. Cantidad de veces encuentro en la carretera Ures-Hermosillo contingentes de ciclistas en la mañana, de día y no me envía el mensaje claro suficiente de que el vehículo que lleva prendidos los intermitentes, protege a un grupo en bicicleta.

Por ello considero que hacerlo de noche, en una carretera oscura -pido perdón por anticipado- no sé, creo que literal es un acto suicida. Espero que la muerte de ese buen ser humano sirva de lección a quienes organizaron esa locura.