Entretelones Samuel Valenzuela Izaguirre Ranch se lee en el portón metálico pintado de negro, y adentro, el horror de lo que fue un campo de a
Entretelones
Samuel Valenzuela
Izaguirre Ranch se lee en el portón metálico pintado de negro, y adentro, el horror de lo que fue un campo de adiestramiento y de exterminio, con tres hornos crematorios aún con restos humanos, fosas clandestinas y un altar con varias figuras de la Santa Muerte.
Sabe cuál sea el número de seres humanos que pasaron por ahí víctimas de secuestro al ser enganchados con sugerentes ofertas de trabajo, pero en esa siniestra propiedad se hallaron tenis, botas, zapatillas, huaraches, sandalias, uniformes, chamarras, playeras, blusas, pantalones, cinturones, carteras, billeteras, identificaciones, artículos de aseo personal, mochilas y maletas.
Las buscadoras consideran ser pertenencias de al menos 200 personas que suponen fueron asesinadas en esa finca de 10 mil metros cuadrados de forma rectangular ubicada a poco más de un kilómetro de la comunidad la Estanzuela, a cuatro de Teuchitlán y a 40 kilómetros de Guadalajara y rodeada de propiedades similares ubicadas a 800 metros en promedio.
El hallazgo fue el pasado jueves y se asegura tratarse de un centro de operaciones del Cartel Jalisco Nueva Generación utilizado como campo de adiestramiento de jóvenes y mujeres víctimas de secuestro, quienes, si no daban el ancho, se resistían o desobedecían, eran asesinados y sus cuerpos calcinados en los hornos crematorios similares a los tradicionales hoyos para barbacoa, con material refractario y cubiertos con ladrillos.
Incomprensible que, a pesar de un publicitado operativo en septiembre pasado en ese mismo lugar, no hayan encontrado nada ni profundizado en las indagatorias pese a haber detenido a 10 sujetos y liberado a un secuestrado, cuando hay abundantes indicios sobre hechos cuya ocurrencia fue de meses antes y que se sepa que los jóvenes, hombres y mujeres víctimas de secuestro y luego asesinato, tenían entre 18 y 24 años.
Inquieta aún más la certeza de centros de adiestramiento similares en otras partes del país y destino de jóvenes víctimas de reclutamiento forzado para ponerlos al servicio de bandas criminales y el Estado de Sonora no es descartable que eso ocurra, en una nueva versión de la famosa leva, aunque como se sabe, ante la falta de oportunidades y su sórdido entorno, hay jóvenes voluntariosos por ser sicarios.
Ocupada en la autocomplacencia por su “exitosa” gestión para aplazar la imposición de aranceles hasta el 2 de abril próximo, la presidente Claudia Sheinbaum abordó dicho escabroso tema hasta este lunes, solo para anunciar la posibilidad de atracción de la Fiscalía General de la República de esos dantescos hechos y pretender deslindar al gobierno federal, apuntando hacia el gobierno de Jalisco.
Poco se sabe de lo que hacen las bandas de narcos hasta que se sabe por hallazgos de fosas clandestinas, de cuerpos en despoblado o en resquicios urbanos y cuyo saldo no aparece en los registros estadísticos, mientras instancias de gobierno se vanaglorian de la baja en la incidencia de crímenes de alto impacto, esos que de todas formas abundan en Ciudad Obregón, Nogales, Caborca y San Luis Río Colorado, entre otras plazas calientes de esta entidad.
El caso es que a la presidente no le quedó de otra y se vio obligada al abordaje de un tema y de hechos tan dañinos para su investidura, al ser resultado de la incompetencia, corrupción y complicidades de su administración con grupos criminales, de acuerdo con las declaraciones del presidente de EEUU, Donald Trump y altos funcionarios de su gabinete.
De eso se trata, ese es el fondo de la amenaza arancelaria del orate inquilino de la Casa Blanca, con o sin candados del T-MEC, además de obligar al gobierno mexicano a actuar bajo la férula gringa en materia migratoria; intensificar y dar buenos resultados en el combate a la elaboración y tráfico de fentanilo, a entregar a delincuentes reclamados por cortes a otro lado de la frontera, en un contexto donde la soberanía nacional fue convertida en un eufemismo impropio para los no iniciados.
Por cierto, con el pretexto de defender a nuestra soberanía nacional, siempre sí se llevó a cabo el monumental acarreo hasta el Zócalo de la Ciudad de México, ahí donde según cifras oficiales se dieron cita mas de 350 mil personas, cuando según Pitágoras su cupo máximo es 300 mil si es que en cada metro cuadrado estuvieran 7.25 personas, sin templete sin vallas de seguridad, sin sillas ni pasillos de tránsito, sin espacios para bocinas y pantallas gigantes.
De todas formas 100 mil personas en un evento son muchas y ante ellas la presidente nadó a contracorriente de aquellos tiempos cuando pancartas en mano protestaba contra el gobierno de Carlos Salinas y contra la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá por ser un esquema injusto para México dados los desequilibrios entre el desarrollo económico e industrial de dichos países frente al nuestro.
Pues al parecer la edad y las circunstancias la hicieron cambiar de opinión, porque ahora apuesta a que la nueva edición y los términos de dicho tratado conocido como el T-MEC, son la salvación porque dejan sin materia a la imposición de aranceles a su nazifascista homólogo del norte, de acuerdo con su mensaje a la multitud reunida.
A pesar de la distancia, destaca el gran contingente aportado por Sonora a esa juntada, enterándonos por el abundante material gráfico en redes, de la presencia de por ejemplo la alcaldesa de Guaymas, Karla Córdova muy buen acuerpada por el numeroso grupo de sus compañeros de partido porteños y de comunidades yaquis, compromiso que le impidió estar en el Vino Fest del Marina Terra, mientras en contrario por estar en ese evento de tanta alcurnia, la senadora Lorenia Valles no fue el Zócalo y por ello fue representada por su colega, Heriberto Aguilar, quien de alguna forma se retrató en San Carlos en el marco de esa peda fifi y también en la concentración de la Ciudad de México.
El gobernador Alfonso Durazo Montaño no tendrá ninguna queja luego del apretado, efusivo y afectivo abrazo intercambiado con la presidente Sheinbaum, quien quizás andaba ansiosa de cariño luego del desaire público de integrantes de la cúpula de MORENA, el cual calificó como “asunto menor” a pesar de su reacción inmediata y que luego al terminar el evento evidentemente le sacó la vuelta al grupito que desde la primera fila poco antes estaban comiendo materia fecal en lugar de estar atentos al paso de su lideresa o presunta lideresa.
Miren, según el abundante material videograbado, la mandataria federal salió de Palacio Nacional para encabezar el mitin referido y antes de subir al templete, decidió saludar a los simpatizantes de la primera fila y, después, a familiares, amigos, políticos e invitados especiales ubicados en la zona VIP.
Mientras se desarrollaba dicho protocolo ya tan tradicional en los tiempos de la 4T, Andrés López Beltrán, dirigente nacional de facto de MORENA, Luisa María Alcalde, la dirigente de membrete, Ricardo Monreal, Adán Augusto López, coordinadores de ese partido en la cámara de diputados y el Senado, respectivamente, la garrapata del verde, Manuel Velasco, y el senador Alejandro Esquer, protagonizaban una sesión fotográfica.
En esas estaban sin percatarse de las expresiones de la multitud mientras la presidente iba en tránsito hacia el monumental templete, y al pasar por atrás de los incondicionales a su antecesor, éstos se dieron cuenta de forma tardía y a sus intentos de recomponer las cosas, ella no detuvo el paso e incluso se apuró y los mandó por un tubo agitando solo su mano al aire.
Como decíamos, la señora Sheinbaum consideró ese desaire como un asunto menor, aunque no debió serlo para la Alcalde, Monreal, López y Velasco, por sus posteos en redes sociales en los que le ofrecen disculpas por el incómodo momento y además reconocen que lo ocurrido fue por estar comiendo cuacha, y por cierto, el único que no ofreció disculpas fue López Beltrán, quien según enterados del desaguisado, fue el responsable de la distracción.