¿Quiere un abarrote adentro del Cereso?

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¿Quiere un abarrote adentro del Cereso?

Cómo esperar que la inseguridad sea atacada, reducida y que la población pueda transitar hacia algo de paz, de tranquilidad de certezas si el Estado m

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Cómo esperar que la inseguridad sea atacada, reducida y que la población pueda transitar hacia algo de paz, de tranquilidad de certezas si el Estado mexicano sigue en sus recetas fallidas y bobas: el desarme voluntario. Hagan ustedes el recabrón favor, si, ya veo al delincuente que lleva sus poderosas metralletas para cambiarlas por dos kilos de frijol y uno de arroz. La fatal secretaria de gobernación orgullosa reportó que llevan 620 armas recuperadas y 33 mil cartuchos.

En lo que la titular de gobernación, Rosa Isela Rodríguez abría su boca para presumir orgullosa de los fierros viejos que dice que les entregaron, todavía falta que sea cierto, por las porosas fronteras mexicanas igual la del norte que la del sur, ya ingresaron miles de rifles, armas de todo tamaño, poderosas metralletas para tirar un avión si así lo quisiera el dueño de esa potente armería.

A propósito que sospechoso, que jodidamente sospechoso que, a mayor empobrecimiento de México, a mayores riesgos y malas expectativas en todo sentido y dice una casa encuestadora que Claudia Sheinbaum ya se trepó al 80 por ciento de aprobación, gracias a sus súbditos. Que como nunca antes visto los aztecas se volvieron locos de amor por la señora que cuida la silla presidencial, ya se sabe que es para entregarla al hijo pródigo, cuando aquel quiera.

Para colmo de males salen a decir que la aprobación del 80 por ciento es por lo bien que ha manejado la relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y por lo perfecta que luce ante el embate del jefe de jefes, Ismael Zambada. No pues sí que la señora tiene trabajando a todo su gabinete en la adquisición de voluntades en los medios mas “importantes”, porque no se ve de donde saquen semejantes conclusiones favorables a la pobre mujer, de la colita de caballo.

Hasta ruido hace el escándalo desatado en los noticieros de Televisa con la muerte de Paquita la del Barrio, digo más allá que la señora cantaba canciones divertidas, pero de ahí a dedicarle 22 minutos en el inicio del noticiero de las 20 horas, el día en que la artista falleció, es entretenimiento para las muchedumbres que se interesan por la frivolidad y sus asuntos. Para colmo el jueves pasado que explotó el asunto de la carta de Zambada, otra vez con el asunto de la difunta, ahora fue en el barrio donde vivió la señora en la ciudad de México que le daba el último adiós.

La compra de protección o de distracción, en los medios de comunicación, -en poderosas empresas que a veces manejan información- es tan vieja como el coludo y ahí están las “oportunidades” con el fallecimiento de una cantante que quiere el populacho, para utilizar toda la parafernalia posible, en una muerte que resulta intrascendente ante todas las barbaries que ocurren a diario en México.

Ahora sí voy con la historia de la señora que hace más de 17 años, me llamó para pedirme ayuda, resulta que su sobrino lo metieron a la cárcel y ya adentro, el “dueño” o ese “alguien” un preso con mucho poder en el Centro de Readaptación Social (Cereso), le ofreció poner una tienda para que ofertara mercancías diversas por la módica suma de 5 mil pesos. Los familiares en medio del pesar por el proceso legal que enfrentaba el pariente le juntaron los billetes y aquel pagó por la franquicia.

Pero que nada, que de pronto pusieron en libertad al pariente y el negocio quedó trunco, pagaron los 5 mil pesos, pero ya no había como llevar a cabo la actividad y la doña descarada me llamó para saber en qué la podía ayudar ¡En nada, nada y nada! Respondí, que quiere ¿qué le reclame al “dueño” del penal, que lo regentea a su gusto que le devuelva el billete? Está loca usted, pregunté.

La dama seguía en modo ofendida y a fuerzas quería que le diera alguna dirección para recuperar su dinero y entonces en modo chiste le pedí que acudiera a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para que demandara al preso que le ofertó la oportunidad del “negocio”.

Luego de reírme un buen rato, me puse en modo decente y le explique a la señora que tuviera mucho cuidado, en sus modos de reclamar, porque un sujeto que puede vender franquicias para negocios dentro del Centro de Readaptación Social (Cereso) es alguien que tiene enorme poder también afuera de esa institución, para ir por quien sea que lo delate o exhiba sus negocios.

Siempre se pregunta uno si la gente es o se hace, cuando a sabiendas de que las cosas son ilegales, inapropiadas, actividades clandestinas, de todas maneras, le entra así que, si salen mal, no hay modo de reclamar, salvo que se quieran poner a las patadas con Sansón y paguen las consecuencias de sus atrevimientos.