No hay nada que perdonar, sino comprender. Te agradezco por haber representado ese papel que necesité para sanar mi pasado. Gracias a ti, descubrí
No hay nada que perdonar, sino comprender.
Te agradezco por haber representado ese papel que necesité para sanar mi pasado. Gracias a ti, descubrí partes ocultas de mí que desconocía.
Entiendo que eres mi reflejo, mis zonas oscuras, mis miedos y mis debilidades. Me mostraste lo que debía sanar, y por eso, más que perdonar, hoy agradezco.
Me llevaste a rincones de mi alma a los que sin ti jamás hubiera ido. Me ayudaste a reconocer mis sombras, mis luchas internas.
Hoy corto las cadenas del rencor. Te libero de este juego de víctima y victimario que creé para no hacerme responsable.
Hoy decido liberarte.
Gracias por cruzarte en mi camino. Gracias a ti, hoy estoy sanando
