Desde el sexenio pasado se hace fiesta por los dólares que envían mexicanos al país, pero lo celebran desvergonzadamente sin asumir la responsabilidad
Desde el sexenio pasado se hace fiesta por los dólares que envían mexicanos al país, pero lo celebran desvergonzadamente sin asumir la responsabilidad que como gobierno les compete. Es decir, los ciudadanos se van no por gusto, sino por extrema necesidad de seguir vivos en caso de que huyan por la violencia o por el simple hecho que los pesos no rinden como la divisa norteamericana. Y no solo se van allá los jornaleros a las piscas, ahora también migran los profesionistas.
Los dólares que llegan al país, están tintos de sufrimiento, de dolor, de ausencias, de drama por las distancias y acá hasta creen que es para apoyar al gobierno y que la economía no termine de caerse en pedazos. Grandísimos gandules, no tienen idea de lo que le ocurre al pueblo, lo que sucede en las casas de los migrantes. No todo es éxito, prosperidad y abundancia. Hay un sacrificio monumental en todos los que se van.
Me entero de una jovencita que terminó la licenciatura en psicología, en escuela privada de Hermosillo y se fue a trabajar como niñera, que el sueldo es de mil dólares a la semana y se siente muy bien con la familia con la que colabora. Entonces hay que preguntar porque el país no es apto para profesionistas, porqué se tienen que ir a buscar mejores sueldos así sea trabajar en otras cosas para las que no se ocupa, propiamente un título universitario.
Para colmo, el titular de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente sale a ratificar su idea grandiosa del botón de pánico (botón de contacto lo llama él) el que ya está listo para que los connacionales en situación ilegal, apachurren el artefacto, luego no se qué sucederá. En México creo que por fin dejaron de hablar de él las autoridades de seguridad pública, porque a finales de los años 90’s, e inicio del 2000 era la gran panacea. Tristemente se murió solo.
Sabrá Dios cuantas fortunas cuantiosas se amasaron gracias a la venta del dichoso botón de pánico, que les ha servido a los mexicanos, para lo mismo que todo el gobierno, para nada, nada y nada.
Hasta Sonora informa que se une a la neurosis nacional, por las deportaciones, que presuntamente hará el descerebrado, maniático y delincuente convicto, Donald Trump, que ya instalaron albergues, lo insólito es que con las bajas temperaturas que han azotado al estado, el gobierno no se molestó en regalar cobijas, repartir láminas para que terminen de tapar los agujeros de sus paredes y casas improvisadas. Conociéndolos seguro que es pura faramalla. Lo otro es que son candil de la calle y oscuridad de su casa.
En resumen, es una esquizofrenia nacional, porque llega el horrible Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, vuelvo y repito los que dan miedo son los gobernantes mexicanos que siguen en lo mismo, en lo de siempre, en lo suyo el amiguismo, el compadrazgo, el nepotismo, la corrupción por cada ladrillo que ponen. El delincuente de a lado no les cuesta a los mexicanos y esperemos que, si manda sus ejércitos al país, tampoco signifique la muerte de civiles inocentes.
Para no ir muy lejos, cómo es posible que aún no puedan concluir la investigación por la muerte de Paula Josette, a un año de su lamentable fallecimiento. El boletín de prensa que emite la fiscalía estatal insiste en no reconocer que la víctima es menor de edad, lo que en su momento aseveró la madre en todos los medios de comunicación que le dieron espacio. La joven murió el 14 de enero de 2024 en el Cereso número 2. Los detalles de su deceso son inexplicables y más deplorable el hecho de que fueron y la tiraron casi en la banqueta del Hospital general del estado. A donde llegó sin signos vitales.
En el mismo comunicado oficial se asegura que hay 8 funcionarios en procesos judiciales pero que aún no pueden concluir la investigación. Pero como no van a poder finiquitar con las pesquisas. O no pueden, por el tamaño de los imputados. O las cosas que tendrían que revelar de lo que sucede dentro de esas instalaciones penitenciarias.
Para empezar porque la fiscalía no reconoce que es menor de edad, que informe quién le permitió el acceso y para hacer qué ¿a visita conyugal? No es posible que a estas alturas todavía insistan con los mismos absurdos. Por lo pronto se sabe que la madre de la jovencita presentó una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por lo que ella considera irregularidades en las investigaciones.
Se sabe además que la familia solicitó un peritaje independiente en el que se sugirió que la muerte de Paula Josette fue por asfixia y no por ataque al miocardio. Que miedo dan las “autoridades” cuando se quedan pasmadas ante el poder de otros, de aquellos que no pueden ser investigados, menos mencionados como parte de éstos lamentables hechos.
Muy “preocupados” por los migrantes que navegan en otros peligros, pero nadie menciona los desafíos en territorio nacional como el hecho que en los tres meses y medio que lleva el actual sexenio, cuatro mil 280 personas fueron anotados en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, un promedio de 40 al día, lo que significa un aumento del 60% en comparación con el sexenio anterior. De ellos, dos mil 980 son hombres y mil 310 son mujeres. Casi la cuarta parte del total, mil 20 son menores de edad, el 56% son féminas. Con mayor número de desapariciones son las de 16 años.
De regreso a Sonora, hacen silencio total en la administración de Alfonso Durazo sobre el levantón de faldillas que les dieron en Latinus con los negocios que llevan a cabo los juniors, el sonorense con el chino más los dos funcionarios de gabinete socios del hijito. Han de creer que como no hablan del asunto, éste desaparecerá, por tanto.
La fotografía que se hicieron los tres socios sonorenses: Alfonso Durazo Junior, Fernando Rojo de la Vega secretario de Bienestar y David Soto Alday, secretario del trabajo (ah sí y dos perritos), Jesús de Veracruz, más matona imposible. Es una imagen que resume todo lo que significa el poder político y económico de los virreyes ¿O mirreyes? Con papi orgulloso. Basta.