Tan simple como lo que ocurrió con los vehículos de procedencia extranjera, que resultaron en un multimillonario negocio para las aduanas. Esas miles
Tan simple como lo que ocurrió con los vehículos de procedencia extranjera, que resultaron en un multimillonario negocio para las aduanas. Esas miles de unidades que ingresaron de forma ilegal a México, tuvieron forzosamente que cruzar por algún sitio, seguro que no volaron, no entraron por túneles, lo hicieron por las carreteras, esas que están plegadas por representantes de instituciones diversas que se nutren y alimentan de la corrupción, sí en provecho del contrabando que se realiza por civiles u organizaciones dedicadas a ello en forma masiva.
Pero ciertamente no hubo engaño para nadie, ya había miles de unidades “chuecas” en el país y cuando anunció el gobierno federal que habría legalización, ese negocio de tráfico de vehículos se disparó de forma explosiva. Y llegaron por las fronteras, a través de las aduanas. Que legitimar la circulación de esos vehículos era para ayudar a los pobres, ajá a los pobres traficantes, a los pobres aduanales, a los pobres estadounidenses al exportar su chatarra y basura.
Ahora que el gobierno federal quiere ponerse de rodillas ante el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump empezaron una campaña de decomiso de un millón de piezas de productos chinos, en la capital del país, pero acá donde las sospechas son abundantes, rápido me vino la idea que era una estratagema tan clásica, tan “normal” para hacerse de artículos diversos, y regalarlos en las posadas que habrá de celebrar el partido oficial a lo largo y ancho de la nación.
Pero la novedad es que este jueves 12 se replicó dicho operativo en Sonora, eso de ir a las tiendas chinas y asegurar mercancías por el orden de los 150 millones de pesos y luego los responsables presuntos de esa “gloriosa” acción, henchidos de orgullo explican que: “Este esfuerzo busca fortalecer la legalidad en la introducción de productos al país y brindar certeza a los comerciantes locales”.
Lo que sorprende es que no hay un ápice de auto crítica, algo como el de asumir responsabilidad en materia de la introducción de mercancías que otra vez, no llegan volando en el lomo de un ave, tampoco aparecieron de la nada en tiendas de todo el país, éstas llegaron a las aduanas y con las complicidades “naturales” ingresaron como otros millones de artículos peligrosos ¿Y qué, no hay nadie responsable de esto?
Gratis no fue, así que sería interesante que el titular de Economía, Marcelo Ebrard empezara a seguir la ruta del dinero que debe estar en algún sitio, no sé quizás en las cuentas bancarias de los ex directores de aduanas; en los partidos políticos, a la mejor abonaron necesidades de las campañas electorales que se perpetuaron desde 2018 a 2024, qué se yo. Investiguen quien se beneficio con la permisibilidad en los puertos de entrada. Caminando, solita esa mercancía no entró acá.
De pura flojera. En serio, porqué los gobernadores se molestan en publicar en medios de comunicación que aprueban el plan de seguridad de la encargada de despacho de la presidencia de la República ¿Y qué ganan los ciudadanos con eso? No hay noticia en esa actitud, novedad seria que se opusieran, que expusieran ideas brillantes, mejores que las tonterías con que marean a diario, solo para querer justificar el baño de sangre que hay en el país y que no hay nadie que lo pueda parar, vamos de perdida disminuir.
Y como si las cifras de más de 500 mil asesinados, más de 100 mil desaparecidos, más de tres mil fosas clandestinas, 98% de impunidad no fuera suficiente para alimentar el miedo y la desesperanza, el Índice de Conflictos 2024 de la iniciativa global de Datos y Ubicación de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés) confirmó que :“México es el país sin una guerra regular más peligroso y violento del mundo, la cual sostiene que el gobierno mexicano tiene “el poder pero no el control” de todo el territorio”.
De acuerdo a dicho reporte el país más peligroso y violento del mundo es Palestina, en segundo y tercer lugar aparecen Myanmar y Siria, que enfrentan en ambos casos conflictos armados internos. Luego de esas tres naciones en guerra, aparece México. El informe que acompaña su Índice de Conflictos 2024 refiere que que México registra “una guerra civil de cárteles” de la droga.
Además de atontar deja una enorme duda la información que proporcionó el titular de la Comisión de Búsqueda en Sonora, Javier Díaz Ballesteros, quien aseguró que entre el 70 y 80 por ciento de las personas reportadas desaparecidas, fueron encontradas y que se largaron porque así les dio la gana. Que este 2024 se ha localizado a más de 800 personas tras operativos efectuados por el organismo a su cargo, más los colectivos. La mayoría se ausentó por decisión propia.
La realidad es que ninguna autoridad busca a nadie, las familias de afanan, luchan con uñas y dientes contra la indiferencia, la burocracia, que por ejemplo dejó a una mujer asesinada años en el Servicio Médico Forense en Sonora. Mientras la madre se desangraba cavando en todos lados, buscando pedazos, un hueso, un trapo de su hija. Además, suena por demás escandaloso que 800 sonorenses se hayan dado a la fuga por gusto y luego volvieron muertos de contentos.
Por supuesto que sí hay casos descarados como la mujer de más de 30 años reportada esta semana desaparecida luego que subió a un vehículo de alquiler, de una plataforma y nada, la dama retornó con bronceado nuevo, luego que confesó que se fue a Guaymas a descansar del mundo y sus complicaciones ¿Pero 800? Cosas muy graves, gravísimas ocurren por acá si esa cifra se acerca a la verdad. O esconden un grave peligro para la sociedad ¿Qué es?