Es simple ciencia, todos los hospitales del país tienen graves problemas, hay que ingresar en ellos para ver el abandono histórico que los deja con se
Es simple ciencia, todos los hospitales del país tienen graves problemas, hay que ingresar en ellos para ver el abandono histórico que los deja con serias dificultades de operación, luego revisar a donde se dirigieron los recursos para educación, asistencia social, salud ni más ni menos que a las tres obras faraónicas que no se han terminado pese a las inauguraciones varias, otros siguen succionando con peligros resultados el dinero público. Lo de los 17 niños muertos en 3 estados de México, las consecuencias naturales de un gobierno infame y traidor.
Solo cuando se vive y sufre un embarazo es posible imaginar el drama de esas madres que sostuvieron a salvo a sus criaturas los 9 meses, durante la gestación y luego parirlos todo para que murieran por las condiciones de riesgo que priva en los hospitales. No hay explicación que valga y menos aún que justifique el deceso de esas inocentes criaturas.
Dónde están los culpables, quien contrató a esos proveedores sí porque ahí quiere centrar el secretario de salud, David Kershenobich, el problema, quien este martes informó sobre los contagios y fallecimientos por la bacteria klebsiella oxytoca y confirmó que además del estado de México ya hay contagio en Michoacán y Guanajuato.
En Michoacán hubo 9 contagios y fallecieron 3 menores; en Guanajuato se reportaron 6 y murió una persona, por lo que hasta ahora han perdido la vida 17 niños con los 13 del estado de México. Que han identificado dos bacterias como fuentes de contagio y causa de muerte. Una característica de estas es su resistencia.
Es imposible que se reconozca en el actual gobierno federal, de la encargada de despacho, Claudia Sheinbaum -que desgracia que sea mujer, quien al igual que miles se encuentra sometida por hombres-, que la falta de inversión en el sector salud es la causa principal. Sin desdeñar el deporte nacional de la corrupción que amparó la creación de nuevas empresas sin experiencia en el ramo, que se volvieron beneficiarias de millonarios recursos públicos, de la noche a la mañana.
En este país del “sospechosismo” que cala hasta la médula, es por demás sorprendente que en medio de la peor crisis de inseguridad que también vive el país, no se tenga un poco de consciencia del tamaño de miedo que carcome la vida de los mexicanos y que en una de sus peores catarsis un hombre quiso desviar un avión hacia Estados Unidos, e impedir que éste llegara a Tijuana, Baja California. Se llama terror, sufrió un ataque de pánico cuando a través de su celular lo amenazaron una vez más en que matarían a toda la familia si desembarcaban en aquella frontera.
No justifico lo que hizo este hombre que ha sido identificado como Mario, el querer tomar un avión, perjudicar a cientos de personas, que viajaban junto a él, pero sí es menester entender que lo que le ocurrió a él es parte de una trágica circunstancia que lacera a millones de mexicanos. La esposa dijo que “nadie sabe lo que hemos sufrido, el terror que estamos pasando…”.
La esposa de Mario estuvo secuestrada 24 horas y el piscador de fresas en Estados Unidos, llegó a Pénjamo, Guanajuato, a ver a su familia, donde tuvo que desembolsar 150 mil pesos para liberarla. “No quería secuestrar a nadie, sino que como recibió la llamada quería aterrizar en Estados Unidos. No había dormido, no había comido, estaba muy alterado, muy presionado, decía que nos iban a matar a donde quiera que nosotros fuéramos”, dijo la mujer.
¿No es esto parte de la cotidianidad de miles de mexicanos vivir con el terror a cuestas? Porque son hombres, porque son mujeres, porque llevan niños, el colmo es que no sintieron confianza en las “autoridades” para presentar la denuncia y que se procediera con una carpeta de investigación, como dicen henchidos de orgullo en las fiscalías.
Sufrió un ataque de pánico severo, profundo y cometió un grave error que ahora lo mantiene en un hospital, con graves lesiones, que seguramente se las provocó la policía que lo trasladaba después de su detención en Guadalajara, Jalisco, que es donde descendió el avión para resolver la crisis.
Segundo ataque en líneas aéreas en pleno vuelo que nada tiene que ver con pasta dental, maquillaje, crema corporal líquida, lociones que se han declarado peligrosísimos productos y por ello los sacan de las bolsas y equipaje de mano, con una prepotencia cabrona los trabajadores de los aeropuertos para según ellos tirarlos a la basura. Lo que está en duda, por lo costoso de los artículos y la leperada galopante que asedia en todos lados. Hasta imagino un tianguis en donde comercializan lo que roban.
La leperada mayúscula es que al área de espera de los aeropuertos no puedes ingresar con agua, café, pero increíble al avión sí puedes entrar con el recipiente más grande que puedas comprar en las franquicias que se encuentran justo en las salas próximas al embarque. Maldita codicia que carcome la vida de los humanos, al final, los peligros acechan a todos los ciudadanos de a pie, porque otros tienen guardaespaldas pagados por los mexicanos aterrados de miedo, además a una cuadra de su ahora lujosa finca goza de un cuartel militar. Hay niveles, también ahora en los tiempos de los priistas pintados de guinda.