Entretelones Samuel Valenzuela Para unos fue un martes negro para México, porque gracias a estrategias gansteriles operadas desde las alcantar
Entretelones
Samuel Valenzuela
Para unos fue un martes negro para México, porque gracias a estrategias gansteriles operadas desde las alcantarillas de Palacio Nacional, el absurdo de la elección judicial va para culminar el proceso iniciado con la tramposa decisión del INE de otorgar la sobrerrepresentación al oficialismo y aliados en el Congreso de la Unión.
El trámite para dejar firme la reforma judicial fue ejemplarmente truculento y mafioso, así como son sus fines, en el contexto de una ruta inédita ya iniciada rumbo a una impartición de justicia politizada y partidizada bajo el absoluto control del Poder Ejecutivo y el partido oficial, donde la regla aplicada a Miguel Ángel Yunes para completar la mayoría calificada en el Senado y a Alberto Pérez Dayán para desacabalar la mayoría calificada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación fue la misma: te sometes o te chingas.
Para el anecdotario las grotescas maromas del corrupto senador veracruzano y del ministro, cuando de un día para otro, milagrosamente cambiaron de opinión y se sumaron a los intereses del oficialismo, para poner fin a un diferendo histórico donde el poder ejecutivo, el legislativo, el partido oficial y aliados, entraron en contubernio para anular las facultades del Poder Judicial y decidir su integración a su contentillo a través de una farsa ya en proceso.
Pérez Dayán dejó la mesa puesta para que así ocurra y el primer domingo de junio de 2025 elegir cerca de 861 juzgadores federales además de los nueve ministros de la Corte; los cinco magistrados del TDJ, que sustituirá al CJF; tres magistrados que faltan en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y 15 magistrados de las 5 salas regionales de dicha institución, tocando a Sonora elegir a 39 juzgadores.
Esa es solo la mitad de la totalidad que prevé la aberrante reforma judicial, aunque no crea Usted eso de que los mexicanos elegiremos a esos impartidores de justicia, ya que quienes lleguen a la boleta de votación serán producto de un filtro en las comisiones de selección y nombradas e integradas por militantes de MORENA y/o perfiles identificados abiertamente con el oficialismo.
Ya el INE y su inefable presidenta Guadalupe Taddei Zavala hicieron el trámite correspondiente para que Hacienda etiquete para su presupuesto del año próximo alrededor de 13 mil 205 millones de pesos para poder realizar dicho absurdo, primera edición de los otros tantos miles de millones de pesos para elegir el segundo paquete de juzgadores en 2027.
Para que se den una idea, dicho monto equivale al presupuesto conjunto de los siete órganos autónomos que su antecesor ordenó desaparecer a la presidenta Claudia Sheinbaum y supera los más de ocho mil 800 millones de pesos que costó la elección presidencial de este año.
La señora presidenta ya se inconformó por lo que considera un monto muy elevado y asegura que dicha elección no debe costar más de la mitad del presupuesto solicitado por el INE, en algo así como cuando el perro le ladra enojado a las heces tan apestosas que desalojó por salva sea la parte.
No debería ladrar, porque esa es la consecuencia financiera visible de haber cooptado a la Taddei y a la mayoría del TEPJF para otorgar la artificiosa supermayoría legislativa al oficialismo; de haber comprado las voluntades de Yunes y del ministro ya citado e incluso justificar votaciones fraudulentas en San Lázaro por la intermitencia en la conectividad a través de internet.
Y lo que son las cosas, porque, así como la mortandad del COVID-19 le vino como anillo al dedo al que ya se fue mucho a La Chingada, a doña Claudia también le puede venir igual por el regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y cuya enfermiza xenofobia particularmente contra México y los mexicanos, puede alimentar el clásico patrioterismo nacionalero frente a los amagos intervencionistas del fascista de referencia.
Durante su primer mandato, Trump se cansó de humillar a un arrastrado presidente mexicano que lo idolatraba a pesar de sus ofensas públicas y en privado y en esta segunda edición su posición se ha repotenciado, en lo que dicen solo fue un discurso electorero para ganar las simpatías se sectores supremacistas y de los amplios segmentos de la ultraderecha gringa, pero si cumple solo la mitad de sus amenazas y adelantos de lo que hará para que empresas de capital estadounidense regresen, detener la migración ilegal y el tráfico de drogas, las consecuencias serán de pronóstico reservado.
Hay quienes consideran que el triunfo de Trump resulta muy favorable para los mexicanos, porque por fin se alinean los astros para establecer las bases de una estrategia efectiva para acabar de una vez por todas con los liderazgos de las bandas del crimen organizado, que por la evidente incapacidad y complicidades de instancias de gobierno protagonizan sangrienta guerra por el control del tráfico de drogas y de personas a través de la frontera.
Pues si se apuesta a eso estamos jodidos; si se apuesta a la intervención extranjera para resolver tales temas, será como una alacena completa que tendrá la presidenta de México para alimentar nacionalismos y medio ideal para fortalecer su gestión y medidas autocráticas en la conducción del país, además para reforzar el cerco de protección de la bola de corruptos que desde instancias de gobierno y de las fuerzas armadas, están detrás de las bandas del narco, y seguramente dicha estrategia tendrá el apoyo masivo de los mexicanos agradecidos por las pichicaterías que se dispersan a través de programas sociales.
Miren, si Trump sometió al antecesor de doña Claudia, sin duda la instrucción de éste a su sucesora será que también se someta a su amigo del alma y desde esa perspectiva el gobierno mexicano actual no tendrá ningún problema, dejando solo como decoración la afamada soberanía nacional, o sea, no hay por qué preocuparse.
Como sea, inquietante el que la mayoría del electorado gringo haya votado por un racista, xenófobo, misógino, autoritario, machista y un comprobado delincuente convicto y lo peor, que por dicho perfil hayan votado por él, que esa haya sido su mejor propaganda para seducir a una sociedad en franco proceso de descomposición.
Por lo demás, en este juego adelantado de la sucesión 2027 en Sonora, se están tejiendo toda una diversidad de historias que de forma prematura andan levantando faldillas y revelando ambiciones y ansiedades entre quienes andan muy distantes de posibilidades para estar en la otra esquina de Antonio Astiazarán Gutiérrez en la disputa de la gubernatura de tres años, ya que en la oposición nadie le hace sombra para dicho objetivo al presidente municipal de Hermosillo.
Notable el esfuerzo mediático para meter en el paquete del oficialismo a la senadora Lorenia Valles, en cuyo equipo primero que nada debería permear el consejo de que hay que ser cochis pero no tan trompudos, cuando en todo caso, en la terna lógica para dicho menester está el senador Heriberto Aguilar por su presunta cercanía a la presidenta Sheinbaum y en todo caso, la parte femenina de dicha propuesta la representa la alcaldesa de Guaymas, Karla Córdova.
Para nuestro gusto, el gobernador Alfonso Durazo Montaño tiene suficiente tela de donde cortar con la citada presidenta municipal; su secretario de gobierno, Adolfo Salazar Razo y el titular de la SEC, Froylán Gámez Gamboa, luciendo como puntero hasta el momento el encargado de la política interna del Estado, a quien los neoricos del lorenismo pretenden desacreditar, sin dejar de lado la opinión de quienes en este paquete han incorporado al diputado Omar del Valle Colosio.
Mientras tanto, recordamos cuando como presidente municipal de Hermosillo, Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez fue la causa de que casi fuera expulsado de MORENA Jacobo Mendoza Ruiz, toda vez que a sectores de ese partido no les gustó nadita que el ahora diputado federal acuerpara al munícipe en una reunión pública relativa al reforzamiento de la seguridad pública.
Pues ahora no dude usted que el diputado del PT René García se meta en ese mismo brete, toda vez su aparición junto al afamado Maloro en una reunión en nada más y nada menos que en Washington DC, en donde suponemos despacha como vicepresidente ejecutivo de asuntos políticos del Global Center for Human Rights, organización contraria a la agenda abortista.
Pues por lo pronto, el otrora protector e impulsor de René, el diputado federal, Ramón Flores, deslindó al Partido del Trabajo de cualquier relación formal con el exalcalde capitalino con quien aseguró no tiene ninguna relación política y precisó que el diputado local actúa a título personal. Pácatelas.