Es la tonta y ridícula historia de siempre en el país, cambiar el nombre a las instituciones para hacer parecer que hacen mucho. Pero la corrupción si
Es la tonta y ridícula historia de siempre en el país, cambiar el nombre a las instituciones para hacer parecer que hacen mucho. Pero la corrupción sigue boyante, ya es un hecho que se trata del deporte extremo que por naturaleza se practica a lo largo y ancho de la República, nada la detiene, vamos ni siquiera se hace el intento o ahora sí, en un acto mínimo de congruencia revisarán el estado de quiebra y los responsables de ese desfalco, del lamentable barril sin fondo en que se convirtió la petrolera. Pero es que tiene que haber culpables.
Pero tan no hay ningún atisbo de revisar o de perdida hacer como que evalúan la corrupción del sexenio anterior que, al bueno para nada, ex director de Pemex, Octavio Romero, lo mandaron al Infonavit. Inepto a más no poder y le dan premio, faltaba más. La cosa es que, la ex contraloría federal cambió nombre hace 6 años a Función Pública pues otra vez repiten la misma ridiculez, ahora será Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, Raquel Buenrostro la titular del bodrio declaró que ahora harán prevención del delito. A que bueno, saludos a Cantinflas.
¿Pueden imaginar el tamaño de esa dependencia? Que no solo es su burocracia enorme en el centro del país, sino que se multiplica con sedes en cada uno de los 31 estados de la República, más la ciudad de México ¿de qué montos económicos será la estafa a los mexicanos por la mega operación de este organismo inútil? Que no han querido hasta ahora iniciar una investigación, por un de tantos hechos denunciados contra Andrés Manuel López Obrador y las trapacerías de sus hijos y demás parientes y un largo etcétera.
Aquí en Sonora es la misma tragedia, gastar sumas cuantiosas de dinero en nada. Porque es un horrible dispendio las dependencias, que en resumen sirven para nada o exageradamente poco. Porque Alfonso Durazo no piensa en ahorrarle al contribuyente ese que tiene que pagar por todo a cambio de nada y empieza a reducir instituciones. Por ejemplo: para que quiere una fiscalía anticorrupción. Ya está la contraloría, o la casa de la risa. Dos instituciones para lo mismo y ambos con pingües resultados.
Como no es dinero del gobernador lo que se gasta en inútiles dependencias, ayer ordenó que le tomaran protesta a Mauricio Ignacio Ibarra Romo como Fiscal Anticorrupción. Una pregunta a Alfonso Durazo ¿cuántas carpetas de investigación logró la contraloría del Estado en lo que lleva su sexenio? ¿Cuántas ordenes de aprehensión llevó a cabo la dependencia que desde ayer estrena titular? Ninguna, maldita sea, nada. No hacen absolutamente nada. Entonces porque seguir dilapidando los escasos recursos públicos que deberían servir de algo a los sonorenses.
Vamos Durazo tuvo tremenda oportunidad de buscar y castigar las trapacerías cometidas en el gobierno priista de Claudia Pavlovich, esas que se oyen en pasillos, donde hablan de grandes negocios ¿Qué hicieron los diferentes del gobierno de Morena? ¿Cuántas averiguaciones previas lograron? Absolutamente nada, ni un expediente, nada. Ni siquiera agarraron un charalito, una lombriz, para presentar trabajo. Para justificar su presencia. Cómo harían su trabajo si la dama se congració con el dueño de la verdad y la honestidad valiente. Se les fue la señora con todo y todo.
Ahora menos habrá investigaciones y castigos para los depredadores del erario público, no se les da a los funcionarios de Morena, o a las pruebas me remito ¿cuántos expedientes en los tres años de la actual administración? Cero, nada.
En asuntos igual de delicados de este país en llamas, con una impunidad galopante, una mujer encontró un celular, lo quiso regresar y resultó que Verónica Inés ‘N’, de 49 años, fue detenida el pasado sábado en Tehuacán, Puebla, tras ser acusada de estar involucrada en un caso de secuestro. Todo por decente y querer entregar el equipo al dueño, se convirtió en sospechosa de un delito grave.
Verónica Inés fue aprehendida por agentes ministeriales mientras se encontraba en su lugar de trabajo. Los agentes no presentaron orden de arresto y la detuvieron bajo la acusación de estar involucrada en el secuestro de una persona. El dueño del teléfono celular, al parecer fue la víctima, lo que llevó a las autoridades a involucrarla en la investigación. El abogado que tuvo que contratar para que la sacara del embrollo dijo que había sido torturada.
Ave María purísima. Hasta ahora solo he tenido malas experiencias de regresar celulares. Lo que haces con tan buena voluntad y entusiasmo por lo que crees debes recibir las gracias por lo menos, olvídenlo. La primera vez, encontré el equipo en el estacionamiento, era una cochinada, miserable y no traía saldo. Busqué en su información y avisé a quien me contestó que yo lo tenía. Fueron por el ni cuenta me di, mejor.
La siguiente vez una persona me llevó un celular, me dijo que lo había encontrado, cuando sonó lo contesté, dije quien era y que podían pasar por él. Todavía tengo grabada la cara del tipo odioso, prepotente que llegó por él, casi le salían balas de los ojos, me veía con una actitud amenazante, acusatoria. La siguiente vez, otra fulana lo dejó tirado en el baño de una funeraria lo encontró una amiga y me preguntó que hacía. Ella residente en Estados Unidos contó que en aquel país era muy peligroso -fue la palabra que utilizó- devolver un equipo.
Con la confianza de que Hermosillo es un rancho grande, le prometí que todo estaría bien. En eso suena el teléfono, contesto e informo que lo tengo, llegaron dos mujeres, con una actitud violenta y reclamando ¡madre del Verbo!
Con la experiencia de la señora de Puebla y con la firme convicción que las policías están más jodidas que nunca en sus sistemas de investigación, se espantarían de lo que hacen agencias de seguridad en el mundo, así que lo lamento, si me encuentro un celular, le daré una patada hasta donde me alcance la fuerza. Que pena, pero parece que se acabaron los tiempos de confianza y de amor al prójimo. Yo paso.