Con dinero todo se compra, la dignidad, la fe, el sistema de creencias y por supuesto “la verdad”, por eso es imposible creer que sea cierta la afirma
Con dinero todo se compra, la dignidad, la fe, el sistema de creencias y por supuesto “la verdad”, por eso es imposible creer que sea cierta la afirmación de que a 30 días de que acabe este terrible y ominoso sexenio -tan nefasto o peor que todos los que le antecedieron- se afirma que López Obrador tiene una aceptación de 73 por ciento. Un simple y elemental ejercicio: a cuántos conoce usted que hayan entrevistado para sacar esa cifra. Yo a nadie.
Las estadísticas son como los bikinis, sí enseñan mucho, pero lo más importante lo esconden. En resumen, tan fácil que es hacer las cosas a favor del que paga la encuesta, válgame Dios con la vagancia y falta de escrúpulos con que se conducen los gobernantes y las casas que dizque realizan esos ejercicios, que sorprende no le hayan dado -de una vez- el 99 por ciento de aprobación para alimentarle más el ego al tótem de la República.
Lo muy raro y extraño es que ese 70 por ciento de aprobación, no se percibe en la calle, en las tiendas, en la plática cotidiana de amigos: es un solo quejumbre por los altos precio del agua, la electricidad, la gasolina, los alimentos, etcétera ¿Dónde diablos están los adoradores del Dios de palacio? Para una rebelde sin remedio como yo, sería hermoso verlos bailoteando en la calle llenos de contentura, muy felices. De perdida ese espectáculo de gozo y placer sería ejemplo a seguir o la prueba fehaciente que las encuestas no están cuchareadas en exceso. Que lo están.
El país entero tapizado de mentiras, de maniqueísmos, de vergonzante y desquiciada falsedad. El colmo don “mentirillas” a mandíbula batiente sostuvo que no solo el sistema de salud mexicano es igual que en Dinamarca -que este señor, no debe saber ni dónde queda en el globo terráqueo- que fueron más allá sostuvo en su informe número mil 580 y que se superó la meta: la patria quedó mejor que aquella nación. Con la boca resuelve lo que no pudo en los hechos.
Qué raro ¿no? Y los mexicanos muriendo de enfermedades que ya se habían erradicado o que por lo menos ya eran atendidos. En Sonora la población muere por mordida de garrapata y por dengue. Ambos padecimientos los confunden con resfriados, con influenza y envían al enfermo a su casa, para cuando regresan con los síntomas desbordados es demasiado tarde para salvarles la vida. Mentir es muy fácil y a don mitómano se le da fabuloso inventar sus “otras cifras”. Por eso la muerte tiene permiso, también en el sector salud.
Que Dinamarca ni que la mierda, los trabajadores de la salud saben lo mermado que están los insumos en los hospitales al grado que familiares de médicos residentes cuentan que éstos tienen que llevar de su bolsillo, medicamentos -de pérdida paracetamol- para aliviar en algo los dolores de los pacientes. Si las mentiras curaran, este país estaría a salvo, pero no.
En otro delicado rubro, despreciado y vilipendiado, que van 20 mil 862 mujeres asesinadas en el sexenio del rey de palacio -y contando-, 5 mil 267 fueron feminicidios. Los peores récords: 278 en junio de 2022 y 108 en agosto de 2021, Es 2019 el año más mortal para las féminas, con 2 mil 875 víctimas de homicidio doloso, con un promedio de 10 muertas al día. En 2021 se registraron 981 feminicidios la cifra más alta en este crimen de alto impacto.
De las víctimas la mayoría tenía más de 18 años. Los estados con más asesinatos de mujeres con tasa de 100 mil habitantes son: Colima, Baja California, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Chihuahua, Sonora, Quintana Roo, Michoacán ¿y que hacen diferente para paliar esa epidemia mortal? Nada, nada y nada.
Un país de contrastes el México brutal, con padres casi vivos o casi muertos por la desaparición de sus hijos, por enfermedad que padecen sus vástagos y luego en la otra esquina aquellos seres humanos con enfermedades psicóticas o por lo menos adictos que asesinan a sus críos. No son ellos, es la bestialidad en que se han convertido por todas las perversidades que existen.
¿Un delito al alza en Sonora el filicidio? Apenas hace dos semanas que una madre y su novio asesinaron a su bebé recién nacido y ahora este individuo ya vinculado a proceso por su probable responsabilidad en el homicidio de su hijo, un lactante de 4 meses de edad, en Hermosillo. El pasado 26 de agosto el bebé murió en un hospital. El dictamen reveló que tenía al menos 16 lesiones. Su deceso se debió a una hemorragia cerebral provocada por el síndrome de niño sacudido y policontundido.
Sí era su hijo ¿o hijastro? Para el caso es lo mismo: niños no deseados, que llegan sin las mínimas condiciones de vida y aquí aparece otra de las “gracias” del todavía infame gobierno federal: desaparecer las guarderías. Esta madre hubiera tenido un sitio donde dejar a su pequeño sin necesidad de pedir a la bestia éste cuidar del bebé.
Un voto más para el rey de palacio, porque las decisiones que se toman tienen consecuencias y he aquí un inocente que murió a manos de un psicópata que no estaba en sus facultades mentales para cuidar de él, menos de un recién nacido.