Venden caro su amor, al final hacen nada contra la corrupción.

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Venden caro su amor, al final hacen nada contra la corrupción.

Hay personas que se crean un halo de puros, de héroes -casi- de caricaturas infantiles que luchan contra la corrupción y venden caro su amor. Pero lo

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Hay personas que se crean un halo de puros, de héroes -casi- de caricaturas infantiles que luchan contra la corrupción y venden caro su amor. Pero lo mismo le sirven a un gobierno emanado del PRI que ahora de Morena y un día se van, sin haber dado muestra de para qué exactamente servían. Es el caso de Guillermo Noriega Esparza, que este lunes 19 de agosto renunció ¿se cansaría de corretear rateros de la actual administración? No alcanzó a nadie, idéntico a todos los contralores. Para sobrevivir se tapan ojos y oídos.

Es uno de los cargos públicos más desperdiciados, sexenio tras sexenio, titulares llegan, titulares se van y nunca agarran un “pez gordo”, si acaso y con gran dificultad pepenan un charalito, escuálido y afuera casi todos miran con ojos desorbitados las trapacerías, las riquezas inexplicables, las mega residencias donde viven ahora, cuando ya tiraron el piojo. Noriega Esparza, contralor del gobierno de Morena, no vio ni escuchó nada, no abrió expedientes que merecieran encauzarlos a la vía judicial.

Igual que poco valor le dio Alfonso Durazo a su secretario de la contraloría, al anunciar su “ida” a través de una red social. Dijo que le presentó su renuncia, por motivos de salud. Si tuvieran la decencia de explicar cuál es la presunta enfermedad que llevó a un funcionario a abandonar ese puesto con salario de varios miles de pesos, con prestaciones envidiables, atención médica entre ellas, lo que no hace ningún sentido. Entonces esa excusa no sirve.

No suena muy inteligente que sufra algún problema de salud y renuncie al cargo público en el que no tiene que estar 24 horas los siete días de la semana, que te provee de recursos para poder tomar tratamiento médico gratis a través del sistema exclusivo para la burocracia o en su defecto, nada despreciable es tener un sueldo jugoso para recurrir a la medicina privada.

Así que solo queda elucubrar que Noriega Esparza descubrió la (s) cuevas (s) de Alibaba y los más de 40 ladrones, quiso actuar en consecuencia de su título de contralor y le pusieron las peras a 35 y decidió retirarse. O por la misma causa arriba señalada el hombre enfermó, al no poder combatir la corrupción esa que se enseñorea aquí y allá. Ojalá que alguien nos ilumine de la verdadera razón de su partida y no tener que quedarse con la idea que le quedó grande la tarea.

Lo que es no tener sentido común, o poseer demasiado dinero para gastarlo en boberías. Quien puede creer que, con todas las urgencias en el transporte público entre ello contar con más unidades en buen estado, que tengan aire acondicionado y nada ahora resulta que a los choferes los obligan a aprender lenguaje de señas. En lugar de pagarles por el trabajo peligroso que llevan a cabo, darles mecanismos para lidiar de una mejor manera con usuarios iracundos, groseros.

La justificación: “Para fortalecer las habilidades de los operadores del transporte de pasaje en Hermosillo y brindar un servicio más inclusivo, inició el curso básico de “Lengua de Señas Mexicana”. Kassandra Soto Irineo, directora general de Movilidad y Seguridad Vial del Imtes en coordinación con el Sistema DIF-Sonora, organizaron la capacitación a taxistas, choferes del transporte urbano. Que ternura verdad tú.

Los pobres choferes del transporte público que tienen que lidiar con las mini calles de Hermosillo, una ciudad que jamás fue planeada para nada, menos para el crecimiento poblacional -ahora de cada sexenio, en que llegan cientos de funcionarios foráneos-, más la cantidad horrorosa de baches en la cita asfáltica, los pésimos sueldos que devengan y todavía quieren que manejen el lenguaje de señas.

El cuento de la inclusión, es tan patético y de mal gusto, en un gobierno que desprecia a las víctimas, que no atiende la agenda de las familias con seres queridos desaparecidos. Insensibles en grados extremos, así que, creer que el lenguaje de señas lo van a aprender los choferes del transporte público, solo evidencia lo perdidos que están en el tema de la inserción social.

Que gusto tan grande que en el poder judicial se puedan defender en multitud, a través de sindicato y otras organizaciones en las que se aglutinan los funcionarios, ahora si que como gatos boca arriba lucharán por lo que creen que les pertenece. Que bueno que pueden pelear en equipo. Decir que se les quitará lo mezquinos e infames por la batalla cuesta arriba que emprenderán es demasiada ilusión, no pasará.

Pero qué bueno que sepan el significado de la injusticia, de la barbarie, de la arrogancia en sus propias carnes.