Los Yaquis y Ayotzinapa, agendas malditas del sexenio.

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Los Yaquis y Ayotzinapa, agendas malditas del sexenio.

Los yaquis tomaron la carretera federal 15 entre ciudad Obregón y Guaymas, hace unos 20 días aproximadamente y ahí se instalaron a hacer lo suyo, exig

En el mugrero de elección judicial ¡ganó la mapachería panista!
Ataque furibundo al que se mueva a los otros, silencio cómplice.
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Los yaquis tomaron la carretera federal 15 entre ciudad Obregón y Guaymas, hace unos 20 días aproximadamente y ahí se instalaron a hacer lo suyo, exigir colaboración económica a los usuarios de esa arteria, pese a que desde el discurso oficial quieren justificar 15 mil millones de pesos, que presuntamente se han invertido en obra pública en los espacios de la etnia. Entonces ¿quién miente? ¿Se ven las acciones, físicamente en las que se han invertido esas sumas millonarias?

Pues que caray, pero de acuerdo a versiones de conocidos que han acudido a territorios yaquis, incluso una de ellas nativa, cuentan que hay un centro de salud, sí es un edificio nuevo, pero en total abandono. También centros comunitarios para celebraciones tradicionales totalmente arrumbados. Qué pasó, acaso solo quisieron que ganaran los constructores, pero antes no investigaron si esas acciones eran una prioridad para los beneficiados. Que feo caso.

Pero el penoso asunto no para en que hayan gastado presuntamente 15 mil millones de pesos en acciones, que les importa un revendo pepino a los yaquis, más grave aún es que los indígenas no están conformes, o no todos están felices por los resultados de un gobierno federal que vive sus últimas horas. La manifestación y toma de la carretera es la prueba fehaciente que algo se pudre en las entrañas de esa belicosa comunidad.

Pero a propósito de esos 15 mil millones de pesos gastados -repito, presuntamente- a favor de los Yaquis en edificios que ellos nunca quisieron-, en que otras mega urgencias pudieron haberse gastado de manera más eficiente esos dineros, en pro de la sociedad sonorense. Hasta risa da, se metieron con los Yaquis, como si ellos fueran vecinos de una colonia a los que pueden someter, por las buenas o por las malas. Nada causa más orgullo que el espíritu rebelde de esa comunidad.

Ese es el problema de los que llegan de fuera a querer gobernar una entidad que no conocen, bueno que más o menos tienen unos brochazos de esto o de aquello, pero que en realidad jamás pisaron. Nada como ir a cada pueblo y conocer sus usos y costumbres. La popularidad de Andrés Manuel López Obrador ellos se la pasan por allá donde la espalda pierde su casto nombre.

Hay una anécdota de un ciudadano que abandonó la etnia. Salió fue a la universidad, estudio licenciatura en derecho. De esas cosas de la vida, un día en una celebración de los Seris, de pronto saltaron al escenario nativos de esa comunidad, saltaban y cantaban rock pesado. Cierto es un grupo de músicos que ha tocado en escenarios internacionales.

Y dice el licenciado: “ve nomas. A los Yaquis se les ocurre hacer un grupo de música rock y los amarran de un árbol y los azotan por una semana, hasta que se les olvida semejante locura”.

A propósito, resulta totalmente inverosímil la información proporcionada por Alfonso Durazo, de que los Seris, se negaron a que les pavimentaran la carretera de Punta Chueca a Desemboque, que son aproximadamente 40 o 50 kilómetros ¡Otra vez las comunidades hundidas en pobreza extrema se niegan a transitar un poco hacia la modernidad! Digo ¡Hay diferencias, para empezar, significa entrar o salir por caminos más o menos decentes!

Por eso parece insostenible pensar que la comunidad se haya negado a obras de pavimentación, que les permitiría que las pipas con agua, tengan mejor acceso, que las ambulancias lleguen rápido para salvarlos de un coma diabético, etcétera, etcétera.

Hace unos tres años unas estudiantes de trabajo social de la Universidad de Sonora acudieron a la comunidad Seri y de pronto se asustaron cuando vieron que grupos de mujeres las perseguían, se pararon a explicar porque estaban ahí y entonces se vinieron con una lista larga de necesidades, que eran especialmente medicamento para diabetes, pruebas rápidas para medir el azúcar en la sangre e hicieron una petición especial: lo que sea que traigan, por favor repártanlo casa por casa o por familia. No lo dejen con el presidente del consejo.

Denunciaron que ayuda que envían organizaciones o el mismo gobierno se lo dejan todo a los directivos de la etnia y no reparten nada. Por la víspera se saca el día, es posible que al gobernador Seri le preguntaron si pavimentaban del Desemboque a Punta Chueca y éste dijo, mejor dámelo para gastarlo en otras urgencias de los pobres… pero los pobres de su familia, no de la comunidad.

Los padres de los 43 normalista de Ayotzinapa, le dieron todo su desprecio e ira a López Obrador por traidor y mentiroso, a aquel no le quedo más que envolverse en la bandera de “víctima”. Dijo estar dispuesto a pagar su cuota de humillación, pues que sume otra ración, porque a los Yaquis no los domó. Tampoco él.