Desde que hicieron los trabajos en San Pedro el Saucito, la carretera que divide la comunidad en dos, hubo reclamaciones, porque -nadie entendía- cómo
Desde que hicieron los trabajos en San Pedro el Saucito, la carretera que divide la comunidad en dos, hubo reclamaciones, porque -nadie entendía- cómo era posible que, en un estado de absoluto abandono, cuando decidieron hacer algo en el pueblo, lo hicieron a bote pronto. Lástima de dinero, tiempo y esfuerzo. Pero desde el proyecto se supo que aquello estaba mal diseñado y que sería un peligro para peatones y automovilistas. Para empezar no se hace puente en curva ciega.
Es la clásica pregunta, cómo en una comunidad puede perpetuarse así el abandono oficial, bueno San Pedro el Saucito no tiene una sola calle pavimentada, para colmo es un terreno lleno de piedras, hay amplias zonas intransitables, una máquina raspadora, para media arreglar no se manda acá. Así que se hacen barrancos, precipicios por donde con miedo y todo hay que entrar.
El abuso oficial es una infamia, porque si la ingeniería para la construcción de caminos, establece que no puede hacerse un puente en curva, peor si es totalmente ciega, se metieron por allá, dicha reglamentación. Pues justo en la parte baja del puente cada vez que llueve se hace una acumulación de agua, enorme que incrementa los peligros, porque la gente es abusiva, bruta, malvada y quieren sacar la vuelta a la laguna, sin que les importe un pepino el que viene en sentido contrario. O mínimo ser bañado todo el carro con aquel lodo grasoso.
Con cada bendita lluvia, el paso a desnivel se llena de agua, que hace el ayuntamiento de Hermosillo, cierra el paso y claro en las primeras ocasiones, se creía que meterían maquinaria para secar la enorme laguna, desazolvar. Sacar toda la arena que arrastra. Nada, absolutamente nada, solo dejan que la madre naturaleza con las altas temperaturas evapore los residuos de lluvia y es todo.
Desde que es ese puente no lo han barrido siquiera, es un solo terregal. Tenían razón los vecinos de San Pedro de negarse como lo hicieron cuando iniciaron esos trabajos, la mala calidad es obvia. Hasta al más ignorante, tenía que haber pensado en poner parrillas para desfogar la lluvia. Ojalá que el actual ayuntamiento asuma responsabilidad en esa única obra hecha en San Pedro desde los últimos 7 presidencias municipales. Tienen que limpiar ese mugrero.
O ¿Cuánto costará poner rejillas en la parte baja del puente? ¡En serio! Para empezar la colecta.
Vaya que buena noticia la fiscalía general de justicia si tiene capacidad para investigar y encontrar presuntos culpables de la comisión de un delito. Es de verdad una tremenda sorpresa que ya localizaron a la mujer que atropello al menor de 7 años, este lunes en su primer día de clases. De manera excelsa saben cómo dio vuelta para dónde y de qué manera, acción imprudente con la que alcanzó a la inocente criatura. En un área de estacionamiento.
Al otro día del accidente, el 27 de agosto, a las 23:07 personal de Servicios Periciales y elementos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) ejecutaron cateo, donde lograron la aprehensión de Rita Isela ‘N’ y el aseguramiento del vehículo involucrado. Sí señor. Como maquinita bien aceitada todos los departamentos operaron con eficiencia singular para dar con la pésima conductora y peor ser humano, que abandonó a la víctima.
El niño resultó con lesiones que, aunque no ponen en peligro su vida, le dejarán cicatrices permanentes y requieren más de 15 días de recuperación. Pero la fiscalía ya hasta la condujo a prisión, excelente.
Ahora más que nunca queda la duda ¿por qué no resuelven con esa eficiencia y eficacia el 99 por ciento de los delitos que se cometen en Sonora? Los mismos que quedan en total impunidad. Desde la última calificación nacional al trabajo de dichas instituciones encargadas de procurar y administrar justicia están reprobadas todas las fiscalías del país, incluida la que cobra aquí. Lo que provoca enormes sospechas de porque no actúan, procesan y judicializan los expedientes.
Las versiones de cuántos delitos se castigan en el país varían entre un 1,2,3 y hasta un 4 por ciento, lo que representa en el menos peor de los casos una impunidad galopante del 96 por ciento. Pero a la automovilística con su cateo y todo la sacaron de su casa, como la peor delincuente de los últimos tiempos.
La buena noticia es que, si tienen los recursos humanos y las condiciones para hacer las investigaciones, llegar hasta los presuntos culpables y detenerlos ¿Pero…? Mera curiosidad. Qué los hace actuar al garete sin el más mínimo respeto por las víctimas, todas las víctimas las vivas y las casi muertas.