¿Cuál será el problema? Funcionarios van otros vienen y los temas se vuelven cansados, fastidiosos y se avanza en nada. Ya casi llega el nuevo inicio
¿Cuál será el problema? Funcionarios van otros vienen y los temas se vuelven cansados, fastidiosos y se avanza en nada. Ya casi llega el nuevo inicio de clases y las preocupaciones de los padres de familia son las mismas de hace décadas. Y los abusos se consuman como siempre. Hace mínimo dos décadas que se oyen las mismas denuncias de todo el montón de artículos de limpieza que exigen en las escuelas para anotar a la criatura en los planteles educativos y hasta este día no hay un posicionamiento claro de parte de la secretaría de educación y cultura (SEC).
Ahora es lo mismo ni más ni menos que ¡en 2024! Bueno ni tan lo mismo, porque ahora se suma el gran negocio de los uniformes escolares y la acumulación de gente en sitios no aptos para multitudes, con estos calores arriba de los 45 grados. Para colmo allá van los adultos con los niños, que de la nada empiezan con un ataque de llanto y los padres desesperados los empiezan a jalonear y darle un que otro moquete o pellizco: los menores tienen calor, sed y no dudo que hambre.
Pues ya hay denuncias de padres de familia que exhiben la lista de útiles escolares y una más de productos de limpieza, pero no se miden para exigir, lo cual, por lo exagerado de las peticiones, deja paso a la sospecha y a un sentimiento de abuso imperdonable. El titular de la SEC hace exactamente lo mismo que sus antecesores, negar la especie y repetir que no es obligatorio y que no se debe condicionar la inscripción de los niños si no presentan esos requerimientos.
Señor titular de la SEC, Froylán Gámez Gamboa, si lo que usted señaló -como una docena de ex secretarios antes que usted- que no se debe extorsionar al padre de familia con la exigencia de esos productos de limpieza, -además que también se pasan de rosca con la de útiles escolares, usted que es el que debe hacer cumplir la ley orgánica de esa institución ante cada denuncia está obligado moral y éticamente a ordenar una investigación exhaustiva y luego presentar las acusaciones correspondientes ante la fiscalía estatal.
Con el primer profesor o quien resulte responsable, le finquen cargos por abuso de autoridad y lo delitos en que incurren, se acabará esta infamia. Pero para que ello ocurra hay que tener funcionarios que sirvan a la sociedad y por ahora eso es lo último que se percibe en Sonora y en el resto del país.
Las escuelas son un sitio sagrado, el que debe cuidarse de forma inmaculada, es donde madura el principal recurso de este país: el humano, pero es en realidad un microcosmos que abarca de todo, desde el abandono de los padres por adicción a drogas, porque están presos, pero hablar de las guarderías ese es otro nivel de protección que se exige. Antes la desgracia de las estancias infantiles es que eran para una élite, era una verdadera trifulca conseguir lugar. Por eso es tan frustrante que sucedan cosas malas en esas instituciones, son una necesidad extrema, las mujeres merecen salir a buscarse oportunidades, siempre y cuando los hijos queden a buen resguardo. Seguros en todo sentido.
Pero al igual que en las escuelas hay riesgo de violencia física, sexual, ahora también en guardería. Esa es la peor barbarie que puede tener lugar, como la denuncia en contra de la estancia infantil subrogada del IMSS Techo Comunitario A.C., de ciudad Juárez, Chihuahua, por abuso sexual contra 26 casos bebés. La presunta responsable está presa y lo increíble es que cuenta con casi tres decenas de abogados defensores. Lo que ha despertado toda clase de sospechas.
En el IMSS de Chihuahua, no les alcanzan las excusas para explicar a los padres de los 26 menores que haya ocurrido tal cosa y nadie se haya dado cuenta. Y con las dudas enormes en el corrupto y nefasto sistema de procuración e impartición de justicia todas las alertas se encienden. A la dueña de la guardería ya le sacaron parentesco con el exgobernador panista, al que Morena no haya donde colocarlo. Por donde le tiran le pegan, pero les encanta aliarse con lo más nauseabundo.
Que además desde 2009 la Suprema Corte de Justicia de la Nación prohibió que el IMSS subrogara el servicio de guarderías y la Techo Comunitario, gozaba de cabal salud bajo ese esquema, ahora ilegal. Es deleznable solo imaginar el estado de conmoción de los padres de los niños, quienes reclaman al IMSS indemnización por 40 millones de pesos.
El país se deshace de forma estrepitosa y muy dolorosa. Hace 6 años todo estaba mal, pero la esperanza de que por fin llegaba el honesto y decente a cambiar para bien se acabó, está hecha añicos y con los peligros a la orden del día ¿quién atacó ahora a civiles inocentes? ¿el gobierno, la delincuencia organizada o la ordinaria?