Algunos necesitan protección de sí mismo. Éste ya mató ¿Fue protegido?

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Algunos necesitan protección de sí mismo. Éste ya mató ¿Fue protegido?

Es un encanto que el fiscal general de justicia del estado, Gustavo Salas Chávez, se niegue a proporcionar los resultados del examen toxicológico del

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Es un encanto que el fiscal general de justicia del estado, Gustavo Salas Chávez, se niegue a proporcionar los resultados del examen toxicológico del ex diputado del Partido del Trabajo (PT) y ex boxeador, Orlando “Siri” Salido, el argumento es que es parte de la investigación que se lleva a cabo en contra de este señor, quien la madrugada del pasado viernes, entró con su pickup a una vivienda en ciudad Obregón donde derribó la barda perimetral, la pared de la recámara donde dormían tres personas, una de ellas lamentablemente falleció.

Dos más que dormían en esa habitación destruida con la pick up de Salido, resultaron heridas además del presunto responsable, quien se encuentra internado. Salas Chávez dejó entrever como que se encuentra en terapia intensiva, con heridas que ponen en riesgo su vida.

Aquí el detalle es que este señor se volvió famoso por las acciones violentas, alteraciones del orden público y hasta por robar cerveza en un centro comercial, abierto al público. Queda preguntar, en todas ellas se judicializaron los expedientes o salieron a relucir sus virtudes de boxeador -y el ridículo pretexto- de por “sus triunfos para Sonora”, y lo dejaron ir como Juan por su casa.

Golpeó a su esposa en repetidas ocasiones y seguramente su posición de diputado local y, le aplicaron el “fuero” correspondiente. Pero ahora ya valió, mató a un ser humano inocente de más de 60 años que descasaba plácido -espero con estos calorones- en la confianza de que estaba dentro de su vivienda, el espacio que se considera sagrado y nada el honrado hombre no se imaginaba esa noche al acostarse, que el protegido de siempre, de muchos, andaría a toda velocidad por su colonia y que terminaría estampado en su cuarto, que le echó lozas encima, las que le quitarían la vida.

Su esposa y un hijo resultaron heridos, pero tampoco se ha informado que tan severos son los daños de ellos y tampoco del presunto responsable. Los hubiera no existen, igual hay que recalcar, hay algunos a los que hay que cuidarlos de sí mismos, son un peligro hasta para ellos mismos y aquí están las consecuencias de tanta protección ¿Quienes más llevarán en su conciencia la muerte y las heridas de esas inocentes personas? Por cierto, señor fiscal, Salas Chávez qué más da con que se intoxicó esa noche “Siri” Salido, a estas alturas eso es pecata minuta.

Alfonso Durazo, salió a decir que la inseguridad en Sonora ha disminuido en un 50 por ciento, excelente noticia, pero muy contrastante con la declaración que dio el titular de la fiscalía general de la República (FGR), Francisco Sergio Méndez quien reconoció que en Caborca los señores delincuentes al último grito de la moda y con todos los recursos económicos y tecnología, atacan con drones. Que se tiene conocimiento de dos eventos ocurridos en la perla del desierto.

El funcionario federal reconoció que no es cosa menor que los delincuentes creen sus propios explosivos, en esa amplia zona desértica donde varias células criminales se disputan el territorio. Desde la década de los noventa toda esa área, que decían los propios lugareños que se les conocía como el tercer mundo: Altar, Oquitoa, Átil, Tubutama, Sáric, su comisaría el Sásabe hay toda una cultura profunda, arraigada con el trasiego de droga y todo lo que de ahí se deriva. Pero de aquellos tiempos a ahora, hay una diferencia abismal. Gravísima las actuales circunstancias.

A propósito de que la inseguridad ha disminuido un 50 por ciento en Sonora, dijo el titular del ejecutivo -quien anduvo de fiesta, gozoso con sus visitas de lujo del largo fin de semana- quien se quiso seguir con la racha “ganadora”, pero con tanto que sucede acá a ras del suelo, con la “sesuda” información que se escucha aquí y allá, el escenario es muy distinto al discurso oficial.

Un solo ejemplo, hay reglas en el mundo delincuencial en cualquier calle de ciudades sonorenses, según relato de un bandido quien explicó que, si el tirador fulano de tal no vendió la cantidad que en promedio comercializa de drogas, van a buscar a sus principales clientes y les averiguan qué pasó con su vicio bonito y si les encuentran droga de otro bando, no se las van a acabar con la paliza que les darán, si es que no les cuesta la vida, cambiar de proveedor.

Para acabar con este peligrosísimo asunto, que se sabe y se conoce en el submundo de las drogas, que igual sucede con la cerveza, si tienes la mala suerte que te agarren en la calle y no traes la marca que corresponde a ese “patrón” de la zona, hay te ves con el castigo brutal.

Ojalá que sea mentira lo dicho por el delincuente de barrio, porque estremece de solo imaginar esos tamaños de control en tantos productos y mercancías. Hay que comprar lo dicho de que la inseguridad ha disminuido un 50 %, que siga la fiesta guinda.