Mucho se dijo que Morena para instalarse en Sonora se alió a Guillermo Padrés y a su pandilla de impresentables, la misma sarta de rufianes que lo aco
Mucho se dijo que Morena para instalarse en Sonora se alió a Guillermo Padrés y a su pandilla de impresentables, la misma sarta de rufianes que lo acompañaron durante su nefasto sexenio y la obviedad cuando el partido de Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia de la República, coincidencia o no, el ex gobernador fue liberado de la cárcel, con un golpecito en la mano y la reposición de 40 millones de pesos. Un pelo de un gato.
Además, para entonces ya habían brincado del partido Acción Nacional (PAN) a Morena y ganado la contienda de 2018 o más bien arrastrados por el tsunami que fue López Obrador en ese proceso, como el caso de Célida López, alcalde de Hermosillo, entre otros que alcanzaron escaños en el congreso estatal en la cámara baja y alta.
Por ahí y por allá aparecieron los Padrecistas cuando ganaron la elección de 2021 en Sonora a través de las siglas de morena. El punto es que el que más se sintió que colaboró -obvio- era el expresidiario quien ofreció sus buenos oficios de mapache electoral, con sus bien y habilidosos ejércitos excelentemente instruidos en las artes de compra de votos. Que instauraron la una nueva modalidad, pagaron a las personas por la entrega de su credencial de elector, la que quedó rehén hasta que se cerraron las casillas.
Ya en 2009 se conocieron escenarios de violencia no vistos o no tan obvios en un proceso electoral en Sonora, al grado que el entonces procurador de Justicia, Abe Murrieta concurrió a conocido hotel del boulevard Kino, para saber quiénes eran esas personas que de la nada llegaron a Hermosillo y atiborraron todos los cuartos de hospedaje.
Desde 2009 los mapaches del PAN, bloquearon todas y cada una de las bien aprendidas y experimentadas trapacería que cometía el PRI en proceso electoral, es más hubo muertos, uno de ellos un joven pobre, cuando se robaron las casillas en una colonia al norponiente. Y ganó la elección Guillermo Padrés.
Así que luego de la colaboración presunta que hubo de los padrecistas desde y en Sonora para Morena, era obvio pensar cómo serían bendecidos por el gobierno de los pobres, y al parecer ya salió el peine -o uno de ellos- en la nota que publica Latinus en una serie de trabajos que han llamado: “El Clan”: Los hijos del presidente López Obrador y el negocio de las medicinas y justo exhibieron al cuñado y sobrino de Guillermo Padrés, quienes venden medicamentos, sin licitación de por medio y con precios inflados.
Se trata de “Roberto Dagnino Acuña y Alfonso Dagnino Romo, directores de Biosistemas y Seguridad Privada, empresa que ha ganado contratos millonarios en delegaciones del IMSS y tiene relación con “El Clan”(…) ha sido beneficiada con al menos 100 millones de pesos para la compra de eritropoyetina humana recombinante, en 999 pesos cada una, en las delegaciones del IMSS en Sonora y Tlaxcala, luego de que Amílcar Olán, íntimo amigo de los hijos del presidente López Obrador metiera mano en los procesos de compra”.
La empresa además tiene como socios a dos cercanos a Padrés: Eduardo Guajardo Aguayo y Conrado Xibille Bustamante.
Padrés estuvo en prisión en el Reclusorio Norte de 2016 a 2019, tras haber sido acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero. También estuvo detenido por lavado de dinero uno de sus hijos, Guillermo Padrés Dagnino. Salió de la cárcel en libertad condicional tras pagar una multa de 40 millones de pesos. Buen negocio robas miles de millones y luego pagas una bicoca y listo a gastar el dinero ajeno, el que fue público un día.
El gobierno que iba a acabar con la corrupción en la compra de medicinas, terminó siendo ejemplo de que lo más malo que puede pasar es que resulte en lo peor de lo peor. Lo bueno es que provee de más riqueza a los Dagnino y muy seguramente a Padrés. Sí.