Le borraron 25 años de trabajo y eso le causó dolor y la muerte.

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Le borraron 25 años de trabajo y eso le causó dolor y la muerte.

A un año de tu partida mi querida Beatriz. Hay dolores que matan, hay actos de frustración y desesperanza que causan serios estragos en el cuerpo f

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A un año de tu partida mi querida Beatriz.

Hay dolores que matan, hay actos de frustración y desesperanza que causan serios estragos en el cuerpo físico y traen fatalidad. Este 15 de mayo de 2023, empezó a guardar silencio, una mujer excepcional, bondadosa, generosa. Siempre llegaba a las reuniones con obsequios para todas. Jamás hablaba de sus dolencias. Su discreción con sus asuntos era impresionante. Su dolor emocional empezó al cierre del año 2022.

Trabajó 25 años para una familia muy conocida en Hermosillo, desarrollaba diversas actividades desde cuidar a una dama entrada en años, cobraba rentas de edificios y un largo etcétera. En diciembre de 2022 se mostró contrariada, dijo que era posible que abandonara ese empleo porque le habían reducido a la mitad el sueldo ¡Es inconstitucional! No pueden hacer eso. Con ella pasó.

Cabe hacer notar que Beatriz fue mejor amiga durante la escuela primaria, luego llegó el cambio, ir a la secundaria y ella fue a otra institución. Luego la vida, los pretextos y la amistad entró en receso. Hasta 2018 -exactamente 40 años después- sucedió el reencuentro, junto a un nutrido grupo de gente. Y sucedió la magia, como si nunca hubiera ocurrido el distanciamiento. Igual no alcanzó el tiempo para saber lo suficiente, entre ellos sus sufrimientos que aparentemente vivió en soledad.

Durante 2023, por esas tristes razones que no tienen explicación, no hubo la intención de nadie para encontrarse, de verse. Saber qué ocurría en la vida de las otras. Y llegó el mes de mayo con sus complicaciones y la fatal noticia que había fallecido.

Fue durante sus servicios funerarios que se supo lo que le ocurrió y le causó tal estrago en su cuerpo físico que la llevó a la tumba. Donde personal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no la atendió y sobrevino su muerte, que primero fue cerebral, luego la dejaron arrumbada en un cuarto con respiración artificial. No estuvo en terapia intensiva como debió ser, es decir, nunca hicieron nada por recuperarla.

Todo comenzó con un dolor abdominal el 8 de mayo por la noche, se intensificó el 9, la llevaron por la tarde a la clínica 14, donde nada hicieron, pese a los gritos desgarradores por el dolor que ya para entonces debió ser insoportable. Así que después de ignorarla sistemáticamente deciden trasladarla al hospital de la calle Juárez. Que cada vez que la ambulancia caía en un bache, ella literal agonizaba de dolor y seguía sin atención médica. Ni siquiera paracetamol le dieron.

Llegaron por fin a la unidad hospitalaria de la calle Juárez y la clásica espera burocrática de investigar lo que sea que les de la gana. Ahí amaneció, ya era 10 de mayo. Finalmente la llevan al quirófano, es cuando su hija la felicita por el día de las madres y se despide de ella, con la esperanza que saldrá bien de la operación y que todo volverá a la normalidad.

Lo que se sabe es que el médico anestesiólogo empezó a hacerle una epidural, -lo primero que le hacían después de más de 10 horas de espera- le preguntaba por sus anteriores operaciones, que si alguna vez había tenido mala reacción con la sedación y ella respondía -a duras penas, pero lo hacía- de pronto dejó de hablar, él hombre voltea a ver la máquina y estaba en paro respiratorio.

Fue hasta el 15 de mayo, que el IMSS la declaró muerta, por neumonía, que es la suerte de quienes se encuentran intubados y es por infecciones hospitalarias.

En resumen, la que fue su jefa por 25 años, a la que le sirvió con lealtad y dedicación la cambió de nómina a otra de sus empresas, para con ello eliminarle antigüedad y el derecho legítimo a una indemnización, fue tan doloroso para Beatriz esa infamia, que se le abrió una úlcera, le produjo una asepsia generalizada, que sumada al negligente servicio médico, le causó su deceso.

No revelo el nombre de quien fue su patrona, por su familia, a quien no pedí autorización para escribir esto, pero si aceptan, daré toda la información de esa vil señora. Así que por ello guardé detalles que ocurrieron en el funeral, promesas que hizo y no cumplió la muy sádica.
Es tan difícil decir adiós, de golpe, de la nada. Por eso no me despido de ti mi querida Betty solo te digo hasta pronto, hasta que nos volvamos a encontrar.