En algún momento la retórica, la demagogia es lo único que hay cuando de lo que se trata es de buscar respuestas serias. Un buen día terminas por ente
En algún momento la retórica, la demagogia es lo único que hay cuando de lo que se trata es de buscar respuestas serias. Un buen día terminas por entender que las dependencias de gobierno no están -salvo honrosas excepciones- para ayudar al ciudadano, sino para hacerle más pesada y agónica la vida. Uno de los peores ejemplos es la procuración de justicia y aquí es lo mismo si eres la víctima o el presunto culpable, es una agonía que se recrudece depende de qué lado te toque.
Hay que partir del hecho de que no existe en México la presunción de inocencia, la carga de la prueba recae en el acusado y defenderse en medio de la horrorosa cofradía en que se hunden las instituciones de gobierno, es el infierno mismo. Por eso los ricos no van a la cárcel, tienen para comprar su libertad, o los recursos suficientes para contar con abogados marrulleros que superan con creces las malas e ignorantes prácticas de las fiscalías.
Así es posible recorrer cada uno de los sectores oficiales, lo mismo de economía, salud, asistenciales, seguridad pública, hay una deuda histórica en atención ciudadana y en la solución de sus conflictos, pero ahí sigue la sociedad en la creencia que es el gobierno el que resolverá sus dificultades, de pena ajena. Ahora solo ofrecen excusas.
Los inocentes o descerebrados se pelean públicamente por apoyar a unos bandidos o a otros, perdón de un partido político u otro. Repetiré lo que he dicho por años: solo eligen el color de la cuerda con que serán colgados.
En otro asunto sumamente delicado, es que las redes sociales se han convertido en la búsqueda de desaparecidos y hay días en que no es solo una menor de edad la que se reporta perdida e igual aumenta el secuestro de adultos. Al tiempo se presume grotescamente “localizada”, lo que es una falsedad, la criatura -en la mayoría de los casos son niñas que- regresan por su propio pie, pero de tantas veces que se repite el fenómeno hace suponer que hay algo muy fuerte detrás. Algo que nadie quiere confesar, advertir o reconocer y son serios peligros para los infantes y adolescentes.
Pero nadie dice nada sobre el particular y las desapariciones de adolescentes solo siguen en ascenso, las publicaciones en redes sociales no dejan mentir, algo muy grave ocurre aquí.
La rehabilitación con sangre entra en México, también en Sonora. Recupero esa expresión por la muerte de un interno más en un centro, en Hermosillo. Hace décadas que se aprobó una ley que obliga a la secretaría de salud a vigilar la operación de esas organizaciones y deben prohibir la existencia de aquellos que no cuenten con los recursos suficientes para coadyuvar en la recuperación de usuarios de drogas ¿qué se ha hecho sobre el particular? Nada, nada y nada.
Se sabe desde siempre de los abusos físicos y hasta sexuales que se cometen en esos “centros”, y de la ausencia total de personal médico, psicólogos, trabajadores sociales que ayuden a este enfermo a transitar hacia la sobriedad. Ayer se agregó otro muerto y aumentará la suma, en esta circunstancia en que solo crece la adicción en el mismo tamaño en que hay cero pesos a programas de prevención.
Lo más aberrante es la existencia de un centro de desintoxicación para niñitos, tan chiquitos que casi son lactantes. El colmo es que tampoco hay asistencia profesional, solo encierro y castigo. Dolorosa realidad, pero está ahí sin que el Estado intervenga. Tampoco.

