Aquí estoy

HomeEn el exilio

Aquí estoy

En el exilio Juana María Olguín A un año y seis meses en que sin decir agua va, me despidieron de mis 30 minutos de programa de televisión que hac

México ya se instaló como dictadura constitucionalizada.
Binomios caninos del Gobierno de Sonora realizan operativo en Hermosillo
Primero es el secuestro de vivos, luego de muertos en las morgues.

En el exilio
Juana María Olguín

A un año y seis meses en que sin decir agua va, me despidieron de mis 30 minutos de programa de televisión que hacía en una empresa de cable, hoy he decido volver a escribir a ésta que también ha sido mi casa, mi espacio periodístico “el portal de la gente”. De a poco haré el relato de lo ocurrido aquel 7 de julio de 2022, en que mi tristeza ya era abundante por los 4 años de muerto que justo ese día cumplía mi señor padre, don Wenceslao Olguín.

La parte más frustrante de este segundo despido es que fui conducida a la horca, por el director de noticias, aduciendo que no sabía para que me mandaba llamar un funcionario de oficinas centrales. Alguien que siempre creí que no sabía de mi existencia.

Mis mejores deseos para el individuo traicionero, -al que no nombraré porque no me da la gana- pero él sabe lo que hizo, solo quiero que sepa, que está bien, entiendo su papel. Ojalá que nunca sea tratado como él me trató a mí.

A un año y seis meses de mi abrupto despido quiero reconocer mi total y absoluta responsabilidad por haber padecido 9 años en esa infame empresa, en la que fui tratada como nadie merece. Es que con toda honestidad jamás debí aceptar ingresar a esa compañía. En el primer encuentro que tuve con los entonces directivos de noticias en el año 2013, fui escoltada por mi cómplice, mi compañero de vida y de tantas aventuras, Samuel Valenzuela y el recibimiento que nos dieron fue de estrella. Poquito faltó para que nos tiraran a los pies la alfombra roja.

Ofrecieron hasta convenios de publicidad con almacenes de ropa, para que apareciera “con buenos trapos” en pantalla. Que sería una hora diaria de programa, aquello, mejor imposible. Luego sola volví a ver detalles de cuándo, cómo y dónde empezaría el programa de noticias y aquello fue un panorama desolador, tétrico. Las expresiones de porque no podían darme un espacio, eran abundantes. Pero el que hambre tiene…

Cuando se dio el cambio de directivos en el área de noticias, pensé a lo mejor algo bueno sucede o, que más mal se pueda poner. Inocente Juana María.

En asuntos graves y no la telenovela dramática que ha sido mi paso por medios de comunicación, en estos 18 meses en que quise ser ajena totalmente a la información, en que luché para dejar la adicción de leer hasta los anuncios económicos, siento que no me he perdido nada, el país en franca decadencia, todo es un solo peligro. La corrupción ya no es deporte nacional, es de unos pocos clanes. Pocos son los invitados al desmantelamiento de lo que habían dejado los otros.

Por cierto, descubrí que los ciudadanos son radios comunitarias con pies, van esparciendo por paso que dan sus “grandes conocimientos” de desgracias locales, nacionales. Ah y peor aún narran una historia no oficial, no escrita, que en medio de la vorágine de la violencia imparable no sabes si es verdad o mentira. Con una fascinación apilan cadáveres. Es la “normalización” de tanto que jamás creímos pudiera ocurrir.

En el mismo tenor hace días, el delegado de la Fiscalía General de la República (FGR), Francisco Sergio Méndez informó de 18 menores detenidos en actividades de delincuencia organizada. Que la gran mayoría eran de otros estados. Ósea si son de más al sur es menos la tragedia que los jóvenes elijan esos “oficios”. Eso sin demeritar los fondos millonarios que el gobierno federal a destinado a becas para evitar que por hambre o necesidad delincan. Dicho de otro modo: ¿un fracaso más del gobierno mexicano? Con todo y que el rey de palacio, tiene otros datos.