Entretelones Samuel Valenzuela Aún recordamos la eufórica participación de miles de personas que marcharon por un centenar de ciudades de México p
Entretelones
Samuel Valenzuela
Aún recordamos la eufórica participación de miles de personas que marcharon por un centenar de ciudades de México para defender a la democracia y al INE, frente a la sevicia presidencial de desaparecerlo y a la vez promover una reforma electoral retrógrada y regresiva.
Dichas movilizaciones obligaron a acuerdos entre partidos de oposición representados en las instancias legislativas y evitaron el desmantelamiento del marco jurídico electoral y que el organismo conductor de los procesos comiciales pasara a ser una pústula de MORENA y a las órdenes del austero y honesto que vive en Palacio Nacional.
Pues sin que haya corrido aún mucha agua bajo esos puentes, si bien los restos de la reforma electoral retrógrada, antidemocrática y regresiva, así como el afamado Plan B ya descansan en una fosa séptica, en el caso del INE todo indica que el presidente Andrés Manuel López Obrador se salió con la suya.
Es que luego de los relevos de Lorenzo Córdova Vianello, Adriana M. Favela Herrera, Ciro Murayama Rendón y José Roberto Ruiz Saldaña, muchas cosas cambiaron en ese organismo presuntamente ciudadano, luego de que quienes entraron al quite fueron producto de un proceso de selección con evidentes dados cargados para que la mayor parte de postulantes fueran afines al partido oficial.
La ley de las posibilidades que se reflejó en la arcaica tómbola obviamente favoreció a los intereses del oficialismo, incluida la presidencia que le tocó a la sonorense Guadalupe Taddei Zavala, quien de inmediato se redujo el sueldo para según esto ganar menos que el presidente y junto con ella Jorge Montaño Ventura, militante de facto de MORENA y Arturo Castillo Loza, con afinidades similares, aunque menos evidentes, quedando solo Rita Bell López con la más pulcra vestimenta ciudadana de los cuatro seleccionados.
A pesar de estar en el consejo general siete integrantes más, al parecer la nueva correlación de fuerzas a resultado muy desfavorable en materia de aplicación estricta de la ley, mientras que la disputa por la sucesión presidencial se ha convertido en una pelea
súper libre, se vale todo, mientras doña Lupita y colegas se ocupan de asuntos internos del INE y alcahuetean al presidente y a sus corcholatas.
Inédito e histórico –como dicen los clásicos—el que, desde el atrio de palacio nacional, el presidente se dedique con alma, corazón y bofe, a denostar a partidos de oposición, prácticamente todos los días, ocupándose de asuntos que no le corresponden como titular del ejecutivo federal a quien la ley le prescribe no entrometerse.
Hemos estado atentos a los resúmenes de las marraneras y resulta repelente la sarta de estupideces, elucubraciones, conclusiones, pronósticos y simplismos que caracterizan la verborrea presidencial, ahora aplicados a para evitar que si bien sus corcholatas no levantan y genera más emociones una cucaracha de alcantarilla que ellas, entonces tampoco levantará la oposición.
Increíble la impunidad, increíble la actuación presidencial nunca vista de parte de un funcionario público que pretende incidir en el ánimo popular en contra o en favor de determinada opción electoral; increíble la inacción del INE ante tantas evidencias; ni en el priato o el panato se atrevieron a tanto.
A los exabruptos de López Obrador se suma el abierto activismo electorero de toda la estructura de MORENA, en el marco del arranque de las precampañas presidenciales cinco meses antes de lo que establece la ley, sin que se disimule mucho con ese montaje estar tratando de elegir a quien defienda mejor a la transformación o sea la continuidad del nefasto obradorato.
Desde hace dos años lo andaban haciendo y ahora se agrega la confesión de parte de esa caterva de delincuentes que han gastado y gastan carretadas de recursos públicos para promoverse, resultando ridículo el que aseguren que desde el 19 de este mes y hasta el tres de septiembre solo gastarán cinco millones de pesos cada corcholata.
Miren, ya son al menos tres o cuatro eventos anticipados de campaña perpetrados por el insulso Adán Augusto López y la mediocre Claudia Sheinbaum y de acuerdo a expertos en la organización de ese tipo de espectáculos, incluidos los que cobran en el INE y organismos electorales estatales, ambos ya superaron con mucho ese supuesto tope de gastos.
Ofenden a la inteligencia de la gente cuando aseguran que su activismo no es para ganar la candidatura presidencial si no que solo quieren coordinar un mamotreto y lo más grave, aunque menos grave que ofender a la ciudadanía con tales estupideces, es que los del INE, desde Lupita Taddei para abajo, se hacen pendejos y los han cubierto con el manto de la impunidad.
Y como de ver dan ganas, además de no representar mayores riesgos, a partir del próximo 4 de julio los partidos PRI-PAN, PRD y un centenar de organizaciones civiles arrancan esa misma ruta –la de la simulación y el montaje—sin que el INE pueda intervenir, porque no intervino en el caso de los ilícitos en proceso por parte del partido oficial y aliados.
Por lo pronto, los comunes mortales debemos soportar la porquería de la contaminación visual y demás parafernalia con la que esos delincuentes se promueven ante la opinión pública en abierto reto a la legalidad, con el agregado del cinismo de por ejemplo del Adán Augusto, quien asegura que todos esos pendones han sido instalados sin su autorización por grupos que lo apoyan y que ya ha ordenado que los bajen, pero que no le hacen caso, y así los demás.
Esa es una simulación más de esa bola de corruptos a los que dentro de poco se sumarán los de la otra esquina porque chango ve, chango hace y si resulta impune pues mucho mejor, resultando urgente que la sociedad reaccione y les aplique un castigo ejemplar, así como lo establece en un preciso mensaje el priista inconforme Pascual Soto.
En fin, este proceso electoral adelantado por el mismo presidente como distractor de su incompetencia y nefasto gobierno, tiende a convertirse en un trochil con el beneplácito de un INE inexistente, ausente, de pura carcaza, vacío y en la condición que exigió durante meses López Obrador, quien como se advierte, le ganó la partida a las miles y miles de personas que a voz en cuello defendieron a ese organismo con la frase “EL INE NO SE TOCA”. No solo lo tocaron, lo manosearon y lo convirtieron en un adorno que solo servirá de instrumento al servicio del partido oficial.
Por lo pronto, la buena noticia en este desordenado y adelantado proceso electoral, es que la loquita Lily Téllez decidió declinar a sus aspiraciones y no se registrará el 4 de julio, lo cual resulta alentador para quienes creemos que los radicalismos estúpidos, la ultraderecha y el extremismo ideológico fascistoide, ya hicieron suficiente daño al mundo y a México.
La social democracia es la vía para detener la rusticidad hecha gobierno por la llamada 4T, ese que insiste en hacerse pasar de izquierda, pero cuyas acciones y políticas públicas lo conducen a un régimen autoritario, antidemocrático y dictatorial.
Por lo demás, para el vacile los excesos declarativos del director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, a quien, en evento inaugural de una unidad de medicina familiar en Ciudad Obregón, consideró que dichas instalaciones son similares a clínicas de Dinamarca.
Pues sabe en que mundo viva este mequetrefe para establecer tan innecesarias comparaciones frente a una realidad que sufren los derechohabientes de este organismo a cargo de la salud de millones de mexicanos afiliados y sus familias que tienen que esperar meses para citas de medicina familiar, tal como lo manifestó el dirigente estatal de la CTM, Javier Villarreal Gámez.
En busca del aplauso fácil, Robledo Aburto se aventó esa babosada que es desmentida todos los días con afiliados que tienen que surtir sus recetas en farmacias privadas porque en las del IMSS no hay medicamentos; que deben soportar condiciones indignas en caso de internamiento; el burocratismo y el desdén del poco personal médico agobiado por la carga de trabajo y en fin muy lejos de las condiciones en Dinamarca en materia de salud y muy cerca de lo que ocurre en repúblicas bananeras.
Por cierto, seguimos confusos sobre el tema de la transferencia de la infraestructura estatal de salud al denominado IMSS-Bienestar, la cual lleva importantes avances, sin que tengamos en claro porque el gobierno del Estado ejerce este año más de siete mil millones de pesos en dicho sector, si el gobierno federal es el encargado de todo.
Hemos preguntado acá, allá y acullá sobre ese tema y nadie nos ha dado una explicación lógica y entendible, cuando de acuerdo con la propuesta de origen, es que las autoridades de salud del estado solo cumplirían funciones normativas y el IMSS-Bienestar, antes IMSS-INSABI, se ocuparían de la infraestructura, equipamiento y de recursos humanos. Y pues no, porque si bien el gobierno del estado hizo la transferencia correspondiente, los costos se mantienen con cargo al presupuesto estatal.