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Entretelones  Samuel Valenzuela  Desde hace 23 años la cuesta de enero en México nunca había estado tan empinada como en este arranque anual,

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Samuel Valenzuela 

Samuel Valenzuela

Desde hace 23 años la cuesta de enero en México nunca había estado tan empinada como en este arranque anual, que según expertos en asuntos económicos, la necesidad de trepar a como se pueda, se prolongará durante todo este mes de febrero e incluso el mes de marzo.

“Ay nanita”, exclamaría cualquiera frente a tales pronósticos y confirmados principalmente por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien hace un par de días que todo está bajo control y que el incremento del 7.91 por ciento de la inflación anual de enero será el último.

Como se sabe, el que vive en el Palacio Nacional precisamente no es muy acertado al hacer cualquier pronóstico, porque ya ven aquella ocurrencia, cuando faltaba lo peor de la pandemia del COVID-19, se atrevió a anunciar por allá en marzo y abril del 2020, que la tendencia de contagios iba a la baja, sacaba sus fetiches de la buena suerte, invitaba a salir sin temores y como bien se sabe, quienes confiaron en él y atendieron sus recomendaciones no les fue nada bien.

Realidad inflacionaria.

En esta empinada cuesta que se extiende hasta febrero, más que la crisis de inseguridad pública, la ola criminal que se extiende por amplias zonas del país, es la inflación, el alza al costo de la vida, la caída del poder adquisitivo, la crisis de la economía popular es el principal problema del mayor segmento de la sociedad mexicana y sonorense.

Desde julio del año pasado el presidente anunciaba que gracias a las medidas del Paquete Contra la Inflación y la Carestía, la inflación había sido domada –como domó al COVID pues—pero al concluir el 2022, el aumento de precios al consumidor rompió techo y se ubicó por encima de rango fijado en el 2000 con tendencia al alza, particularmente en el caso de alimentos con un incremento ponderado que supera el 25 por ciento, pero que en últimas estimaciones y comparativos, casi llega al 100 por ciento en los últimos meses.

No hay economía familiar que aguante; no hay como se sostengan negocios y empresas modestas con finanzas tan restringidas y obligadas a satisfacer lo prioritario, sin que sirvan mucho los pinchurrientos recursos que desparrama el gobierno federal a través de sus programas sociales, lo cuales si antes no quitaban un ápice lo pobre, ahora ni el hambre quitan.

No hay como ir al súper para darse cuenta que el índice inflacionario es mayor que el que arrojan estudios de escritorio y que se desglosan en quesitos, barritas y gráficas con coloridas líneas que bajan y suben de acuerdo al ánimo de quien las elabora y quienes más resienten la crisis, son aquellos cuya economía se concentra en lo esencial: alimentación, artículos de limpieza y servicios de viviendas, rubros en los que los incrementos se han disparado hasta en un 40 por ciento de un año a otro.

Espantan precios.

Si en el pasado se responsabilizó a Echeverría, López Portillo, de la Madrid, Salinas y Zedillo, quienes ocuparon la presidencia durante la crisis que marcó la vida de toda una generación de mexicanos, por qué no hacerlo ahora con López Obrador, quien obviamente es más torpe que sus antecesores en temas de finanzas y de economía y quien se caracteriza por gastar montañas de dinero en ocurrencias pero que es totalmente ignorante sobre cómo crear esas montañas de dinero.

En fin, no queda de otra que seguir trepando por esta empinada cuesta, eludiendo la ruina a diario y soportando la cursera bucal de López Obrador a quien alguien le podría recomendar no hacer alusiones sobre mantenidos buenos para nada, porque pareciera que se da escopetazos en sus patas porque su entorno familiar resulta implicado.

Colosio, 73 años.

Por otra parte, problemas de orden familiar de último momento evitaron que este viernes pasado cubriéramos el evento de la Fundación Colosio Hermosillo, con motivo del 73 Aniversario del natalicio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, pero de todas formas estuvimos atentos.

Emotivo ambiente se reporta desde el amplio vestíbulo de la sede estatal del PRI en Sonora, donde la convocatoria de Blanca Colosio, titular de dicha filial priista, atrajo a distintos liderazgos que encabezados por Rogelio Díaz Brown compartieron propósitos reivindicatorios sobre el legado e ideario del de Magdalena.

En el material gráfico que se nos hizo llegar, nos dio gusto divisar Laura Elena Colosio Murrieta; a nuestro compa Miguel Ángel Murillo, quien desde la conclusión del gobierno de Claudia Pavlovich ha mantenido muy bajo perfil; también el recordado maestro de la prepa, Gustavo “El Químico” Reyes, ahora reconocido catedrático del ISAP; el dirigente estatal de la CNC, Rodolfo Jordán; Bulmaro Pacheco, presidente de la Fundación Colosio en Sonora entre otros.

Sin salirnos de asuntos de ese partido, como se sabe, todo indica que Armando Alcalá fue la solución al caso Cajeme o sea, dirigir al PRI en ese municipio, en un movimiento y decisión que luce muy lógica, en tanto que en Hermosillo ya se advierten los primeros escarceos públicos entre la regidora Sheila Cirett Carbajal; Sara Thomson, dirigente de la CNOP o algo así, y Luis Iribe Murrieta.

Se supone que la integrante del cabildo capitalino tiene el respaldo del presidente municipal Antonio Astiazarán, quien de forma indudable mantiene fuerte influencia en asuntos del tricolor; la Thomson presume apoyo de Manlio Fabio Beltrones y Luis Iribe, de la cuadra de Ernesto Gándara Camou, así que hagan sus apuestas, porque mientras ese pastelito es repartido, los inconformes encabezados por Zaira Fernández y Pascual Soto mantienen intenso activismo de tierra que cada fin de semana culmina con jornadas comunitarias en barrios populares, tanto en Hermosillo, como en otras ciudades.

Como ven, se advierte creciente actividad entre los distintos partidos políticos, destacando los buenos resultados en materia de posicionamiento de Movimiento Ciudadano, seguido del Partido del Trabajo, que de entre los aliados de MORENA e incluso del mismo MORENA, es el que realiza activismo para engrosar militancia y no se atiene a lo que le tiren desde el palacio de gobierno.

Por cierto, carecemos de elementos para elucubrar que dada la capacidad de cooptación del gobierno estatal en el Congreso del Estado, con la suma de priistas, un panista y otra del PRD a la bancada del partido oficial, el PT viene a ser un aliado muy costoso y por ende, desechable, como lo aseguran algunos por ahí, cuando a lo mejor con su trabajo de tierra le está ofreciendo un invaluable al partido “Madre”, porque de alguna manera suple la inmovilidad y el bajo perfil de su dirigencia estatal.

Ramón e Hiram.

Sobre ese tema procuraremos platicar con el dirigente estatal del PT, Ramón Flores Robles, a quien algunos quieren poner en la picota en ese aparente e inminente deslinde del gobierno de Durazo Montaño y el partido oficial respecto al PT, porque según esto, al menos en al Congreso del Estado, la diputada Diana Karina Barreras, Sebastián Orduño e Hiram Solís, valen menos que la diputada Alma Higuera, quien como se sabe renunció al PRD para sumarse el grupo parlamentario de MORENA.

Hay mucho por hacer para los partidos tradicionales al entrar en la disputa por el voto ciudadano tres nuevos membretes que están en la etapa final del trámite para obtener su registro como partidos estatales, Vamos, liderado por Norberto Barraza; Partido Sonorense de Raúl González de la Vega y el de Petra Santos, Sonora independiente.

Y como pilón, está la promoción de las corcholatas presidenciales, que en el caso del canciller Marcelo Ebrard como que se están guiando por el librito al constituir un comité de apoyo para promoverlo en Sonora, mediante eventos en donde se advierte lejanía con la administración estatal y de MORENA y aliados, en tanto que las otras corchas se atienen totalmente al favor que se les conceda desde el palacio de gobierno.

José Luis Jardines.

Y no ha sido confirmado, pero se da como un hecho que a José Luis Jardines le pidieron la bola y renunció como titular de la Comisión Estatal del Agua, como resultado de fuerte disputa que obviamente iba a perder, con el Secretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano, Heriberto Aguilar, en un contexto sumamente intrigante, ya que se asegura que el reconocido profesional en asuntos hídricos causó baja por haber denunciado irregularidades y actos de corrupción en la ejecución de obras de rehabilitación del sistema de agua potable y alcantarillado incluidas en las acciones de modernización del puerto de Guaymas, a cargo de la SIDUR.

De confirmarse tal despido, a ver como resuelve ese pendiente el gobernador Durazo, cuando no faltan los que consideran como relevo ideal a Enrique Martínez Preciado, de nefasta memoria como titular del CEA durante el padrecismo, lo cual de plano sería el colmo incluso con solo ser considerado y peor, promovido por algunos personeros de esa corrupta gestión que se han colado en posiciones cercanas al gobernador de Sonora.