Parodias 

HomePalo y Fierro

Parodias 

Desde cualquier punto de vista, innecesaria la autovictimización del presidente Andrés Manuel López Obrador al recurrir a burda simulación respecto a

En represalia porque los grabó con su celular ¿lo mataron?
Que habrá sanción contra el hotel Holiday Inn ¿Seguros?
Llegaron con hambre. Sagrestano rentó el estacionamiento del CUM

Desde cualquier punto de vista, innecesaria la autovictimización del presidente Andrés Manuel López Obrador al recurrir a burda simulación respecto a su supuesta ruina económica que al concluir su gestión, lo obligará a solicitar ser pensionado por el ISSSTE, en un contexto de mentiras y cinismo e incluso, ignorancia.

Por principio de cuentas, si su paso por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México le permitió vida cómoda durante 12 años sin que haya registros de ingresos formales, cuantimás podría ocurrir por sus seis años viviendo en un palacio sin tener que obligar al ISSSTE que viole la ley, porque en el régimen de dicho organismo asistencial no encaja para tener ese beneficio.

Hasta para la hilaridad las gesticulaciones, pujidos, quejidos, lamentaciones y la intentona de generar lástima por la supuesta falta de dinero de alguien que gana casi 150 mil pesos al mes, que más otros beneficios, acumula poco más de dos millones de pesos al año; que no gasta un cinco de tales ingresos; vive en un palacio con servidumbre incluido un chef y su despensa y gastos de servicios de luz, agua, conectividad, gasolinas, servicios a vehículos, boletos de avión, son cubiertos por el erario.

Y eso es lo normal tratándose del presidente de la república, lo que no es normal es que se victimice con base a falacias y con pretensiones manipuladoras de la opinión pública mediante argucias sensibleras, ya que además, ¿qué no dice obtener regalías por los libros que supuestamente ha escrito o serán tan miserables sus hijos como para dejarlo en la inopia a pesar de sus millonarios negocios en la industria del chocolate y el petróleo? Y queda además la alternativa de esos abultados de sobres manila que tan bueno ha resultado para recolectar a lo largo de tantos años.

Por lo pronto, el régimen del ISSSTE prevé pensiones para derechohabientes con un mínimo de 10 años continuos cotizando, para quienes después de los 60 años se queden sin trabajo o sea no es por ahí, porque de terminar su administración, López Obrador a penas acabalará seis años, aunque durante ese tiempo bien podría disponer de un guardadito de al menos 12 millones de pesos y al menos tres mil 800 pesos bimestrales como pensionado del 65 y más del programa del Bienestar.

“Ahí la voy a ir llevando porque no tengo dinero”, dijo entre manoteos y gesto compungido quien asegura traer solo 200 pesos en su cartera “para lo que se ofrezca”; no sabe llenar cheques y tampoco usar tarjetas de crédito, pero que se ha dado la maña para vivir con entera solvencia a lo largo de muchos años sin ingresos comprobables; que tiene una finca presuntamente heredada, casa y departamento en la capital del país, propiedades hasta ahora reconocidas, sin descartar que conforme se rompan pactos de silencio y lealtades surjan otras más en México o en el extranjero, así como depósitos bancarios operados por prestanombres en paraísos fiscales.

Pero que necesidad hay de incurrir en tan rústicas simulaciones sobre una ficticia ruina financiera a todas luces inexistente, faramalla que ofende la inteligencia de los mexicanos y que resulta insostenible hasta para quienes, desde espacios de la idiotez, le profesan irreflexiva adoración, similar a la que a Hitler en la Alemania nazi o a Mussolini en la Italia fascista.

Lamentable como López Obrador se ha convertido en una parodia de sí mismo y generado tanto desengaño entre quienes depositaron su confianza en su proyecto y que tiró por la borda desde que por fin logró su más ambiciosa meta, para ahora ser la peor versión de lo que tanto criticó y convocó a destruir cuando había coherencia en su activismo.