Juana María Olguín Tarín Alfonso Durazo es un clon de Andrés Manuel López Obrador o solo se ponen en modo avión, en estado cínico. Apenas el fin de
Juana María Olguín Tarín
Alfonso Durazo es un clon de Andrés Manuel López Obrador o solo se ponen en modo avión, en estado cínico. Apenas el fin de semana un hombre joven que acaba de casarse por la iglesia fue asesinado, y presto el titular del poder ejecutivo en Sonora aseguró que era un ataque directo. Es decir que los delincuentes iban por él y punto. Es un juicio descarnado, doloso, de irrespeto para la familia del occiso.
Salvo que el asesino hubiera tenido la eficiencia de hablar con alguna autoridad para decirle que Marco Antonio era el enemigo a derribar y cumplieron con su propósito, entonces solo así, podría salir Durazo a “iluminar” a sus ciudadanos e informarlos que fue “un ataque directo”. Pero el trato que da a las víctimas de la inseguridad, no es nuevo, es parte del ejercicio perverso de lavarse las manos, así eso signifique volver a matar al ciudadano, de quien hasta ahora no han probado nada.
Es el trato oficial para un ciudadano asesinado cualquiera, pero cuando se trata de los suyos, sus compas que se trajo a Sonora, ahí solo tienen palabras dulces, de respaldo. Casi juró que metía las manos al fuego por ese individuo al que tuvo ni más ni menos que como jefe de gabinete. Rodolfo Castro Valdez quien fue vinculado a proceso, junto con otros seis ex funcionarios de la pasada administración estatal en Baja California de Jaime Bonilla (2019-2021)”.
Pero Durazo se tiró a matar para defender a su amigo: “una vinculación a proceso no significa de ninguna manera una sentencia condenatoria, significa que el juez ha encontrado elementos susceptibles de imputar una responsabilidad a la persona sujeto a proceso…” El tipo es señalado por peculado y uso indebido de funciones por el caso de la planta Next Energy.
A su cuate y socio en el gabinete estatal, Durazo le provee lo que todo mexicano merece, la presunción de inocencia, que es lo justo y correcto entonces porque a las víctimas a las que les han arrebatado la vida, se les acusa de ser culpables de la pérdida de sus propias vidas.
Otro asunto no menos importante ¿sabrá Durazo de cuantos sonorenses con estudios, cartas credenciales, experiencia pudo disponer en lugar de este señor con cola que le pisen? A no, es que mis amigos, mis compadres, son los que merecen más oportunidades para seguir en la administración pública. Ciudadanos que tampoco se encuentran en proceso judicial por malas prácticas gubernamentales.
En otro asunto, el sistema electoral. Cuando ganó Guillermo Padrés la gubernatura, el PRI perdió hasta el rabo, los candidatos del tricolor a la cámara de diputados ganaron, quiénes, los favoritos de Eduardo Bours ¿Cómo lo hicieron? En el pasado proceso de 2021 otra vez se repite el mismo fenómeno, las amiguitas de Claudia Pavlovich ganaron una diputación. Ya se largaron de esas siglas partidistas, para irse a Morena. La lealtad a toda prueba. Es inadmisible que los favoritos resulten favorecidos por sus dioses.
Ahora con el pleito entre la gobernadora de Campeche, Layda Sansores y el senador Ricardo Monreal hay dos cosas esenciales de dar asco: ella orgullosa del sistema de espionaje que está bien aceitadito para lo que guste el rey de palacio y él hizo ganar a su hermano, David la gubernatura de Zacatecas con el apoyo de Alejandro Moreno, dueño del PRI.
La transacción fue ayudar a ganar a un Monreal, Zacatecas a cambio de impedir que el dirigente tricolor, “Alito” fuera sometido a juicio por tranza y lépero. Lo bueno es que no son iguales já.