Las condiciones estaban dadas para que el partido oficial y el gobierno estatal ganaran la subasta luego de la perspectiva irremediable de la decisión política de las diputadas Karina Zárate y Ely Sallard, quienes clavaron dos clavos más al ataúd en donde yace el cadáver aún insepulto del PRI en Sonora

Las condiciones estaban dadas para que el partido oficial y el gobierno estatal ganaran la subasta luego de la perspectiva irremediable de la decisión política de las diputadas Karina Zárate y Ely Sallard, quienes clavaron dos clavos más al ataúd en donde yace el cadáver aún insepulto del PRI en Sonora.
La “solución” al caso Sonora luego de los desencuentros derivados de la imposición centralista, como medicina, el arribo a la dirigencia de Rogelio Díaz Brown, resultó peor que la enfermedad al concretarse la postergada defección de las legisladoras en mención, quienes habían condicionado su permanencia en las filas priistas a que la elección de la nueva dirigencia fuera por la vía democrática.
No por ser una decisión anunciada, se aminoran los efectos por rumbos de la sede estatal del PRI, ya oficialmente si representación en el Poder Legislativo de la Entidad, ausencia igual de esperada porque lo único que resultaba incierto era el destino que escogerían las ahora integrantes del Grupo Parlamentario de MORENA, si el CEN priista insistía en sus pretensiones impositivas.
Habrá quienes cuestionen el hecho que las diputadas hayan decidido caer en lo blandito; en el partido en el poder y estar en condiciones más favorables, en lugar de seguir batallando como oposición, sin importar, que desde la perspectiva ideológica, sus trayectorias no correspondan a los postulados estratégicos del partido en el gobierno.

Bien hecho por las diputadas Zárate y Sallard, así como bien hecho por Natalia Rivera y Ernesto de Lucas luego de tantos desprecios a la democracia interna en lo que fuera su partido, aunque para efecto de las primeras, su imagen hubiera resultado fortalecida si su migración hubiera sido un partido de oposición, dado que su escogencia tiene visos de comodidad.
Pudiera considerarse lógico el que Karina y Ely hayan decidido aceptar lo que dijeron fue una invitación expresa del mismo gobernador Alfonso Durazo para que se sumaran a su proyecto de transformación, toda vez los corrales o potreros donde pertenecen: Karina al de la exgobernadora Claudia Pavlovich y Ely, al del empresario-político, Ricardo Mazón Lizárraga, con el agregado de su parentesco con el coordinador del Sistema Estatal de Comunicación Social y operador político, Edgar Hiram Sallard.
Pues desde nuestra perspectiva tal decisión resulta más que lógica y obedece al diferendo ya al parecer irreconciliable al interior del PRI, en donde su dirigencia nacional pretendió erradicar la influencia de la ahora cónsul de México en Barcelona; que Mazón Lizárraga no haya podido revertir la imposición de Onésimo Aguilera en la dirigencia priista y haya perdido la estafeta ante un Manlio Fabio Beltrones que a fin de cuentas obligó al CEN a ceder para que uno de los suyos asumiera el mando.
En otras palabras y a partir de dicha hipótesis, la disputa entre Beltrones y el empresario se mantiene y escala más allá del bloque opositor planteado por Zaira Fernández y Pascual Soto, a quienes no se debería descartar como eventuales migrantes al morenismo en los días siguientes, seguidos por sus cuadros de apoyo, entre los que estaban de forma importante, Ely y Karina.
Desde el punto de vista ciudadano, ese ciudadano que va y vota en una elección, resulta decepcionante el que haya preferido hacerlo por alguien que ya en el cargo se entregó a otra opción partidista y con ese estigma habrán de transitar ambas legisladoras de mayoría, quienes tienen mucho que explicar a quienes las apoyaron en los distritos 06 y 09, y no, no hay comparación cuando se trata de diputaciones plurinominales, porque a fin de cuentas su representación popular es más genérica al no resultar electos mediante el voto directo.

Hay que reconocer que la 4T y el gobierno de Durazo se sacaron la yuca al sumar a sus filas y proyecto a un par de mujeres de alta calidad representativa, con amplia experiencia en el activismo político y en el servicio público, así como con relaciones y contactos en importantes segmentos del sector empresarial, que incluso nos hicieron pensar que su opción primaria era el PAN.
Además, para efectos de opinión pública, la cooptación de las diputadas tan identificadas con la exgobernadora Pavlovich, fortalece las denuncias sobre el pacto de impunidad que reitera el PAN desde que fue nombrada cónsul en Barcelona, aunque en su defección hayan gravitado razones distintas a dicho supuesto.
Pero Gildardo Real y compañía no se debieran engolosinar satanizando a las nuevas chapulines del PRI, porque el PAN ya puso lo suyo para fortalecer a la 4T en esta entidad al fugarse e irse al PES, verruga de MORENA, El Kiko Munro, quien ya tiene meses como comensal del mesón durazcista.
El hecho es que el PRI de este estado sigue en el pronunciado tobogán en que lo puso el autoritarismo y arrogancia Alejandro Moreno Cárdenas al imponer a Onésimo Aguilera en la dirigencia y que se inclinó aún más cuando Beltrones Rivera impuso a Rogelio Díaz Brown, para que ahora, por primera vez en la historia legislativa de esta entidad, ese partido no tenga representación en el Congreso del Estado y no hay que descartar que las defecciones se repliquen en ayuntamientos.

Como sea, conocemos de hace bastantes años a Karina y a Ely; sabemos de sus capacidades y su trabajo en las infanterías del que fuera su partido, así como las relaciones que han tejido a lo largo de su militancia y seguramente no les quedó de otra al tomar la decisión de ahuecar el ala
En fin, el partido oficial y el gobierno de Sonora consolidan su aplastante hegemonía en la Cámara de Diputados, y en el espectro político estatal se difuminan los indispensables equilibrios para el ejercicio del poder, aunque confiamos en que Durazo Montaño no incurrirá en la tentación de abusar de dicha circunstancia.
A los del PRI les convendría mejor no seguir tratando de defenestrar a quien fuera la primera priista del Estado porque les puede ir peor, ya que por solidaridad con la que fue su líder, por instrucciones de ésta, o simplemente por no ser tomados en cuenta en la toma de decisiones, haya más chapulines.
Por lo pronto, vaya el reto que tiene ante sí Díaz Brown, ahora sí obligado a un ejercicio extremo de contención frente al poder de cooptación del partido oficial y del gobierno del Estado, y ojo, porque si bien el que el transfuguismo en el Congreso del estado sea más espectacular, ese de hormiga, el que no se publicita ni alardea puede resultar de mayor impacto, por el desengaño y la decepción de simpatizantes del PRI, cuyo voto por las citadas diputadas resultó en posiciones para MORENA.

Por otra parte, a ocho años de la matanza de estudiantes de Ayotzinapa, a estas horas de la tarde está por iniciar la marcha de sus familiares y por las murallas de acero de tres metros de alto que rodean la residencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, su régimen castrense debe tener información privilegiada que amerita medidas de protección extrema.
Ojalá las cosas no pasen a mayores y esos manifestantes no sufran una represión mayor a la que ocurrió en Iguala, Guerrero, dadas las condiciones de beligerancia que se advierte en el jefe supremo de las fuerzas armadas de este país en estos días, luego de abrirse la caja de pandora sobre los detalles de tan funestos hechos, en donde tuvieron protagonismo estelar integrantes y altos mandos del ejército.
Paradójico el que un hecho tan emblemático en la colecta de votos del ahora presidente, ahora sea objeto de repudio y de engañifas, manipulaciones y decisiones contradictorias, en el marco de una dinámica ya de plano instalada en los entornos del ejercicio del poder cuatroteniano.
Resulta muy preocupante que junto a las obsesiones militaristas del presidente haya hecho de nuestras fuerzas armadas un comodín al que le asigna toda una diversidad de tareas y responsabilidades, con presupuestos a manos llenas cuyo gasto se ejerce en la opacidad y ajenas a sus obligaciones en materia de soberanía nacional, integridad territorial y seguridad interna.

Lo peor del caso es que ya no solo construyen aeropuertos, bancos, redes ferroviarias, tienen a su cargo aduanas y puertos, reparten medicinas y vacunas, vigilan el tránsito en cruceros citadinos; vigilan conciertos de narcocorridos y son obligados a respetar “derechos humanos” de criminales y someterse a capos de la droga.
Ya no es solo eso, porque en la mañanera de este lunes López Obrador les asignó otras tareas, nada más y nada menos que combatir a conservadores y fifís o sea, a quienes él considera oposición a su gobierno, lo cual debería causar preocupación masiva entre los mexicanos bien nacidos.
El presidente debería aceptar que las fuerzas armadas tienen la fundamental tarea de proteger a todas las personas que viven en este país, sin importar nivel económico, militancias, ideologías, religiones y géneros o sea a todas y todos, así como él debería de gobernar, sin distingos de nada.