Cómo hablar de Ayotzinapa y sus 43 estudiantes sin acusar a las víctimas, sin hacer escollo en su destino
Juana María Olguín Tarín

Cómo hablar de Ayotzinapa y sus 43 estudiantes sin acusar a las víctimas, sin hacer escollo en su destino. Este miércoles, tuve la oportunidad de hablar con un grupo de jóvenes, alumnos de la licenciatura en Seguridad pública de la Universidad de Sonora, y al abordar este caso les pregunté cuántos camiones se habían robado de alguna central de autobuses, sonrieron. No es algo que ocurra con frecuencia en cualquier sitio del país. Pues martes y miércoles como preámbulo, de sus acciones de protesta a 8 años de aquel fatídico 26 de septiembre, atacaron instalaciones militares de Chilpancingo y de Iguala, en Guerrero.
Aprovecho para agradecer al Dr. Raúl González, coordinador de la licenciatura de seguridad pública la invitación, para conversar con sus alumnos, con el tema: “La victimización ¿una política de Estado? No hay que escarbar mucho para encontrar los casos emblemáticos de esa crueldad institucionalizada en el país, por supuesto el tema aún pendiente de la normal Isidro Burgos es uno de ellos y en el que, por más cuentos, no dan con los restos de los jóvenes.
Lo he dicho no importa si para ellos era toda una tradición, robar o pedir prestados camiones a la fuerza, con todo y chófer con ello incurrían en ilegalidad. La parte que hace aún más sensible este expediente es que se trataba de jóvenes de primer ingreso, que estaban en semana de prueba, en la que eran dirigidos por los alumnos más antiguos en actividades agrícolas de auto consumo, igual incluía actividades políticas, botear en las calles y tomar unidades del transporte a la fuerza, golpeando a conductores si estos se resistían.
El saldo 43 normalistas desaparecidos, 4 personas más muertas, de un equipo deportivo que cruzó en mala hora por la zona cero, pero que por lo visto no dejó ningún aprendizaje y este martes y miércoles de nuevo se movilizan en camiones propiedad de alguien y atacaron las unidades militares. Por cierto, un juez liberó a José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, Guerrero, luego que ahora se sabe que el robo de camiones lo iban a realizar en Chilpancingo, pero notaron presencia policial y decidieron por ir al otro municipio. Así se fabrican culpables en este país, donde se criminaliza a cualquiera que sirva para sus intereses aviesos.
En medio de tantos cuentos que han contado los gobiernos, aparece la responsabilidad de los militares (20 órdenes de aprehensión) y justo ahora el circo de cuatro pistas en que se ha convertido el poder legislativo, aprobó en la cámara baja que se quede la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en labores de seguridad pública hasta 2028. Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto lo hicieron y 4 años más del actual sexenio y las calles del país no pueden estar más teñidas de sangre, desgracias y delitos. Cuál es la nueva apuesta con esta grandiosa “ideota” (idea grande).
En otros asuntos, otra vez alerta por abusos sexuales o deshonestos en escuela. Lo toman en serio en la Secretaría de Educación y Cultura (SEC), en todo sentido, deben actuar y de inmediato. Se trata del plantel, Carmen Sánchez Corral en la colonia Cuauhtémoc en ciudad Obregón donde un grupo de padres se reunió e hicieron la denuncia: que los niños se niegan a ir a clases por el maltrato verbal del señalado y quien hasta al personal docente agrede.
Que el citado funcionario estaba adentro de los baños de mujeres y dijo a una alumna palabras totalmente fuera de lugar. Obscenidades puras. Actúen autoridades de la SEC antes que una mentira se haga grande y los daños psicológicos aumenten o la verdad de la violencia sexual en las escuelas sea revelada de forma descarnada y con total crudeza. Porque de que hay, las hay y hasta ahora la impunidad campea ¿Porque no hay denuncias justificarán? Y si las hay ¿qué las hacen?