Oh mi Dios las calles de Hermosillo son un máximo desastre, ya sé que todos los municipios se encuentran con el mismo dolor de cabeza, el punto es como para cuando se oirá en boca de Alfonso Durazo que conseguirá una inversión cuantiosa para sacar al estado de ese gran, gigantesco bache
Juana María Olguín Tarín

Oh mi Dios las calles de Hermosillo son un máximo desastre, ya sé que todos los municipios se encuentran con el mismo dolor de cabeza, el punto es como para cuando se oirá en boca de Alfonso Durazo que conseguirá una inversión cuantiosa para sacar al estado de ese gran, gigantesco bache. El colmo es que en la ciudad capital hay hoyancos de miedo que estaban desde el trienio de la infame ex alcaldesa, hoy flamante secretaria de turismo. Premiada y todo.
Sí, hay que reconocer que parte de la desgracia de Hermosillo fue tener a Célida López al cargo de la ciudad, con miras a reelegirse, lo que creería iba a lograr gracias al fenómeno electoral que es -y dicen que seguirá siendo- Andrés Manuel López Obrador. Pero la señora dejó las calles convertidas en una ruina, el colmo es que algunas como la Aldama esquina con Veracruz, madre del Verbo, hay unos cráteres que, si lo agarras mal o de golpe, -porque no sabes que están ahí-, romperán un vehículo. Con sabrá Dios que consecuencias.
Esos hoyos en la colonia San Benito, porque igual está la Zacatecas -un solo cráter- son de por lo menos cuatro, cinco años y cada vez se ponen más profundos y por ende peligrosos para quien no conoce la zona. Estas lluvias que caen terminarán de convertir a las ciudades de Sonora, en verdaderos peligros que destruirán vehículos que se han comprado con tanto esfuerzo. En un bache quedarán los esfuerzos de toda una vida. Sí porque serán invisibles por la lluvia.
Ya es tiempo que Durazo se entere que es el responsable de resolver lo que sucede en toda la entidad y entre ello, buscar los recursos financieros suficientes para pavimentar las calles y dejar esa mediocre actuación gubernamental de tapar un bache para dejar desniveles que dejan para siempre la huella y la zangoloteada del coche.
Que el ataque que dejó dos trabajadores de CFE muertos y dos más heridos no ocurrió en Ónavas, aclaró su alcaldesa, Verónica Valenzuela, quien nunca mostró un poco de misericordia para los jóvenes asesinados y sus familias. La prisa de la señora era sacar a su comunidad de la que es responsable de los hechos de los que todavía no se tiene ni una pista, a qué se debieron. Qué fue lo que causó la muerte de dos hombres y que dos más resultaran heridos.
Las especulaciones van y vienen, lo que sí ocurrió este miércoles es que los empleados de la paraestatal que conforman las cuadrillas que salen a arreglar las interrupciones del suministro se negaron a salir a trabajar. La sección 221 a donde pertenecían los 4 varones que fueron atacados, decidieron no ir a sus labores por las condiciones de inseguridad que privan en la entidad, por ello algunas actividades están suspendidas.
En otro asunto, una joven de 13 años con residencia en Hermosillo, huyó con Emilio de 21 años, originario de San Luis Potosí, a Saltillo Coahuila desde el pasado 20 de agosto. El patrón del muchacho llamó para reportar donde estaba la menor. Así que tras 14 días de búsqueda fue localizada el 3 de septiembre. Al parecer una multitud de funcionarios de la fiscalía de Sonora acudió a aquel estado para trasladar a la menor a esta ciudad ¿Era necesario ese contingente?
El colmo es el video que hace la propia fiscalía de la menor de 13 años a su arribo al aeropuerto Ignacio L. Pesqueira, luego cuando se encuentra con sus padres ¿era necesario exhibirlos? Se ve la cara de los señores, del hermano de la muchacha. Son ustedes los responsables de evitar la identificación de la jovencita y ahora resulta que se les olvidó lo que por ley están obligados a proteger su identidad.
Que pasará en las niñas de 11, 12, 13 años están desesperadas por experimentar vida de adultas y escapan porque les llenan la cabeza de pajaritos hombres adultos y por lo visto no hay nadie que esté a cargo de esas chicas, ni sus padres, no hay organismos que las eduquen que fortalezcan otros objetivos. Los hijos huérfanos, que nadie dirige ni atiende.