El periodismo ético, profesional es tan simple como llamar a las cosas por su nombre, describir los hechos que ocurren sin menoscabo de lo cruda que pueda ser la realidad y hay quienes simple y llanamente creen que adorar al gobernante en turno es la máxima cosa a la que se pueden dedicar en este oficio
Juana María Olguín Tarín

El periodismo ético, profesional es tan simple como llamar a las cosas por su nombre, describir los hechos que ocurren sin menoscabo de lo cruda que pueda ser la realidad y hay quienes simple y llanamente creen que adorar al gobernante en turno es la máxima cosa a la que se pueden dedicar en este oficio. Por ello es absurdo ver que cualquier tontería lo quieren hacen “noticia”, mientras las verdaderas tragedias se diluyen, languidecen ante la indiferencia.
A este país le sobran dueños, es el caso de cada una de las regiones de la nación, no hay que romperse los sesos para saber quien es el propietario de Sonora, en alianza con otros tanto más. Son grupos políticos, poderosas alianzas económicas. Han escuchado la frase: bienvenidos a Hermosillo una empresa más del grupo Mazón. Así se aplica para todas y cada una de las ciudades del país.
Nada más vergonzoso que ver que el periodismo en México es a gusto del patrón y el Estado: la verdad languidece.
Estamos rodeados de basura, porquería inmunda que se alaba como bueno, ético, normal o como se repite hasta la saciedad: “es que antes era peor, robaban más”. Entonces a lo que sigue, al otro churro, a la tontería que se convierte en ¿acto de gobierno? ¿En anuncio espectacular de algo que no ha sucedido y por lo visto no ocurrirá? Una duda ¿qué ha hecho Alfonzo Durazo desde que llegó al poder ejecutivo? La respuesta es: nada, absolutamente nada que valga la pena.
Cada conferencia de los martes (hoy 30 de agosto no hubo, por ejemplo) repite lo que ha dicho desde el inicio de su mandato, las carreteras que construirá -ahora se sabe- la secretaría de Marina, Armada de México (Semar) que dizque de Guaymas a Chihuahua y no han puesto ni siquiera un ladrillo y ahora con el desastre en la zona donde lo que hace falta es dinero, constante y sonante el mismo que nomás no fluye de la presidencia de la República a Sonora.
Ayer iniciaron clases primaria y secundaria y anunció con bombo y platillo el titular de la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) Aarón Grajeda que las actividades ocurrieron en el 96 % del estado, salvo en 53 planteles del valle de Guaymas y Empalme. Pues ayer mismo paró labores la secundaria 33, René Arvizu, de Hermosillo porque los padres encontraron un trochil, sin agua, sin luz se robaron los cables y los equipos de refrigeración. La hierba de tan alta, fácil cubría a los estudiantes.
Por supuesto qué dinero pudieron invertir en las escuelas ¡Ninguno! Que no se les olvide que desde 2018 desaparecieron los subsidios de la federación a los estados para la reparar esa infraestructura. Ayer estallaron los padres de la secundaria 33 y entonces llegaron funcionarios de la SEC a atender, claro, porque bloquearon la calle Ángel García Aburto y querían ir a cerrar el periférico Poniente (Solidaridad). Les dijeron que las reparaciones serán de unas tres semanas ¿No tuvieron tiempo suficiente? Habrá que esperar el diagnóstico real del sector, sí de la sociedad harta y cansada.
Pero que emoción que Alfonso Durazo se fue con todo a apoyar a la favorita de López Obrador, Claudia Sheinbaum a la que hicieron conferencista y todo para que se placee por todo el país ¿y quién paga por esos viajecitos?
Hubo tremenda balacera en Caborca el pasado 27 de agosto que dejó saldo de dos muertos, heridos y como es costumbre nadie se siente obligado a informar lo ocurrido. Ya de fregados darles el pésame a las familias de las víctimas. Lo último que se haría en un país que revictimiza a los muertos, mientras glorifica a los vivos, a los muy vivillos.