Vaya cuento el que se aventó la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en manos de Manuel Bartlett Díaz, un priista impresentable, -ahora dotado de pureza y castidad, por su jefe, Andrés Manuel López-, con el tremendo apagón que sufrieron vecinos de ciudades de tres entidades del sureste del país. Que un solo empleado de esa paraestatal fue el culpable, que él y nada más que él y su torpeza provocaron la afectación a 1.3 millones de personas
Juana María Olguín

Vaya cuento el que se aventó la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en manos de Manuel Bartlett Díaz, un priista impresentable, -ahora dotado de pureza y castidad, por su jefe, Andrés Manuel López-, con el tremendo apagón que sufrieron vecinos de ciudades de tres entidades del sureste del país. Que un solo empleado de esa paraestatal fue el culpable, que él y nada más que él y su torpeza provocaron la afectación a 1.3 millones de personas.
Hace rato que los conocedores del tema de la energía hacen énfasis en que habrá consecuencias graves, por regresar el monopolio del servicio a la CFE y que uno de ellos será enfrentar cortes, apagones constantes en amplias zonas del país. Lo de este miércoles podría ser anticipo.
En Sonora ya saben que se siente con un mega apagón ocurrido allá en el año 2000 cuando presuntamente una compañía española que producía de manera ilegal en Hermosillo electricidad, fue cuando se integró al sistema de distribución de la CFE, con desgraciados resultados que dejó sin energía además a Baja California y Sinaloa, hasta este día no hay responsabilidades de esa torpeza mayúscula. Ahora fueron usuarios del estado de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, los que se quedaron a oscuras ¿Será el principio de más de lo peor de esa empresa?
Con toda la atención en el estado de Chihuahua por el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas más la desaparición de dos vecinos de Cerocahui, parece que han olvidado el caso de Alexa de 13 años quien fue raptada la madrugada del 6 de junio por un hombre de 30 años al que identifica plenamente la madre de la menor, quien fue baleada en por lo menos seis ocasiones para luego llevarse a su hija.
El caso es tan paradigmático como el homicidio de esas tres personas dentro de la iglesia, porque el secuestrador de Alexa es ampliamente conocido en la zona, andaba armado, que cometía todas las fechorías que se le ocurrían como vender droga, presuntamente atacar a balazos a una pareja donde la mujer murió. Digo ya están todas las policías ahora sí ¿o importa muy poco porque es mujer? O por las sospechas que se han vertido que eran novios ¿el de 30 y ella de 13?
Dos marchas se conectaron ayer con un mismo propósito en municipios distintos de Sonora, exigir la aparición con vida de tres mujeres que se encuentran ilocalizables. Con el sol quemante salieron familiares y amigos de las primas Melissa Lizeth Ávila Vázquez y Jazmín Michelin Arreola Vázquez, de 27 y 26 años, de quienes se desconoce su paradero desde el 14 de junio cuando salieron de un domicilio en Nogales.
También en Guaymas marcharon para exigir la aparición con vida de la joven madre, Amairani Rascón, de 25 años, quien desde el 20 de junio se desconoce su paradero. Madre de una pequeña, salió de su domicilio y no regresó. Fue vista en la colonia El Mirador. Desde ese momento, sus allegados perdieron todo contacto con ella y nada se sabe de su paradero actual.
En lo que va del 2022, en la zona Guaymas-Empalme 30 mujeres están desaparecidas, de ellas sólo han localizado con vida a dos, de las 28 restantes no hay información hasta el momento.
Es imposible no preguntarse si son peligros nuevos, es una nueva modalidad del crimen organizado y donde las mujeres ocupan el mismo lugar que les otorga la sociedad, el gobierno machista: úsese y tírese. Con la desaparición hay que lidiar además con el maldito prejuicio de “se fue con el novio” y las instituciones impregnadas de prejuicios, hasta que encuentran sus restos óseos, no siempre.