El viernes justo en frente de la empresa comercializadora de frutas y legumbres, Coliman, a la salida norte de Hermosillo, ocurrió un accidente por alcance entre tres vehículos, todos sedan y bastante nuevos
Juana María Olguín
El viernes justo en frente de la empresa comercializadora de frutas y legumbres, Coliman, a la salida norte de Hermosillo, ocurrió un accidente por alcance entre tres vehículos, todos sedan y bastante nuevos. Cuál fue la novedad en este percance, nomás que el ayuntamiento de Hermosillo inició la pavimentación de la citada carretera y justo en ese sitio, cerró la circulación de los tres carriles a uno y como es la bendita costumbre en este país, sin ninguna señalización.
Sin que sea ninguna excusa para las velocidades con que corren los automovilistas y la forma irresponsable en que lo hacen, pero es de verdad una salvajada que justo después de una curva ciega, de golpe y porrazo el tráfico se cierre de tres a un solo carril. Así que quienes la libraron y más o menos son quienes circulaban por el de extrema derecha. Los que se estamparon por alcance los que iban a la izquierda y del centro.
El resto que circulaba un poco más atrás con dificultades, pero alcanzaron a frenar al presumir que algo ocurrió porque las unidades estaban agolpadas y no se alcanzaba a distinguir que la carretera estaba cerrada. Y no es nuevo cada vez que se hacen trabajos de rehabilitación, los mismos que tardan años, en concluirse, es la misma triste historia jamás utilizan señalización para alertas a los usuarios de la cinta asfáltica.
Igual sucedió con las obras de la carretera de cuatro carriles, que todavía no han podido terminar y que ha costado docenas de muerte, en la que jamás colocaron advertencias para los usuarios de la rúa. Es la estupidez universalizada por parte de las empresas benditas que recibieron esas obras, que las cobran como si fueran de oro y que como vemos fehacientemente se pueden quedar una eternidad cobrando de acuerdo a la inflación sus trabajos y los gobiernos cómplices les permiten eso y más.
Habrá que ver que dicen los padres de familia, con esta idea de la secretaría de salud de ir a los planteles educativos para inmunizar contra el Covid a los niños de 12 a 14 años de edad. A la vieja usanza en que solo llegaban dos enfermeras con su hielera y los docentes a poner en fila a los chicos para que les aplicaran las dosis correspondientes a la campaña. Acá el detalle es que de a poco se va descubriendo a los anti vacunas, también a los acusan al biológico, particularmente de la tercera dosis de causarles severos daños a la salud, así que habrá que esperar la reticencia.
O a lo mejor no y todos saltan de contentos, quien sabe. Cada vez se entiende menos como reacciona la sociedad. Que la vacunación sea un plan excepcional para auxiliar a juventud en caso de las otras dos variables de ómicron las mismas que ya están en el país.
Que no es un tandeo lo que ocurre con el desabasto de agua en Hermosillo, aclaró el presidente municipal,
Ojalá que la querencia que dice tenerlo López Obrador a Alfonso Durazo se materialice en presupuestos abultados para Sonora, para que se resuelva de una vez por todas los temas del desabasto de agua, los infames costos de la electricidad, que concluyan la carretera de cuatro carriles y de ahí en adelante lo que sea que haga será un verdadero milagro, porque para ser honestos al día de hoy, no se ve ni se siente la presencia de una nueva administración estatal, parece que sigue Claudia Pavlovich calladita y obediente a las órdenes de palacio nacional. Así que más de lo mismo ¿más caro, igual? De la inseguridad ni hablemos, no existe para la clase gobernante.