Sabe por qué se extrañan de las confesiones del expresidente Donald Trump, sobre cómo impuso condiciones para que la Guardia Nacional de México se convirtiera en testaferro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés)

Sabe por qué se extrañan de las confesiones del expresidente Donald Trump, sobre cómo impuso condiciones para que la Guardia Nacional de México se convirtiera en testaferro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
Ese zipizape “diplomático” a mediados del 2019, pavimentó la ruta para que un año después se realizara aquella cumbre en Washington, donde el presidente mexicano ofreció denigrante, entreguista y abyecto espectáculo, de quien en efecto, había sido doblado por el autoritarismo de su par orate.
Las confesiones del “me cae bien a pesar de ser capitalista”, solo confirmaron lo que ya se sabía y los hechos habían corroborado: para evitar la imposición de aranceles de hasta el 25 por ciento a las exportaciones mexicanas, Andrés Manuel López Obrador ordenó la movilización de miles de elementos de la Guardia Nacional para sellar la frontera sur del país y reprimir las caravanas migrantes de centroamericanos en ruta hacia Estados Unidos.
De facto, el histórico servilismo del presidente López Obrador convirtió a México en el llamado “Tercer País Seguro”, fórmula aplicada por las autoridades migratorias gringas para abrir procesos de revisión de tres a seis meses a solicitudes de ingreso a Estados Unidos, mientras la paramilitar Guardia Nacional mexicana se constituía en un muro humano para proteger intereses estadounidenses desde territorio mexicano o sea, hacer el trabajo sucio.

Lo ocurrido no admite debate, es una realidad que pasará a los anales de la historia como la negociación más nefasta de las últimas décadas entre los gobiernos de ambos países y la respuesta timorata, pusilánime y evasiva del sociópata de Palacio Nacional, solo confirma que en efecto, fue doblado y sigue doblado por quien dijo caerle bien, faltando solo que le enviara un besito desde su púlpito mañanero.
Testimonios sobran respecto a ese acto de servilismo a nación extranjera de parte del presidente mexicano y si faltaba algo para confirmarlo, está documentada la visita que hizo poco más de un año después, cuando con su zalamera, lambiscona y arrastrada actuación, fue parte de la propaganda de Trump quien andaba en campaña en busca de su reelección.
Recordarán la contrastante beligerancia durante su campaña y sus retos al presidente gringo más antimexicano de la historia, para luego ya como presidente de México, meter reversa y quebrándose, quebrándose, flojito y cooperando, acabar de darlas de la forma más impúdica, y que con su zalamera confesión de que “me cae bien” Trump, todo indica que le gustó la doblada que le aplicaron.
Su indubitable entreguismo se concatena con esos buenos sentimientos hacia Trump, a pesar de ser el ejemplo y el ícono actual de la ultraderecha en el mundo, del más rancio conservadurismo neoliberal, quien a su vez también reconoció caerle bien el socialista que desgobierna a México, que valga decirlo, de socialista tiene lo que este reportero tiene de sacerdote, y más bien, con su verborrea de corte pseudoizquierdista solo trata de ocultar su conspicuo perfil reaccionario, conservador y de derecha.

Frente a la sonora bofetada que le propinó su admirado Trump en la mera jeta, al que vive en un palacio no le quedó de otra que desdeñar y evadir el tema para dedicarse a su deporte favorito, que igual al del expresidente gringo, es la de atacar a medios de comunicación y comunicadores y eludir temas que la realidad ubica como prioridades o referirse a éstos con actitud contemplativa.
No tenemos idea si en la mañanera lunática el presidente se refirió a la contundente advertencia de Anne Milgram, Administradora de Drug Enforcement Administration, DEA, por sus siglas en inglés y no porque se diera por aludido, sino porque el chaleco confeccionado por la funcionaria quedó a la perfección a él y a su administración.
Flanqueada por Merrick Garland, Fiscal General de los Estados Unidos y Damián Williams, abogado del gobierno de Estados Unidos, la titular de la DEA describió las diversas situaciones en las que “líderes” de países se pueden poner en la mira de la política antidrogas de su gobierno y en varias de esas situaciones quedan las diversas actuaciones de instancias del gobierno mexicano.
El mensaje de Milgram se dio a conocer luego de la extradición a Estados Unidos del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien enfrenta acusaciones de narcotráfico, pero obviamente lleva dedicatoria para el gobierno de México y el partido gobernante, como colofón de varios desencuentros como fue la detención y posterior liberación del general de cuatro estrellas, Salvador Cienfuegos por parte de la DEA; también la detención e inmediata liberación de Ovidio Guzmán y la reciente cancelación de un grupo interdisciplinario de alta especialidad y entrenamiento integrado por agentes mexicanos y de la DEA para mediante trabajo de inteligencia, detener narcos de alto perfil.

El mensaje de Milgram se dio a conocer luego de la extradición a Estados Unidos del expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien enfrenta acusaciones de narcotráfico, pero la liberación del citado narcojunior; la afectiva relación y de respeto entre el presidente y la familia de Joaquín Guzmán; frecuentes denuncias sobre la intervención de carteles de la droga en campañas electorales en favor de representantes de MORENA; la evidente tendencia de la estrategia de combate a grupos del narco, donde se arremete contra unos y se consecuente a otros, hace sospechar que tales advertencias tienen dedicatoria para el gobierno de López Obrador.
“Si toma dinero de drogas para su elección, si acepta sobornos de los cárteles de la droga, si trafica con drogas mortales, si protege a los cárteles criminales de la droga, si permite que la violencia y el asesinato florezcan a manos de los cárteles, entonces la DEA no se detendrá ante nada para hacerle responsable de sus crímenes”, subrayó Milgram, al advertir, “que los líderes que creen que pueden esconderse detrás del poder de su posición, están equivocados”.
En fin, como las cosas van de mal en peor en México, seguramente este tema será un excelente distractor para quien ha resultado un experto para ocultar su incompetencia y sus torpezas, para acomodar las cosas a modo para engañar a quienes disfrutan de ser engañados y que todo siga igual y en la ruta hacia el desastre.
Mientras tanto, dado su largo paso por los avatares de la política a la mexicana, no les extrañe que el gobernador Alfonso Durazo Montaño pegue violento golpe sobre la mesa para poner fin a la creciente presencia del llamado fuego amigo que se practica al interior de su equipo de trabajo, cuyo saldo no deja muy bien parada a su administración ante la percepción ciudadana.

Hace unas semanas el objetivo de esa mala entraña se concentró en el titular de Salud, José Luis Alomía Zegarra, quien no obstante ser el perfil más completo para el ejercicio encomendado del gabinete, sufrió severa zangoloteada operada desde las alcantarillas de la Secretaría de Hacienda y del Partido Verde, solo porque se atrevió a proponer el relevo de un corrupto que habían infiltrado en la dirección de administración de la dependencia a su cargo.
Afortunadamente el agua recobró su nivel y todo quedó en un fallido intento de los corruptos que merodean en la administración estatal y seguramente también el agua recobrará su nivel en esa otra campañita emprendida desde el anonimato en contra del titular del Sistema Estatal de Comunicación Social, Edgar Hiram Sallard, a quien le endilgan conductas impensables, desde nuestra perspectiva de conocerlo desde que estaba muy morro por allá a fines de los años 80.
Son fregaderas que en aras de proteger y respetar los derechos de la mujer, se utilicen plataformas y haya quienes las impulsen desde posiciones del gobierno actual, para difamar a presuntos compañeros de partido, de proyectos políticos y de asociados en luchas populares pasadas, y no se diga de otros casos que uno puede advertir con una simple stalkeada, donde el anonimato se convierte en terreno fértil para la infamia, sin que ninguna autoridad ponga freno o en todo caso haga suyas las denuncias que ahí aparecen con fotos y todo.
Pues el Hiram no se cuece al primer hervor y por eso su oportuna y contundente respuesta, y es más, tenemos la sospecha que no dejará así las cosas y al menos procurará restituir a cabalidad la honorabilidad que pretendieron socavar quienes apoyan, promueven e impulsan ese bodrio y que a lo mejor con quienes comparte mesa en reuniones de gabinete o les da preferente trato profesional en asuntos de la comunicación a su cargo.

Otro integrante del gabinete que sufre las consecuencias del fuego amigo es el titular de Economía, Armando Villa Orduño, a quien en estos días le tupen duro y bonito desde marginales sitios del ciberespacio; le endosan omisiones como servidor público entre otras tonterías y ya encarrerados, hasta le resucitan temas agotados en el tiempo aprovechando inestabilidades mentales de quienes de pronto salieron con la puntada de inmiscuirlo en una ejecución callejera en Hermosillo hace una década.
De plano se salieron quienes impulsan esa patraña, así como en los casos del titular de Salud y de Sallard, quedando sumamente claro que se trata simplemente de operativos de cloaca del viejo régimen, como dirían los clásicos, y que suponía habían caducado al instalarse Durazo Montaño en la gubernatura, quedando uno a la espera, para que así como lo hizo en el caso del Pepe Alomía, ponga orden entre esos ociosos y ociosas que en lugar de trabajar al servicio de los sonorenses, pierden su tiempo en tratar de joder a sus compañeros de gabinete.