La corrupción se convirtió en el deporte nacional por excelencia de la clase gobernante, así que creer que va a desaparecer por decreto es una ilusión banal o mercadotecnia para vender un bien intangible
Juana María Olguín

La corrupción se convirtió en el deporte nacional por excelencia de la clase gobernante, así que creer que va a desaparecer por decreto es una ilusión banal o mercadotecnia para vender un bien intangible. Pero todos los benditos días aparecen indicios de que todo sigue igual o peor, tristemente. Ahora para colmo de males dos personajes muy visibles son investigados por enriquecimiento muy explicable, el ex titular de la UIF y el fiscal general de la República.
En esa tesitura se revela un video que no es nuevo precisamente, pero que genera escándalo y vuelve a traer a la escena imágenes del secretario particular, de Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Esquer, quien depositó dinero en un banco y es aquella estratagema del partido Morena, que dizque crear un fideicomiso para damnificados de terremotos. Asunto que ninguna autoridad resolvió con mínimo interés. Para colmo la dichosa ayuda jamás llegó.
Que no había ningún delito, adujeron los órganos responsables de indagar la fechoría que implica recursos por el orden de los 44 millones de pesos. En el video se ve al secretario particular Esquer y otros colaboradores de López Obrador en el dichoso operativo. Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), aseguró que los personajes depositaron 50 mil pesos y se volvían a formar en distintos bancos.
Justo este día lunes dos de los principales periódicos nacionales, publicaron que se investiga por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) a su ex titular, Santiago Nieto, así como al fiscal general de la República, Alejandro Hertz Manero, ambos por enriquecimiento explicable. La información se filtró a los medios de comunicación y el segundo de estos, amenazó con renunciar al cargo. Es una tragedia que el puesto público genere codicia entre los funcionarios y se coludan con el señor dinero.
En asuntos locales, el sábado por la noche literal viaje de la frontera nororiente hasta el sur oriente de la ciudad y si bien es cierto todo lucía en calma, con poco tráfico, pero, curioso que ni por asomo había alguna unidad de policía, militares, en las carreteras, nada. Así que la duda es si se trata de un reordenamiento de los cuerpos de seguridad o no hay vehículos. Que lastima porque la presencia de oficiales inhibe la comisión de delitos o por lo menos esa es una firme creencia.
Encontré a un joven deportista paralímpico, Iván Castillo, un chico de alto rendimiento, con tremenda cantidad de medallas de oro logradas en competencias a las que concurrió en el país en los 400 metros. Sin explicación lo eliminaron de la selección mexicana, que participaría en Brasil. Mi buen amigo nació sin pared abdominal con un cuadro de infección generalizada en el vientre de su madre que casi les cuesta la vida. Sobrevivieron, él con un problema de retraso mental.
Se emocionó cuando recordó que ir a Brasil, era su más caro anhelo y cuando vio destruido su sueño exigió a los directivos del deporte que lo midieran con el chico que iría a competir por México. La vergüenza del sistema deportivo mexicano, desprecia a los atletas que, a pesar de sus discapacidades o condiciones especiales, perciben las conductas infames de los directivos y personal. Y la forma en que cortan sus derechos y destruyen sus sueños y anhelos.
Hace un par de años empezó a trabajar y el primer día que tenía que volver a casa, fue asaltado en las cercanías de plaza Sendero, para robarle los tenis y el celular, a pesar de que no opuso resistencia le dieron cuatro puñaladas en el abdomen. Caminó kilómetros deteniendo sus intestinos, otra vez sobrevivió, sus agresores en la impunidad total. Como siempre, como antes, como ayer.