Desde 1984 cubrimos las actividades del Congreso del Estado de Sonora y a lo largo de estos 37 años y 14 legislaturas, nunca como ahora se había observado de forma tan descarada la abyecta sumisión y sujeción de la mayoría parlamentaria al Poder Ejecutivo, quien incluso, por sanidad política debería recomendar a sus diputados vasallos que guarden las formas, al menos para efectos constitucionales

Desde 1984 cubrimos las actividades del Congreso del Estado de Sonora y a lo largo de estos 37 años y 14 legislaturas, nunca como ahora se había observado de forma tan descarada la abyecta sumisión y sujeción de la mayoría parlamentaria al Poder Ejecutivo, quien incluso, por sanidad política debería recomendar a sus diputados vasallos que guarden las formas, al menos para efectos constitucionales.
En el pasado, la definición y formulación de los presupuestos anuales para el Poder Legislativo, fue el principal foro donde la integración de la representación popular sonorense hacía valer su autonomía frente al Ejecutivo y Judicial, donde más allá de intereses partidistas se imponían criterios que permitieran marcar con meridiana claridad la separación de poderes y dar los márgenes que garantizaran el equilibrio entre los poderes del Estado.
Incluso, en el proceso legislativo que definía el presupuesto a ejercer por la Cámara de Diputados, se realizaba una sesión secreta del pleno, en la que sin la presencia de medios e incluso ni asesores y empleados, se formulaba la propuesta de gasto para el ejercicio del siguiente año, la cual se enviaba al Ejecutivo para que sin cambiarle ni una coma se indexara al paquete fiscal estatal, proceso similar al que se llevaba a cabo en el Poder Judicial.
Ahora las cosas se hacen totalmente a la inversa, que en el caso del Poder Legislativo, la reducción de 450 millones de pesos a su presupuesto fue una decisión exclusiva del primero candidato a la gubernatura y ahora gobernador Alfonso Durazo Montaño, sin cubrirse el trámite constitucional correspondiente, haciendo valer su indudable liderazgo sobre los grupos parlamentarios de MORENA y verrugas aliadas.

Conste que no cuestionamos el que el presupuesto de la Cámara de Diputados se haya reducido de 796 millones de pesos a 346 millones de pesos para el año próximo, porque nuestro enfoque es sobre el respeto a las formas y a la norma constitucional que define la separación y la autonomía de los poderes del Estado, ya que en todo caso, Durazo Montaño no tiene la necesidad de demostrar nada sobre la fuerza de su mandato y desde esa perspectiva, bien haría en generar la percepción en la opinión pública, de que sus aliados en el Congreso del Estado son seres pensantes y con capacidad para tomar decisiones propias.
Miren, de acuerdo a la norma constitucional y de la ley orgánica del Poder Legislativo de Sonora, la propuesta de presupuesto para el ejercicio del año siguiente corresponde presentarla a dicha instancia, tocando al Ejecutivo a través de la Secretaría de Hacienda, simplemente anexarla al paquete fiscal, trámite que en esta ocasión ocurrió a la inversa, aunque hay que reconocer la graciosa concesión que les otorgó el gobernador al apuntar que los 450 millones de descuento no es la última palabra y que serán los diputados quienes decidan de forma definitiva.
En resumen, desde esta humilde tribuna y pobre trinchera, consideramos que al gobernador Durazo Montaño le conviene más tener una legislatura digna y al menos en sus formas aparecer como autónoma, que una sujeta totalmente a sus designios y a su servicio de manera incondicional, sin que tengamos idea de cómo podrían hacerle para rescatar algo de tanto que han perdido en estos días.
Al menos en el caso del PT se hizo un aparente esfuerzo de planchado al ser citados en el Palacio de Gobierno Sebastián Orduño e Hiram Solís, quienes acompañados por el comisionado político nacional de ese partido en la entidad, Ramón Flores Robles, fueron objeto de terapia por parte del mandatario y del Secretario de Gobierno, Alvaro Bracamonte, además de la sobadita del mismo titular de hacienda, Omar del Valle Colosio.

Se supone que dicho tratamiento no requiere ser aplicado a la genuflexa bancada de MORENA ni a sus serviles del Verde o de Nueva Alianza, que en el caso de los del PRI, MC, PAN y PRD deberá hacerse antes del 15 de diciembre, para que en lo posible, no se le mueva ni una coma al presupuesto más conservador de la historia de este estado, ese que ni siquiera incluye valores a la inflación anual, al presentar una reducción real de casi mil millones de pesos respecto al presente ejercicio.
Ni con ahorros por austeridad, incremento a los recursos propios por eficiencia en la recaudación o por aportaciones extraordinarias de la Federación, se pudo superar los casi 68 mil millones de pesos del presupuesto 2021, faltando saber qué políticas públicas, de las tantas anunciadas en los últimos meses, no cuentan con el respaldo presupuestal para ser ejecutadas, aspecto que deberemos analizar en los siguientes días en cuanto tengamos a la mano el documento.
Por lo pronto, de no moverse ni una coma a la propuesta recibida el lunes por el presidente del congreso, Jacobo Mendoza Ruiz, la sesión de pleno que resuelva dicho trámite será como una película porno, donde la víctima de abusos deshonestos será la sufrida representación popular sonorense.
Y todavía falta saber el tamaño que se proponen aplicar al Poder Judicial, donde su nueva integración también garantiza que tampoco se le moverá ni una coma, aunque esa será harina de otro costal.

Sobre esos temas y más se comentó en la conferencia de prensa convocada por el gobernador Durazo en la ya siempre atiborrada sala de Comunicación Social, en donde nos dio mucho gusto saludar a la titular del Instituto Sonorense de Cultura, Lupita Aldaco, quien anunció la digitalización de libros a la historia de Sonora y divisar a la reconocida mujer de la izquierda histórica de este estado, Mireya Escarone, quien fue seleccionada de entre 14 perfiles, para asumir la coordinación del Instituto Sonorense de la Mujer.
Excelente decisión al hacer valer la congruencia ideológica de un gobierno que se dice progresista, ya que con frecuencia uno ve a ese chocante buen número de simuladores cuyas trayectorias están marcadas por lo más rancio de la ultraderecha y que ya están integrados a la nómina.
Ahí nos tocó platique con el titular del Sistema Estatal de Comunicación Social, Edgar Hiram Sallard, con quien coincidimos respecto a elementales medidas de control de acceso y participación en el ya tradicional encuentro semanal del gobernador con representantes de medios de comunicación.
Poco más temprano en el Congreso del Estado se instaló la comisión de Hacienda, que presidida por la diputada Ivana Celeste Taddei, está integrada por Héctor Raúl Castelo Montaño, Alejandra López Noriega, el ya mentado Orduño Fragoza, Natalia Rivera Grijalva, Jorge Eugenio Russo Salido y Fermín Trujillo Fuentes, será la encargada de dictaminar el paquete fiscal 2022 y por eso la presencia de Del Valle Colosio, así como de Luis Alonso Osuna Cota y Carlos Germán Palafox Mollers, subsecretarios de ingresos y egresos de la Secretaría de Hacienda.

Y más temprano aún, ilustrativa interacción y platicada entre el Colectivo CORSAS y el ya mencionado Comisionado Político Nacional del PT en Sonora, Ramón Flores Robles, quien no oculta para nada andar en pleno disfrute de las potestades políticas que le concede su exitosa alianza con MORENA y que según sus números lo colocan como la tercera fuerza política de la entidad.
Pero subraya que su partido no está a la sombra de nadie y dispone de la suficiente fuerza para valerse por sí mismo, sin que ello implique ningún riesgo de ruptura o deslinde de la llamada Cuarta Transformación, manifestándose frecuentemente orgullosamente aliado de Durazo Montaño.
Nos cae bien el exalcalde de Arivechi, quien como se sabe tuvo la gracia de hacer pasar a la historia a Jaime Moreno e incluso mandar un tanto a la penumbra a Ana Gabriela Guevara y quien sin dudar nada subrayó que en el pasado proceso electoral el PT como aliado de MORENA sí aportó votos para la elección del gobernador, faltándole acotar con un “no como otros”.

No dio muchos detalles, pero reconoció diferendos recientes a las líneas e instrucciones dictadas desde el Palacio de Gobierno, subrayando en todo caso, que Durazo Montaño ha dado al PT su lugar y el respeto, considerando que tales diferendos fueron producto de problemas de comunicación, saliendo a relucir la capacidad de Jesús Valencia Guzmán para arreglar ese entuerto.
Informó que está por iniciar el programa de afiliación al PT, aunque reconoció que ese partido tiene siete procesos de expulsión abiertos, entre ellos la exalcaldesa de Guaymas, Sara Valle y la exdiputada local Magdalena Uribe.

El confeso villista hizo muy buenas aportaciones a la citada mesa de reflexión periodística que dicho sea de paso, en buena hora regresó al nido de Los Güeros, luego del obligado impase a causa de la pandemia del Covid-19, pero como el tiempo ni el espacio son de hule, en próximos Entretelones abundaremos sobre sus cavilaciones.