Que la sangre no llegue al río, más les vales, porque sería una vergüenza mayúscula que los pobres, que son la clientela electoral de este gobierno federal, -como siempre- sean sacados a las calles a pelear por la reforma energética, pero de lo que cruelmente no entienden ni papa
Juana María Olguín

Que la sangre no llegue al río, más les vales, porque sería una vergüenza mayúscula que los pobres, que son la clientela electoral de este gobierno federal, -como siempre- sean sacados a las calles a pelear por la reforma energética, pero de lo que cruelmente no entienden ni papa. Es una verdadera pena que este sujeto que debería estar enjuiciado por la caída de la trabe de la línea 12 del metro, Mario Delgado se atreva a clamar a la sociedad para que defiendan dichos cambios. Más les vale que no se les ocurra incendiar más la pradera de lo que ya está.
Cierto que la pobreza económica no tiene que estar peleada con la falta de instrucción formal, es decir no tienen que ser analfabetas por su situación de vulnerabilidad, pero sí está conectada con la cartera electoral y de subsidios de la administración federal, igual que siempre. Hay que recordar las aberraciones que se hicieron a través de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en los gobiernos del PRI y del PAN.
Que contiene el presupuesto de egresos de la federación (PEF) sabe, nunca se sabe con precisión que aprobaron los diputados alfombra, que tiene el gobierno. Antes como antes ahora como ahora, cita el refrán y es tal cual. Y todavía tienen el descaro de salir y presumir “que no le quitaron ni una coma” de lo que les ordenó aprobar el rey que vive en palacio. Así que lo que no se entiende por el nivel especializado con que se escriben los textos o de tano grito en el Congreso de la Unión, en los próximos 12 meses de 2022 sabrán que sí se aprobó y con cuánto más habrá que aportar la sociedad.
Así como dirían los abogados: a confesión de parte, relevo de pruebas. Tal cual les ordenó el jefe que lo hicieran, así lo aprobó el congreso de la unión, porque no tienen ideas propias y no les interesa analizar a conciencia y con la responsabilidad enorme que tienen en sus manos como poder legislativo. Nada de eso, son solo la servidumbre fiel, leal, hasta la ignominia del dueño del partido político en el que militan y quien además ya probó que tiene la mano pesada contra quien ose molestarlo.
Ah y, por si fuera poco, se les apareció Santa Claus en pleno noviembre con 600 millones de pesos los mismos que se los repartirán equitativamente entre los diputados federales. Si esto no es la réplica de lo que dice que hizo el preso de pedigrí, Emilio Lozoya, comprar diputados, sabe entonces que será esa bolsa de dinero que les cayó desde palacio nacional directo a San Lázaro, por la gracia y obra de aprobar el PEF.
Hay tantas cosas que sirven para tan poco o casi nada. Es el caso del virulento padre que padece una familia, a la que mantiene sometida a sus caprichos y de vez en vez aparece la policía a explicarle que no esta bien lo que hace, luego se van y el infierno queda intacto, así ni más ni menos sucederá con la visita a México que hará, el Comité de las Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada (CED, por sus siglas en inglés), más cuando el país enfrenta una crisis con 94 mil 352 personas ilocalizables, como reconoce la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
En un comunicado, el organismo detalló que el comité viajará a 12 estados del país para encontrarse con autoridades federales y estatales, así como con víctimas. También visitarán exhumaciones de fosas que realicen autoridades y organizaciones de familiares de desaparecidos. Luego se irán y todo seguirá igual.
Pero las prioridades de los gobiernos son: venganzas, porque ganaron el poder y pueden. No pues que caray a ver cuando se convencen que son los responsables de la vida y patrimonio de la gente.