Anuncian con total desparpajo que se cierra la Guardia Nacional (GN) y que ha empezado un proceso de sustitución de esos elementos por militares en todos los puntos donde se localizan los agentes de esa estructura, la que sería la madre de todas las organizaciones civiles para defender al pueblo mexicano de todos los males que lo han vapuleado, golpeado y atropellado
Juana María Olguín

Anuncian con total desparpajo que se cierra la Guardia Nacional (GN) y que ha empezado un proceso de sustitución de esos elementos por militares en todos los puntos donde se localizan los agentes de esa estructura, la que sería la madre de todas las organizaciones civiles para defender al pueblo mexicano de todos los males que lo han vapuleado, golpeado y atropellado. Y ¿nadie dice nada? ¿Lo siento cometimos errores? ¿No sirvió el experimento? ¿Quién paga los costos?
En medio de la agonía que viven ciudadanos de gruesas zonas del país que han sido desplazados de sus casas, de sus propiedades agrícolas, ganaderas, -una desgracia invisible para todos los niveles de gobierno- y ahora avisan con total desparpajo que el majestuoso proyecto de crear la mentada GN se va a la basura y que se someten a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo cual es mucho decir. Es solo levantarse las faldillas y reconocer lo que siempre fue un hecho, una obviedad.
Animal político, sentenció que documentos que obran en su poder muestran que: “La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ya tiene el control de la Guardia Nacional en todo el país. Sus terrenos e instalaciones, la dirección de sus 32 coordinaciones estatales, y el reclutamiento y movimiento de los nuevos elementos dentro de esta corporación – una policía civil según la Constitución- recaen exclusivamente en dicha institución castrense.” Sin la reforma anunciada, sin discusión, u aprobación se descara el gobierno y obvia lo que tanto negaron.
Ahora la parte odiosa de la mentira, de la insistencia en sostener que la GN era una organización civil, no militarizada, significa tirar a la basura, miles ¿millones? De uniformes de 102 mil elementos, va a tener que repintar el parque vehicular para eliminar lo que existía solo de membrete y poner qué ¿Sedena? Ya hicieron eso durante la actual administración federal, a los carros de la policía federal, la que fue una de las más profesionales y mejor pagadas, hasta donde se recuerda -con sus horribles prietotes en el arroz- y la destruyeron para ponerle otro nombre.
En asuntos locales, por caridad de Dios, por favor ya es suficiente. A los alcaldes, al gobernador, Alfonso Durazo, ya pasó la euforia ya son gobierno, dejen de publicitar tomas de protesta ¿O no hay más? No hay otra cosa que hacer por estos días que informar que no sean más manitas alzadas, de los nuevos invitados a formar parte de sus gabinetes.
La ciudad está hecha jiras, para donde voltees o pases. En el boulevard Kino continúa el tiradero de agua que a estas horas ya cumple casi el mes y el García Morales, por donde deben circular la nueva realeza gobernante para llegar al aeropuerto internacional Ignacio L. Pesqueira y viajar a donde les dé la gana con costo a los sufridos sonorenses, no podrán poner tierra por lo menos.
Dejen la tontería de seguir con la contentura de las tomas de protesta, de anunciar lo que harán, urge que se pongan a trabajar, que se note, que se sienta, antes que la población vuelva aquedarse con la cruda verdad: demasiada gente, excesivo costo para lo mismo de siempre: nada, nada y nada.