Hace unos años, mientras el cineasta español Sergi Pedro Ros presentaba en el festival Cumbre Tajín un cortometraje documental conoció a algunos inte
Hace unos años, mientras el cineasta español Sergi Pedro Ros presentaba en el festival Cumbre Tajín un cortometraje documental conoció a algunos integrantes de la tribu yaqui, un pueblo indígena originario de Sonora, mientras los veía bailar su “Danza del venado”. El encuentro con ellos cambió cuando el último día del festival uno de ellos le hizo una confesión:
“Me dijo que era adicto al cristal, que quería dejar de hacerlo pero que no lo lograba. Que el síndrome de abstinencia era tan horrible que era imposible salirse de la adicción. Estamos hablando de dolores de huesos, de dientes, de cabeza, vómitos y muchas cosas más. Eso me pareció estremecedor y no me lo pude sacar de la cabeza”, expresó el cineasta, en entrevista con Crónica Escenario.
“A los pocos días estaba muy metido investigando a la tribu yaqui, informándome qué pasaba y preguntándome por qué había drogas ahí. Así llegué a que la tribu está luchando contra todo porque les roban el agua, con muchas guerras de despojo y situaciones de violencia brutales: Han vivido intentos de exterminio”, enfatizó el cineasta.
El adentrarse al conocimiento de la cultura yaqui y el contexto social en el que viven comenzó a realizar un documental cuyo resultado es el filme Laberinto Yo’eme. A lo largo del filme los habitantes del río Yaqui relatan las circunstancias adversas en las que se encuentra su comunidad debido al despojo de agua, la corrupción en el gobierno y el narcotráfico. Esta lucha por el territorio a la que se ven obligados a continuar los integrantes de esta tribu cobra día con día; la vida de muchas personas está en riesgo, pues los crímenes a los que están expuestos no son pocos y la situación va en aumento.
“La llegada de las drogas llegó relativamente hace poco tiempo cuando se realiza el Acueducto Independencia. Es un pueblo indígena con un territorio propio por decreto presidencial. Ahí veo esta guerra de exterminio de baja intensidad. Ellos mismos lo dicen, porque antes mandaban a los militares a asesinar a los miembros de la tribu y ahora mandan al crimen organizado, son unas por otras. Estamos en una suerte de necropolítica donde hay gente tan poderosa que es capaz de decidir quien vive y quien muere. En este caso parece que los yaquis son los matables”, enfatizó el realizador español.
El filme llega al circuito cultural del país con una mancha oscura. El pasado mes de junio, La Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) lanzó un comunicado urgente sobre la situación que se vive en la Tribu Yaqui. Tan solo en los primeros meses del año en curso, han sido víctimas de varias desapariciones forzadas y asesinatos a integrantes y líderes de esta tribu, siendo la de Tomás Rojo Valencia y Luis Ubando Domínguez Mendoza, ambos integrantes del equipo de producción y personajes de esta película, dos de las más recientes.
“No solo es delicado sino también es peligroso contar lo del documental. El ejemplo está en las personas que acaban de asesinar para que esta historia viera la luz. En su momento siempre tuvimos de interlocutor a la tribu yaqui e hicimos un trabajo colaborativo dentro y fuera de cámaras. Todo se dio de una afinidad a su lucha”, dijo.
“Eran dos activistas y luchadores sociales que eran vitales para la defensa y la lucha por el agua y no ha pasado nada. Esto no ha salido en los medios de comunicación y era para que no quitáramos el dedo del renglón por la indignación que provoca. El asesinato de ellos es una amencaza bastante grande. Es una situación muy difícil para nosotros y para las familias de Luis y Tomás. Porque todo esto abre la puerta a una situación terrible”, continuó.
Sergi Pedro Ros mencionó que está consciente de que es una situación que no solo viven en Sonora: “La tribu yaqui es un espejo de lo que está pasando en todo México y ellos saben que son punta de lanza de experimentos que luego se han dado en el resto del país. No hay que olvidar que las primeras bombas de aviación que se probaron en este país se las tiraron a ellos”, dijo.
“El documental es vital no solo para ellos sino para el pueblo de México. Ellos están defendiendo el agua. A veces me pregunto ¿cómo es posible que estemos hablando de que hay un pueblo que tiene un río y que no tiene agua?, eso me trastorna un poco porque parece inverosímil y sin embargo, es la más cruda realidad del territorio yaqui en Sonora”, destacó.
Es por esta causa que tiene esperanzas en que el documental Laberinto Yo’eme encuentre un punto de inflexión en la sociedad para que se mire su caso: “El cine es una herramienta poderosa porque a través de una experiencia inmersiva que llegamos a un territorio, que si no fuera a través de la película, no llegaríamos nunca o muy pocas ocasiones lograríamos tener esta perspectiva tan amplia, porque es una reflexión de años. En ese sentido el cine es una herramienta poderosa para hacer cambios a nivel social”, enfatizó.
“Yo tengo la idea de que las sociedades son así porque la misma sociedad lo permite. Eso tiene que ver con el natural desconocimiento de que no podemos conocerlo todo. Entonces estas historias que contamos a través del cine documental, lo que hacen es ampliarnos la perspectiva y llevarnos a conocer situaciones y contextos que de otra manera no podríamos conocer, y solo así podemos ser empáticos y estremecernos ante ciertas realidades para pensar: ‘yo no quiero que mi sociedad viva este tipo de situaciones’, ‘yo no quiero que eso me llegue a mí o a los que quiero’”, añadió.
Así mismo, señaló que su trabajo como cineasta es importante desde un sentido muy profundo: “En las dictaduras lo primero que sucede es encapsular a la prensa, los asesinan. En las dictaduras se silencia. Se silencian las historias porque solo conociéndolas se puede tomar una posición frente a lo que sucede. Si estamos en un estado de derecho, no seré yo quien diga que no, pero a veces las situaciones me hacen dudarlo, una de las cosas más importantes es conocer estas realidades y difundirlas. Es la única manera en la que, como sociedad, podemos tomar parte de ello y aportar cada uno desde nuestra trinchera”, mencionó.
“Hay algunos que hacen cosas maravillosas y extraordinarias por la sociedad, yo solo sé hacer cine, pero eso puede ser un vehículo para que otras personas tengan ideas que busquen que se resuelvan las cosas. Para eso hay que conocerlas, lo que es ajeno a nosotros no se puede resolver, de ahí la importancia de cada documental”, agregó.
Finalmente, el realizador nos deja una importante reflexión sobre algunos aprendizajes durante el proceso de rodaje de su documental: “Me deja un sin fin de enseñanzas: de caminos, de luchas, de reencuentro con uno mismo. Algo que la tribu yaqui tiene muy claro es que sabe qué es. Eso en la época contemporánea, donde nos dejamos llevar constantemente por un otro hegemónico del like, por estas redes sociales que nos bombardean con decirnos quienes somos y qué nos gusta según nuestros rangos de edad o la estrella de turno, es toda una percepción sobre el ser exitoso que es tener un canal de YouTube con millones de seguidores”, expresó.
“Me parece que eso son discursos muy peligrosos que lo único que hacen es alejarnos de saber quienes somos, de quien es nuestra mamá o nuestro papá. La tribu yaqui lo tiene clarísimo. Ellos saben quienes son y ejercen su cultura de la manera más imponente. Allá los niños yaquis juegan a ser yaquis, a danzar venado, esa es una de las cosas más especiales que he visto en mi vida, porque ellos no juegan a ser Christiano Ronaldo sino ellos mismos”, destacó.
“Cuando estamos perdidos y cuando tenemos todas estas crisis existenciales posmodernas, con estas nuevas pandemias de salud mental que ya tenemos encima, para mí mucho tiene que ver con que no sabemos quienes somos, ni de dónde venimos. Podríamos aprender todos de ellos”, concluyó.
El filme Laberinto Yo’eme llega este viernes a las salas de cine del circuito cultural desde la Cineteca Nacional al Cine Tonalá. También el sábado tendrá una función especial en el Museo de la Memoria y la Tolerancia en el que se rendirá homenaje a los fallecidos Tomás Rojo Valencia y Luis Ubando Domínguez Mendoza, con la presencia de miembros de la comunidad yaqui.