Vaya asunto, resulta que este martes de madrugada llegó a las afueras de palacio nacional, Silvano Aureoles Conejo donde vive el rey, Andrés Manuel López Obrador para ni más ni menos que presentar pruebas de lo que denunció la semana pasada, que Morena fue favorecida por la delincuencia organizada en el pasado proceso electoral
Juana María Olguín
Vaya asunto, resulta que este martes de madrugada llegó a las afueras de palacio nacional, Silvano Aureoles Conejo donde vive el rey, Andrés Manuel López Obrador para ni más ni menos que presentar pruebas de lo que denunció la semana pasada, que Morena fue favorecida por la delincuencia organizada en el pasado proceso electoral. El mandatario de Michoacán, del estado que sigue incendiado, incomunicado, sin electricidad ni telefonía, sí, por el que hizo nada y donde ayer seguían las balaceras a diestra y siniestra, es el él ahora humillado e ignorado.
Es por demás desafortunado que en las últimas semanas que le quedan como gobernador de esa entidad se entere de quienes son los que tienen el poder territorial, el de las balas, el del dinero para someter, asesinar o comprar en ese orden, al que necesiten para sus fines criminales ¿Y va a decir Aureoles que, como el virrey de esa comarca, el tirano en turno no pudo hacer algo?
Hace unos días volvió el tema del espionaje, que todos los niveles de gobierno lo llevan a cabo, hasta los mugrosos ayuntamientos que “compran” información a sujetos de mala reputación que van a proporcionar “tarjetas” de dónde esta fulana, qué hace, con quién se junta y son tan re idiotas que pagan por datos falsos, pero la quieren jugar al FBI con sus miserables circunstancias.
Los estados con mayor razón poseen suficiente material como para conocer qué ocurre en sus territorios ah, pero hasta que son perjudicados en sus planes de sucesión, cuando su candidato no gana el proceso electoral, entonces se sienten ofendidos, no mientras mataban, sometían, torturaban a pueblos enteros cortándoles los caminos para que no puedan ir al médico, a la compra de alimentos. Ahora este hombre todo poderoso está en una silla afuera de palacio nacional a la espera que el rey le de audiencia. La respuesta ya fue dada: no lo recibirá.
Y como para perros los coyotes. El jefe de campaña de Morena, hoy martes se acordó que lo electoral no es lo suyo, ah caray, pero ¿cómo? Si no perdió el tiempo, ni un solo día dejó de hablar de lo malvados y corruptos que son los otros, los de enfrente. Que se fuera a hacer sus denuncias y presentar sus pruebas al Instituto Nacional Electoral (INE) o a la fiscalía general de la República (FGR) mandó a decir a Aureoles.
A propósito, sobre la corrupción que tanto dice combatir López Obrador el INEGI, reportó recientemente que 6 de cada 10 mexicanos considera que la corrupción sigue igual o peor que durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. El 38.2% cree que “se ha mantenido igual de alto” que con Peña Nieto y el 23.4% considera que ha aumentado. Y eso que no tienen todos los datos.
Hoy nuevamente López Obrador reconoció que no hay medicina oncológica en el país y dijo a los padres de niños con cáncer que tienen todo el derecho a exigir, una vez más prometió que su gobierno pronto logrará la compra de los fármacos. Entonces que el señor amarre o eduque a sus perros para que no se le tiren a la yugular a los desesperados progenitores que ya están por demás afectados en todos sentidos por la vida de sus hijos que ven se extingue y no hay como salvarlos.
No hay medicinas en México ¡Eso también es corrupción y mortal! Porque no solo son los productos contra el cáncer, tampoco se tienen retrovirales para pacientes con Sida e igual el desabasto es generalizado en todo el país. A eso se le llama ineficacia, incapacidad, eso es un acto terrorista contra la población, uno más, uno de tantos más.
En el Hospital de zona 2 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) volvió el agua, siguen sin aire acondicionado ¿se imaginan? En un Sonora con temperaturas arriba de los 42 grados.