Grotesca la estrategia de los geniecitos al servicio de Célida López Cárdenas que insisten en tratar de convencer que el destino de Alfonso Durazo Montaño depende de los votos que ella le puede conseguir en Hermosillo, al igual que los de Santos González Yescas en el caso de San Luis Río Colorado

Grotesca la estrategia de los geniecitos al servicio de Célida López Cárdenas que insisten en tratar de convencer que el destino de Alfonso Durazo Montaño depende de los votos que ella le puede conseguir en Hermosillo, al igual que los de Santos González Yescas en el caso de San Luis Río Colorado.
Cierto que el incompetente candidato de Morena a la gubernatura solo prende un poco en reducidos sectores ciudadanos y que su acartonado y desgastado perfil requiere empujones para posicionarlo, pero de eso a que lo exhiban de esa forma ya son fregaderas y más tratándose de plazas donde ese partido ha caído en las preferencias electorales frente a la propuesta de la Alianza Va Por Sonora.
La soberbia y la arrogancia de Célida López Cárdenas no tiene referentes y no es acorde con su pésima gestión en los últimos casi tres años, durante los cuales para maldita la cosa le sirvió su supuesta amistad con el presidente Andrés Manuel López Obrador o con el mismo Durazo Montaño, porque ni con lloriqueos y quejidos la apoyaron para que más o menos quedara bien con los hermosillenses, tocándole dicha responsabilidad a la gobernadora Claudia Pavlovich.
Es más, análisis serios sobre la política regional, se asegura que en lugar de que ella sea el factor principal para jalarle votos al chilango en Hermosillo, en realidad ella es la que le pesa a la marca Morena, y los números no mienten, al ser la candidata que ha caído más rápido en las preferencias electorales incluso más rápido que Durazo Montaño.

Además de sus fallidas políticas públicas, sus permanentes quejumbres por el pasado, lloriqueos y protagonismos ridículos operando un camión de basura o trepada en cuatrimoto policiaca, lo cierto es que no exageramos si aseguramos que el 70 por ciento de la gente está en contra de la reelección, lo cual pesa también en el caso de González Yescas en San Luis Río Colorado.
Si por rumbos de Durazo hay dos deditos de frente, ya deben saber que apostar por los votos que les consiga la majadera en Hermosillo para ganar la gubernatura, es una jugada muy riesgosa e incluso perdedora, cuando además el resto de la fórmula, a diputaciones locales y federales, se ha tirado a la hamaca en espera que caigan los votos sin el menor esfuerzo, atenidos a lo que hagan por ellos los servidores de la nación y los mapaches contratados por Durazo.
En efecto, la realidad es que a la marca Morena le pesa mucho la candidatura de la de Puerto Peñasco, ya que además de su acelerada caída en las encuestas, enfrente tiene a una fórmula muy consistente, que ha trabajado por todos los rumbos del municipio, sin atenerse y muy bien coordinados, circunstancias que se han traducido en cierres distritales multitudinarios.
Para acabar pronto, el triunfo de esa señora en el 2018 fue producto de un accidente electoral y lo mejor de todo, es que su nefasta gestión como alcaldesa y sus fantasías reeleccionistas, hicieron el milagro de unificar propósitos entre los siempre competitivos PRI y PAN, así como el PRD, con un candidato como Antonio Astiazarán, cuyo perfil como innovador, serio y su vasta experiencia política y en el servicio público, representa lo mejor que le puede pasar a los habitantes de este municipio.

Por todo lo anterior, la suma del tradicional voto duro de los del PRI y los del PAN en Hermosillo; el del gran sector de liberales y progresistas de verdad que ven el cinismo simulador de una mujer de la ultraderecha disfrazada de izquierda y los miles de hermosillenses decepcionados, cuyo voto en la elección del 2018 solo resultó en penurias, augura nada bueno para ella y él.
Pero valga aclarar que en descargo de la mentada señora, ella fue sólo una parte de dicho desengaño, porque ya ven el patético papel de la representación legislativa local y federal que no sirvieron para maldita la cosa, incluido Durazo como integrante del gabinete y un presidente que “gobierna” a base de pura saliva.
Además, que está el factor de la cascada de declinaciones de militantes, liderazgos y candidatos de MORENA, del PT, de Redes Sociales, de Fuerza por México, del Verde y demás, todos y todas en favor del abanderado de la Alianza Va por Sonora, Ernesto Gándara Camou y que seguramente tendrán significativo impacto en las elecciones distritales y municipales.
Ya ven en lo que ha venido a resultar la arrogancia, prepotencia y vocación excluyente de Durazo Montaño y de la aspirante a la reelección en Hermosillo, resultando una revelación el que en efecto, no todo está perdido en materia de dignidades políticas, que en el caso de los del PT, José Celaya y Magdalena Uribe Peña son buenos ejemplos y hay que reconocer que actuaron en correspondencia al desprecio recibido.

Bien por ella y él, quienes de forma pública renegaron de la alianza oficial del PT con la candidatura del chilango y se sumaron a la del Borrego, con la aclaración de que no declinan a sus candidaturas a la alcaldía y a una diputación local, aprovechando la posición ambivalente de Ramón Flores Robles.
Se entiende que el casi paisano sea prudente, aguante vara y se tenga que arrastrar al asegurar de forma pública que el PT permanece como aliado de Morena, mientras que deja libres a las huestes que representa para que se sumen a la Alianza va Por Sonora, y se entiende, porque si le brotara dignidad y se sumara a esa rebeldía, las consecuencias las pagaría Ana Gabriela Guevara, quien prácticamente se encuentra secuestrada por la 4T agobiada por un altero así de denuncias de corrupción en la Conade.
Muy costoso para Durazo y Morena que su principal verruga se le haya salido del huacal, pero más costoso aún el que hayan trascendido a la opinión pública las razones de dicha rebelión, porque además de exhibir su autoritarismo excluyente, desnuda la abyecta sumisión de los del Verde y el Panal que aguantaron a pie firme el desprecio de la nomenclatura de Morena y de su candidato a la gubernatura.
No es de sonorenses de verdad andar de pinicuchis frente a autoritarios y arrogantes, a quienes por lo regular se les enfrenta con dignidad, esa que al parecer carecen Omar Francisco del Valle Colosio y Jesús Javier Ceballos, dirigentes del Verde y del Panal respectivamente, que en el caso del petista Flores Robles, al menos ha rescatado algo de dicha dignidad.

El caso de José “Pepe” Celaya es de llamar la atención y su adhesión a “El Borrego” luce congruente al trato recibido de parte de la nomenclatura de Morena, desde donde primero trataron de convencerlo de que se sumara a la reeleccionista y al negarse, le mandaron decir que era un estorbo y que no necesitan al PT ni a él.
No por nada, en la conferencia de prensa para hacer su anuncio de adhesión a la propuesta decente y eficaz de Gándara Camou, describió puntualmente las causales para haber tomado dicha decisión: Durazo es un mentiroso, un traidor y un ratero, en franca violación a los principios básicos de Morena, llamándonos la atención que en ese encuentro con medios de comunicación haya estado presente, Juan Manuel Avila Félix, añejo militante de izquierda y por muchos años tutor, padre adoptivo y titiritero de Edgar Hiram Sallard, quien como se sabe es algo así como vocero del polanqueño.
Por lo demás, sabe qué están esperando para hacer lo mismo de los candidatos del PT, los del Partido Movimiento Ciudadano, quienes ya en la orfandad luego de la declinación de Ricardo Bours Castelo, no tienen las menores opciones de ganar ninguna posición de mayoría, que en el caso de Hermosillo mucho menos, frente a la polarización entre morenistas y aliancistas.

O en Cajeme, o en Nogales, y así, realidad que trae crispado y al punto de lanzar retos a diestra y siniestra al por lo regular ecuánime David Figueroa Ortega, sin que se sepa nada del dirigente Carlos León, quien en todo caso estaría por saltar al regazo de su mentora de siempre María Dolores del Río, ahora parte del vasallaje duraznista.
Para completar el cuadro de cómo andan las cosas por rumbos de Morena y rémoras, el pleno del Consejo General del IEES resuelve este martes sobre el resolutivo del Tribunal Estatal Electoral que revoca el registro de Ernestina Castro Valenzuela y Fermín Trujillo Fuentes como candidatos a las diputaciones locales por los distritos XVII y XVIII, por incumplir disposiciones y previsiones legales en los casos de aspirantes a la reelección.
A partir de este día, el Panal y Morena tienen 48 horas para conjuntar la documentación requerida y registrar por separado a quienes sustituyan a esas víctimas de la ignorancia y de la torpeza de la representación jurídica de esa coalición de incompetentes, sin que tengan la opción de impugnar un criterio ya definido por la sala regional del TRIFE en Guadalajara, que establece que en los casos de reelección los partidos postulantes deberán ser los mismos que lo hicieron en la anterior elección.

Y como las boletas ya están impresas, los votantes de esas jurisdicciones distritales estarán sufragando por fantasmas, frustrándose además las obsesiones de permanencia en el Congreso del Estado del trapecista maestro, quien tiene la opción de registrar a uno de sus incondicionales, para si le gana al colmilludo Manuel de Jesús Bustamante, lo cual está en chino, seguir prendido a la ubre legislativa.
En el caso de doña Titina sabe para qué buscaría lo que ahora es una frustrada reelección, porque en los últimos casi tres años no ha servido para nada y además, como se sabe, como coordinadora de Morena en esta legislatura, es la principal responsable de la fragmentación de aquella bancada que se instaló el 16 de septiembre del 2018 que parecía invencible y que termina dando lástima.

