Las niñas nacen y desde que el género se hizo presente, la familia la obliga a atender a ¡los hombres, a todo varón! Hay padres que toman a sus hijas como la trabajadora doméstica que no tiene derecho a una vida, a una educación, a decidir qué hacer con su existencia ah, pero luego se convierten en madres, llega el 10 de mayo y todo lo que la sociedad le negó en derechos y libertades se lo repone en medio de una furibunda y excesiva campaña mediática donde se le coloca como una “deidad”
Juana María Olguín

Las niñas nacen y desde que el género se hizo presente, la familia la obliga a atender a ¡los hombres, a todo varón! Hay padres que toman a sus hijas como la trabajadora doméstica que no tiene derecho a una vida, a una educación, a decidir qué hacer con su existencia ah, pero luego se convierten en madres, llega el 10 de mayo y todo lo que la sociedad le negó en derechos y libertades se lo repone en medio de una furibunda y excesiva campaña mediática donde se le coloca como una “deidad”. No sirve esto, es hipocresía.
Digan ustedes, mis dos lectores, como transita este país entre negar bajo toda premisa, derechos y garantías a las mujeres y luego a convertirlas en “vírgenes”, en “perfecciones divinas”, todo porque transitaron al complejo y doloroso proceso de darle vida a otro ser humano. Ahora mismo en este escenario de ruindad, donde a nadie le importa que a diario se asesine a 11 mujeres, Andrés Manuel López Obrador dejó su infame parloteo para hacer un festival con Eugenia León.
Pero en ese tono hipócrita ignoró a las madres que afuera de palacio nacional claman por su atención para intentar explicarle como sobreviven en medio del duelo desde la desaparición de sus hijos. Se estima que asciende a más de 80 mil personas en el país, que se ignora su paradero.
En el “festival” de palacio nacional tampoco estuvo presente el drama de más de 5 mil huérfanos (5 mil 72) por la violencia contra las mujeres. En el país, desde 2018, en lo que va del sexenio 6 niños han perdido a su madre al día por el delito de feminicidio, pero que siga el cántico de Eugenia León, es una buena estratagema para decir nada, para hacer silencio con obligaciones y responsabilidades del Estado mexicano.
Hoy 10 de mayo escurre miel, entre la enfebrecida vendimia de porquería y media, cantidad de objetos que nadie necesita a la par que se romantiza la maternidad, como ese estado de perfección divina. Nadie recuerda el costo emocional, psíquico, físico mas la suma de todos los miedos y las dudas de como viene la criatura. Más el sobresalto por cuánto dolor puede traer el parto, que se puede reducir en muerte por todos los riesgos previstos en un sistema de salud en quiebra.
Se romantiza la maternidad y se ignoran todos los factores de las niñas y adolescentes embarazadas, que tendrán que lidiar con todas las carencias naturales. Cuántos estereotipos arraigados, entre ellos la deidad en que se sintetiza a una mujer por el milagro de la mercadotecnia y la vendimia. Mañana volvemos a todo el folklor nacional de la violencia, de la muerte de la violación de todas las garantías constitucionales.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció que prevé terminar de vacunar al personal educativo de todo el país el próximo 21 de mayo y con total falsedad expone que la prisa es para el reinicio de actividades académicas. Sería posible creerles un poco si la fecha de término del proceso de inmunización no quedara a solo 16 días del proceso electoral.
Para nadie es un secreto la maquinaria perfecta, aceitadita, que es el magisterio para colaborar con el proceso electoral. Tienen un dominio pleno de zonas escolares, a través de sus redes de poder, o también llamadas escuelas, vía los liderazgos naturales de esas colonias, zonas rurales, etcétera. Así que hay que vacunarlos para que hagan lo suyo, colaborar con el dueño de todas las canicas y ya protegidos. Por cierto, se aplicará en los docentes CanSino, procedente de China y de una sola dosis. Es la prisa y evitarles doble pinchazo. Viva el poder y los privilegios.