“¡El ladrón, el ladrón!” Gritó el ratero apuntando con su mano derecha hacia el otro lado de la calle, mientras que con la izquierda trataba de quitarse de encima a una dama a la que le jaloneaba el bolso que pretendía robarle, en plena avenida Presidente Masaryk, ahí frente a Starbucks, en exclusivo sector de Polanco de la Ciudad de México

“¡El ladrón, el ladrón!” Gritó el ratero apuntando con su mano derecha hacia el otro lado de la calle, mientras que con la izquierda trataba de quitarse de encima a una dama a la que le jaloneaba el bolso que pretendía robarle, en plena avenida Presidente Masaryk, ahí frente a Starbucks, en exclusivo sector de Polanco de la Ciudad de México.
La estrategia distractora no le resultó al carterista, quien si bien dio la pelea para escapar y seguía gritando que el verdadero ladrón había escapado por aquel rumbo, fue sometido por elementos de seguridad privada que tienen bajo su resguardo elegantes comercios del rumbo, además que la facha de malandro no le ayudó, ni tampoco sus antecedentes de merodeador desde semanas antes.
Viene al caso este breve contexto-relato-historieta, porque se ajusta a la perfección a lo ocurrido en el cierre de campaña en Hermosillo del candidato de MORENA y rémoras a la gubernatura de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, en cuyo discurso se retrató como el carterista de su vecindario, mediante una palabrería cínica y desfachatada de quien busca pajilla en el ojo ajeno mientras trae una viga atravesada en los suyos.
Si entre los alrededor de 10 mil asistentes al evento frente al Museo y Biblioteca de la Universidad de Sonora hubo personas pensantes, más o menos informadas y no fanatizadas por el populismo setentero morenista, al escuchar la catilinaria del aspirante a la gubernatura debieron cruzar miradas de interrogación y de incredulidad por sus temerarios y demagógicos dichos.

Es que cómo pudo atreverse a acusar que las campañas de partidos oposición han sido financiadas por el narcotráfico y que en todo gobierno hay un narcotraficante de cabecera, cuando él por principio de cuentas tiene como operador financiero a David Alfonso González Morillas y que como secretario de Seguridad haya sido totalmente permisivo con uno de los carteles, al grado tal que luego de ser detenido, haya ordenado la liberación de uno de sus líderes mayores, sí, a Ovidio Guzmán.
Increíble el atrevimiento o la estupidez de quien está plenamente documentada su relación mercantil con el hijo del célebre narcotraficante conocido por el remoquete de “El Señor de Los Cielos”, quien le “vendió” a precio de ganga su actual residencia playera en Bahía de Kino; a quien quiere engañar o engatusar quien acumula una veintena de propiedades adquiridas con recursos de dudosa procedencia y por eso las ocultó en sus declaraciones patrimoniales.
Es más, su guardia pretoriana de 70 elementos especiales de la Guardia Nacional, su media docena de camionetas blindadas y su impenetrable seguridad, deja ver el terror de que procuren venganza las bandas del crimen organizado enemigas de la cual protegió como secretario de seguridad federal.
Además, lo primero que debió hacer durante dicha gestión, si en efecto dispone de pruebas respecto a ese financiamiento a las campañas electorales de la oposición por parte del narco, fue interponer una denuncia ante las instancias correspondientes o si sabe que cada gobierno estatal ha tenido narco de cabecera, debe hacerlo igual, porque si no lo hace pasa como un cobarde y un mentiroso lengua suelta.

Cómo se atreve a meterse con la familia de la gobernadora Claudia Pavlovich, haciendo alusión a la vieja y fallida denuncia mediática de hace seis años respecto al asfaltado del camino de acceso al rancho La Noria, propiedad de Sergio Torres Serrano, suegro de la mandataria o aludir como reprobable a la boda de una de sus hijas, moviéndose en el terreno de la infamia, ya que, para acabar pronto, antes de hablar de la gobernadora, primero debería de lavarse el hocico.
El de Durazo es el clásico discurso morenista con el fin de apendejar a la gente con simplismos mediáticos, que si de nuestra parte quedara, por lo pronto sacaría del baúl de los recuerdos el muy escondido caso y raras circunstancias de la ejecución de su suegro y porqué a su esposa la mantiene en total aislamiento y en total resguardo a sus hijos.
Qué calidad moral o política tiene un sujeto para hacer ese tipo de referencia y acusaciones cuando arrastra tras de sí el fracaso en toda la línea del combate a la inseguridad que dejó miles de muertos y cuya estrategia fallida sigue dejando tantas víctimas en el país y en Sonora.
Durante nuestro ejercicio en el periodismo ya por casi 40 años, nunca hemos incurrido en equilibrismos en el manejo de la información política con el fin de quedar bien con todos los actores en disputa, porque se nos figura que eso es falsear hechos y no tomar riesgos, para sacar provecho del que sea que gane la elección, lo cual no es profesional y es una falta de respeto a nuestros lectores, y ni modo, es que no nos gusta ser horchata ni limonada

No somos acomodaticios y por eso al dar seguimiento al cierre de Morena en Hermosillo y escuchar el discurso de su candidato a la gubernatura, nos vino a la memoria el episodio del ladrón de Polanco y sus pretensiones de que los ciudadanos voltearan hacia otro lado para poder salirse con la suya, y no es ningún invento, porque ocurrió frente a nosotros por allá en noviembre del 2017.
Es evidente que el fantasioso triunfalismo y la agresiva diarrea verbal de Durazo Montaño son síntomas del terrorífico entorno en que está frente a su inminente e irremediable derrota este próximo domingo, que en el caso de doña Célida López Cárdenas solo podemos decir que buena parte de su participación fue para hacer el ridículo y el hazmerreír de quienes la vieron bailotear en el templete, ya que muy sabio y todo, ese pueblo reunido bajo presiones en mayor medida, es mordaz en grado extremo y además, como que mover el trasero en círculos a cambio de votos como que no va.
A propósito de traseros, para el anecdotario electorero en los tiempos que vienen, fue el torpe, el rústico y estúpido manejo mediático en redes sociales con el fin de magnificar lo que así como estaba fue un operativo de movilización exitoso sin ponerle más ni ponerle menos, sin que tengamos idea a quien se le ocurrió hacer creer al respetable que la espectacular foto panorámica de aquel concierto de Los Angeles Azules en las Fiestas del Pitic, fue la del evento del domingo.
Las ganas de creer de que van a ganar los hizo entrar en desvaríos y hasta el mismo Durazo se fue con la finta así como la padrecista Bernardeth Ruiz, que compite por una diputación local, entre otros ilustres integrantes de la chairiza mediática a quienes de la forma más hilarante los hicieron majes.

Es más, esa ridícula fake news quitó méritos al resultado del acarreo de 200 camiones con contingentes traídos de comunidades del río Sonora, Guaymas, Carbó, Benjamín Hill y unos pocos de la Colorada y de Mazatán y por supuesto de Bahía Kino, Poblado Miguel Alemán y colonias de la capital.
Obvio que con una respetable, una buena asistencia no había necesidad de recurrir a artimañas que ofenden la inteligencia de los hermosillenses, pero como les urge elevar el autoestima y el optimismo, se aventaron ese ridículo tiro, que los exhibió como lo que son, unos pen..dejos electoralmente derrotados.
En lugar de pretender manipular la percepción ciudadana falseando algo tan evidente, deberían sentirse satisfechos por haber logrado una asistencia decente, luego de ya varias semanas de gatos negros, con desangelados cierres en otras ciudades de la entidad, en comparación de la consistente tendencia de las movilizaciones de la Alianza Va Por Sonora, que con Ernesto Gándara Camou a la cabeza, sin ponerle de más y sin ponerle de menos, ha superado con creces, ahí sí dos a uno ha reunido multitudes que apoyan su candidatura, sin tener que amenazar, ni comprar voluntades.
Esta tarde-noche de lunes “El Borrego” estará en Nogales luego de partir plaza en Hermosillo, San Luis Río Colorado y Puerto Peñasco, en donde a ojo de buen cubero y de acuerdo a las encuestas de cierre y las tendencias en la percepción popular, las candidatas y los candidatos de la Alianza Va Por Sonora se perfilan para salir con la mano en alto, particularmente en el caso de Hermosillo, con un Antonio Astiazarán en impetuosa escalada que pudiera derivar no solo en ganar la presidencia municipal, sino también que a la vulgar y majadera le tengan que poner una camisa de fuerza.
Además, la Operación Suma sigue dando frutos para la alianza, con la ayudadita que el mismo sonoguacho les dio al despreciar a partidos que se supone son sus aliados, con múltiples reacciones a lo largo y ancho de la entidad que han pasado a engrosar las filas de quienes a punta de votos rechazarán este domingo las pretensiones centralistas y clasistas cuatrotrenianas.

Todas las sumas son importantes, pero hay algunas más emblemáticas que otras, como son los casos del diputado Daniel Palafox Juárez, en funciones en la legislatura local luego de la licencia a Rodolfo Lizárraga, candidato del PT a la alcaldía de Guaymas, y este lunes, hizo lo propio la diputada Magdalena Uribe Peña, también del PT, quien aspiraba a la reelección por el distrito XI y en sorpresivo anuncio se incorporó a la propuesta de Gándara Camou.
Fue el candidato de la Alianza Va por Sonora a la diputación federal por el distrito 03, Arturo Fernández Díaz, acompañado de la diputada local, quien dio a conocer la decisión tomada por la coordinadora del Grupo parlamentario del PT en el Congreso del Estado y que sin duda suma votos a la elección por la gubernatura, en la municipal, por supuesto en el distrito electoral federal de referencia y no se diga en la distrital local, con música para los oídos de Manuel Puebla.
Por lo demás, inquietante la desaparición de nuestro amigo y por muchos años referente de las luchas de la tribu yaqui, Tomás Rojo Valencia, quien luego de su caminata matinal acostumbrada en espacios aledaños a su domicilio en Vicam el pasado jueves, nada se sabe de su paradero, sin que los esfuerzos de búsqueda de sus familiares y amigos con el apoyo de instancias de los tres niveles de gobierno hayan fructificado y ya estamos pensando en lo peor que pudo pasar.
Rojo Valencia, Mario Luna Romero, Fernando Jiménez, entre otros liderazgos de la etnia, han sido liderazgos visibles en las distintas luchas en defensa de los derechos y la dignidad yaqui; el primero apenas libró ser detenido a principios de septiembre del 2014, no así Mario y Fernando que pasaron poco más de un año tras las rejas como parte de la inquina que les tenía el entonces Guillermo padres por su férrea resistencia al acueducto El Novillo.

Tomás se exilió en la capital del país y se guareció con organismos civiles hasta que el 23 de septiembre del 2015, la recién estrenada gobernadora Pavlovich concretó los trámites jurídicos correspondientes para que poner fin a ese agravio a la etnia más importante de la entidad y Mario recobró su libertad, en tanto que Fernando había salido libre un par de semanas antes.
Los tres se reincorporaron a sus luchas y en los últimos meses y hasta su desaparición, sabíamos que Rojo Valencia andaba muy activo en su gestión en favor de la tribu, en el marco del plan de rescate presidencial anunciado hace bastantes meses y que no acaba de aterrizar.
Esto no presagia nada bueno y nos acongoja profundamente lo que le pudo pasar a nuestro amigo, preocupación que incluso ya expuso el mismo Cuauhtémoc Cárdenas en un solidario mensaje dirigido a al Gobierno Federal, al Gobierno Estatal y al Ayuntamiento de Guaymas.