Hay candidatos pero no hay liderazgo

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Hay candidatos pero no hay liderazgo

Cuando las crisis comprometen la funcionalidad de los sistemas, demandan liderazgos que rompan paradigmas. Los procesos electorales deberían de ser la oportunidad de proyectar una discusión social que inscriba la solución a los problemas inmediatos en la perspectiva de una sostenibilidad futura que amplíe los horizontes de crecimiento económico y bienestar social

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Por Alberto Vizcarra Ozuna

Cuando las crisis comprometen la funcionalidad de los sistemas, demandan liderazgos que rompan paradigmas. Los procesos electorales deberían de ser la oportunidad de proyectar una discusión social que inscriba la solución a los problemas inmediatos en la perspectiva de una sostenibilidad futura que amplíe los horizontes de crecimiento económico y bienestar social. Los candidatos se alejan de este piso cuando la realidad de la crisis pasa a segundo plano y el imperativo es ganar la elección. 

Esta conducta presente en el plano mundial y nacional, es la que en general domina el despliegue de los candidatos a la gubernatura del estado de Sonora. Sus enunciados y planteamientos no salen de los confines relacionados con la administración del presupuesto y de los recursos disponibles, cuando la vorágine económica, los efectos perniciosos de la pandemia, los asesinatos cotidianos del narcoterror y la amenazante sequía rebasan con mucho las capacidades presupuestales existentes y desafían el criterio abyecto de sujetarse a lo que la naturaleza y las políticas económicas establecidas disponen.

El primer frente de choque para mantener y ampliar las capacidades presupuestales de los estados, es la sistemática política de recortes del gobierno federal quien a pie juntillas se ciñe a la norma neoliberal del equilibrio presupuestal y equivocadamente deposita las expectativas de crecimiento económico en el simple redistribucionismo del ingreso. En esa forma se han menguado los presupuestos estatales y se le han quitado recursos al sector salud, se han desaparecido fondos especiales de apoyo que auxiliaban a los estados y municipios; se ha ejercido un recorte sin precedentes a todas las regiones del país que cuentan con una actividad agropecuaria relativamente vigorosa.

En materia de recortes presupuestales y de renuncia a instrumentar una agresiva política de inversión pública que funcione como factor de arrastre para recuperar la economía nacional, López Obrador, ha practicado un neoliberalismo más ortodoxo que los gobiernos de los últimos treinta años. Encubre esta ortodoxia con su persistente discurso anticorrupción. Así también lo justifica el candidato de MORENA a la gubernatura, Alfonso Durazo Montaño, quien ante los reclamos de los productores rurales para que se les restituyan apoyos a la producción y a la comercialización de granos básicos, legitima los recortes diciendo que estos esquemas se prestaban a la corrupción. Mientras que Ernesto el Borrego Gándara se limita a decir que hará las gestiones pertinentes para tratar de recuperar esos fondos y apoyos federales con los que supone logrará la reactivación económica de Sonora. Ricardo Bours, no se ha metido en esta discusión. En su afán por subir en las encuestas, espera sacarle más raja electoral a los ataques y acusaciones personales contra sus adversarios.

Lo que debería de ser claro es que si las políticas presupuestales del gobierno federal continúan profundizando el dogma neoliberal del equilibrio en el gasto en base a los recortes y a costa de sacrificar el crecimiento económico, las posibilidades de desarrollo en los estados seguirán siendo débiles o nulas. Los candidatos, si quieren asumir liderazgo, tendrían que convocar a la población a librar una lucha social organizada en contra de estas políticas que por más de treinta años le han negado al país un crecimiento económico decente.

Se exige también romper con la costumbre de que la población pide y el candidato promete. Porque estas inercias han creado una ciudadanía pasiva, expectante y a la espera de que las promesas se cumplan. Al momento tenemos candidatos pero carecemos de liderazgos. El General Álvaro Obregón decía que para defender los intereses de la patria, lo único que se necesita es ser ciudadano. Hay que ejercer la ciudadanía y en lugar de limitarse a la pasiva pregunta de ¿por quién votar?, es mejor el cuestionamiento sobre qué política económica y social debe gobernar.