Hasta parecen de verdad, que tantas “autoridades” del estado de Quintana Roo, la clase política se sientan “tocados” por el homicidio de una mujer
Juana María Olguín

Hasta parecen de verdad, que tantas “autoridades” del estado de Quintana Roo, la clase política se sientan “tocados” por el homicidio de una mujer. El propio Andrés Manuel López Obrador ayer con verbo incendiario sentenció que: asesinato de Victoria «nos llena de pena, de dolor y de vergüenza», este martes ratificó con singular indignación que no habrá impunidad en el caso de la migrante salvadoreña de 36 años. Y quizá algunos hasta creerían sinceras sus palabras…si también hubiera tenido congruencia y condena el crimen cometido contra Karla y Marisela de 16 años.
Las tres mujeres fueron asesinadas en un lapso de horas, tal es el caso de Marisela, de 16 años, de origen otomí, quien desapareció de la colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc, en la ciudad de México el 21 de marzo, cuatro días después, hallaron su cuerpo con signos de “violencia excesiva”, por lo que la autoridad inició la investigación por el delito de feminicidio.
En el mismo tenor, la Fiscalía de Quintana Roo (FGE) detuvo a Roger “C”, por su probable participación en el feminicidio de Karla el sábado 28 de marzo en Holbox, municipio de Lázaro Cárdenas el que se presume que es el primer feminicidio de la isla, otros medios han reportado que es el tercer caso que ocurre en ese lugar ya que recientemente desaparecieron dos mujeres en Cabo Catoche; madre e hija. Ni siquiera mencionaron el nombre de la joven que trabajaba de taxista.
En medio de este panorama desolador con tantas mujeres y niñas asesinadas, es la dama muerta en Tulum, a la que 4 policías, la asesinaron, es ella la que provoca indignación a la burocracia nacional. No pues que caray. Ironías de la vida que no los llene de pena, dolor y vergüenza el sacrificio impune de 11 mexicanas diariamente en el país. El caso de Victoria Salazar es de gran impacto, por una simple y sencilla razón: quedó registrado en video, esa es toda la diferencia contra la apatía que asume el Estado mexicano contra el que asesina, embala y tira en un arroyo, en un paraje solitario o en un basurero el cadáver de una fémina.
Por lo pronto ya detuvieron a los responsables materiales, serán sometidos a juicio; por cierto ¿Y dónde está el gobernador panista y el presidente municipal perredista? ¿Hasta cuándo van a salir a dar la cara? ¿Acaso creen que ya con destituir al jefe de la policía arreglaron el problema?
¿Qué mentiras compramos? ¿Cuáles seducen más? En este enorme planeta estamos plagados de verdades a medias, de falsos totales ¿y con que se queda la sociedad? Con lo que es más repetitivo. Imaginen el enorme poder de los medios de comunicación de Estados Unidos, que con sus cuantiosos capitales están presentes en todo sitio y lugar y que han vendido a todos los continentes sus creencias de que los enemigos de la paz son los musulmanes, los creyentes de ciertas religiones.
Pero mi asunto de hoy es con algo más preciso y tiene que ver con depredadores sexuales que por su enorme poder en los espectáculos ¿lograron quedar impunes? Es el caso del cineasta Woody Allen quien durante seis décadas escribió textos para 80 películas, dirigió 55 filmes y toda esa imagen se ha visto opacada por los abusos sexuales que cometió en contra de su hijastra, Dylan Farrow, en 1992 cuando ella tenía tan sólo siete años de edad.
En el documental que se exhibió recientemente se ve a los fiscales de dos estados de la Unión americana que debaten si es “justo” que destruyan a una celebridad, sin mayor preocupación por la víctima. Hubo funcionarios judiciales despedidos y la prohibición por siempre de la industria del cine para que Mía Darrow volviera a actúa en Estados Unidos. Aquí y en China la verdad tiene precio y se encubre a delincuentes porque poseen: poder privilegio y la justicia se vende y se compra.