No es de burlas, es en serio

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No es de burlas, es en serio

No se deberían de festinar los tropiezos discursivos de los candidatos a la gubernatura del estado de Sonora. A la hora de improvisar un discurso es muy fácil cometer errores de pronunciación o que por ahí se cuelen datos o cifras equivocadas

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Por Alberto Vizcarra Ozuna

No se deberían de festinar los tropiezos discursivos de los candidatos a la gubernatura del estado de Sonora. A la hora de improvisar un discurso es muy fácil cometer errores de pronunciación o que por ahí se cuelen datos o cifras equivocadas. Son errores sobre los que hay que tener tolerancia, porque reflejan descuidos menores, de poca o nula trascendencia. Otra cosa es cuando se incurre en afirmaciones que reflejan desconocimiento de principio sobre los graves problemas estructurales que padece la entidad, en particular los relacionados con el agua y actividad agrícola, uno de los giros principales de la dinámica económica de Sonora. Tampoco esto debe ser motivo de fiesta, pero sí de preocupación.

Recientemente, Alfonso Durazo Montaño, candidato de MORENA a la gubernatura, estuvo ante productores rurales de la región del Valle del Mayo, en un evento realizado en el municipio de Huatabampo. Ahí los productores lamentaron la imposibilidad de realizar los llamados segundos cultivos (primavera-verano), por el incremento en la demanda del agua y el largo ciclo de sequía que afecta a la entidad, con acento extremo en esa región del sur de Sonora. 

La respuesta de Durazo fue sorprendente, aunque no inteligente. Ante la falta de agua que aqueja a la región, el candidato, con ese tono de voz engolado, preocupado por transmitir la confianza de sus poderes ejecutivos, les comunicó a los productores que ya había hecho las gestiones “para tener los escurrimientos necesarios” a fin de garantizar el segundo ciclo agrícola. Y luego afirmó: “hemos sido afortunadamente exitosos en esa gestión”. Y remató con fuerza y subiendo el tono del discurso, “está garantizado ya el segundo ciclo agrícola”.

De momento, los productores presentes no aplaudieron, porque les ganó el estupor. A nadie sorprenden las promesas de los candidatos, pero la gente si reacciona ante los absurdos. Luego esto se viralizó y fue motivo de chunga en las redes sociales, obviamente aprovechado por los demás contendientes electorales. Sin embargo, esta conducta debe ser motivo de preocupación, más que de burla. Porque el candidato no está reflejando una falla discursiva, sino una atrofia conceptual al desvincular la relación de la falta de agua causada por la sequía, con la cancelación de los segundos cultivos. Esa misma limitación lo hace suponer que incrementar los escurrimientos de agua en la cuenca del Río Mayo es un asunto de gestión burocrática. Hay pues una disociación entre lo que el candidato cree y la realidad.

Por lo mismo se muestra incapaz de admitir que Sonora padece una crisis hídrica severa y una condición deficitaria en cuanto a la disponibilidad de agua. Para rivalizar con esta realidad, que limita el crecimiento y el desarrollo del estado, Alfonso Durazo, se promociona con un video de campaña tomado en la parte alta de la Cuenca del Río Yaqui, presumiendo el caudal y diciendo que a Sonora le sobra el agua. Es como aquel que conduce a un niño al interior de un gran supermercado para convencerlo de que no hay falta de alimentos.

Las conductas disociativas propician insensibilidad frente a los problemas de la sociedad. Lo vivimos al extremo con el gobierno de Guillermo Padrés (ahora promotor de MORENA en Sonora) quien en su campaña electoral prometió encementar todo el cauce del Río Yaqui para supuestamente ahorrar agua y dijo que había conseguido una bolsa de 15 mil millones de dólares (a fondo perdido) con bancos europeos, para construir el Plan Hidráulico del Noroeste (PLHINO). Ya en el gobierno se descubrió que todos estos dislates y desproporciones, escondían la sociopatía que lo llevó a reprimir yaquis, inventarles crímenes, perseguirlos y encarcelarlos para imponer el despojo del agua con la operación ilegal del Acueducto Independencia.

La historia reciente, nos enseña que conductas de este tipo, son más de preocupación que de burlas.